Por Zhu Wanjun y Ge Chen
YANGZHOU, China, 17 sep (Xinhua) -- Además de por sus logros económicos, muchas ciudades chinas han sido elogiadas en el extranjero por sus esfuerzos para mejorar el medio ambiente durante los últimos años. Entre ellas está Yangzhou, por donde corre el río Yangtze y donde se encuentra la parte más antigua del Gran Canal de China.
Del 7 al 9 de septiembre, Yangzhou, situada al oeste del país, acogió el décimo foro mundial de ciudades con canales, al que asistieron representantes de urbes de más de 20 países para compartir sus experiencias en patrimonio, protección ambiental y planificación urbana, y promover la cooperación.
Yangzhou, donde en el siglo V a.C. nació la sección más antigua del Gran Canal de China, floreció durante siglos a través del comercio por esta vía fluvial.
El gran viajero veneciano Marco Polo, que vivió durante 17 años en China hace más de siete siglos, relató, cuando llevaba tres años trabajando como oficial en Yangzhou, que era una ciudad muy próspera y tenía un comercio desarrollado.
Con la aparición del ferrocarril, el Gran Canal, arteria principal del transporte en China, se fue debilitando, mientras la amenaza ecológica que provocó el desarrollo urbano planteó la necesidad de una restauración medioambiental tanto del canal como de la ciudad.
"Yangzhou presenta una buena coordinación entre desarrollo económico, protección de los sitios históricos y medio ambiente. Es una ciudad tan hermosa como la mía", indicó Olivier Carré, alcalde de la ciudad francesa de Orléans y que ya había visitado la urbe china en otras tres ocasiones.
Según explicó, al igual que los canales de Europa, que prestaron mayor atención a los beneficios económicos en los siglos XIX y XX y se centran ahora en la ecología y el turismo, el Gran Canal de China también está buscando una gestión ecológica y tiene un plan sostenible a largo plazo.
Este año, Yangzhou tiene planes de invertir 6,2 billones de yuanes (954 millones de dólares), casi una sexta parte de sus ingresos fiscales de 2016, para promover la construcción de los 1.800 kilometros cuadrados del tramo de Yangzhou incluido en el Gran Corredor Ecológico de Jianghuai. En los próximos cinco años, se invertirán casi 30 billones de yuanes (4.620 millones de dólares) para asegurar que el agua corra limpia y evitar las inundaciones en la zona.
Lo que más impresiona a Mostafa Abo Hadid, presidente de la asociación de inversores de la ciudad egipcia de Ismailía, es que la ciudad está "muy limpia gracias a las medidas que toma la ciudad para mejorar el medioambiente".
En 2006, Yangzhou ganó el premio Pergamino de Honor otorgado por el Programa del Hábitat de las Naciones Unidas por sus obras "para preservar la antigua ciudad y mejorar el entorno residencial".
Jin Chunlin, director de la Administración de Protección Ambiental de Yangzhou, recordó que la ciudad se convirtió, en la década de 1990, en una de las primeras del país en efectuar una planificación urbana ecológica.
Desde la dinastía Ming, detalló, muchos comerciantes que se enriquecieron con la sal construyeron un gran número de jardines privados por toda la ciudad. "Se puede decir que en Yangzhou, desde los comerciantes, hasta los burócratas y los ciudadanos corrientes, se afanaron por crear un espacio medioambiental saludable", agregó.
Desde el siglo XX, decenas de empresas industriales a lo largo del canal se reubicaron y fueron desmontadas para dar paso a la construcción de parques y jardines. Además, se estimuló el cultivo orgánico y el uso científico de fertilizantes adaptados a las características del suelo para conservar la tierra.
Entre los proyectos más destacados, está el que ha convertido un vertedero de desechos abandonado durante 17 años en un centro de experiencia hortícola al noreste del turístico Esbelto Lago del Oeste.
El antiguo vertedero llegó a acumular 230.000 metros cúbicos de residuos en cuatro plantas de altura, lo cual motivaba una gran preocupación entre los vecinos de la zona.
En los últimos dos años, se cerró el basurero por completo y se eliminaron las emisiones de biogás, se modificó la configuración de la tierra y se cubrió de vegetación y flores. Las plantas de residuos y las salas de calderas se reconvirtieron en salas de exihibición.
Con aire fresco y una vista agradable, el centro ha recibido a más de 800.000 turistas desde su apertura en abril de este año. Muchos residentes de la zona se han acostumbrado a dar un paseo por allí todos los días después de la cena.
"El desarrollo ecológico no perjudica la economía local, al contrario, obliga a que las empresas se transformen y mejoren, lo que atraerá a más turistas y más inversiones", señaló Zhu Minyang, presidente de la Organización Mundial de Cooperación de las Ciudades Históricas y Culturales con Canales (WCCO, por sus siglas en inglés), organizadora del evento.