Por Carlos Acat
LIMA, 24 ago (Xinhua) -- A pesar de su corta estatura, Giuliana Poveda, quien padece acondroplasia, supera las vicisitudes de la vida con grandeza, y ejemplo de ello son las dos medallas que logró para Perú, una de oro y otra de plata, en los Juegos Mundiales de Talla Baja, realizados este mes en Ontario, Canadá.
Poveda destacó en la disciplina de bádminton. En individuales, en la final batió a la australiana Koby Donovan en dos sets y, en dobles, haciendo pareja con la estadounidense Katherine Valli, quedaron subcampeonas, al caer ante la dupla británica-irlandesa.
A "La peque", como la conocen familiares y amistades, Xinhua la encontró, tras un merecido descanso, en sus prácticas en la Villa Deportiva Nacional (Videna) de Lima, alistándose para futuras competencias.
Poveda próximamente estará en la República de Corea, donde espera vencer a una inglesa que es la campeona mundial de talla baja, luego en Brasil y Estados Unidos, teniendo en la mira los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.
"Yo al principio jugaba voleibol y tuve un partido en un campeonato donde un joven del Instituto Peruano del Deporte (IPD) me vio y me invitó a hacer la selección de voleibol de talla baja", recordó.
"Como las chicas no iban, me invitaron para que hiciera bádminton y así puede ingresar al bádminton, mediante eso", dijo la joven de 16 años durante un momento del entrenamiento nocturno.
El IPD inició el desarrollo del proyecto Pequeños Gigantes del Deporte en 2014, y en la actualidad son varias decenas de deportistas de talla baja inscritos en los distintos deportes que forman las competencias olímpicas.
"Este deporte les ayuda a desenvolverse tanto socialmente como personas. Hay muchos chicos que les ayuda también a aceptarse en la discapacidad que tienen", señaló el entrenador de bádminton, Derly Delgado.
"Como yo les digo, su discapacidad tiene que volverse una capacidad, todo depende de cada uno, de cómo cada uno lo toma para superar esto y demostrar que sí se puede, como ella (Giuliana) nos está demostrando a todos", agregó.
Giuliana ha sido blanco de burlas, pero ella, con perseverancia, optimismo y voluntad se abre camino en el deporte y en sus estudios escolares.
La joven peruana cursa el último año de Educación Secundaria y su meta es acceder a estudios superiores en sistemas audiovisuales de comunicación.
La deportista de 1,20 metros de estatura señaló que hay personas que se le acercan en la calle, sin saber de su condición, para "burlarse o creerse que somos una suerte para ellos. Nos tocan la cabeza y eso no nos gusta, porque es un tema de burla y para mí todos somos iguales".
"Tenemos diferentes cosas. Si yo fuera igual que ellos, no sería igual, pero soy única", puntualizó Giuliana, quien, por cierto, habla también inglés con soltura.
La acondroplasia es un trastorno genético que afecta el crecimiento óseo y causa el tipo más común de enanismo.
En el caso de Giuliana, este trastorno no la ha afectado, sino todo lo contrario, como toda una descendiente de las cumbres andinas supera los obstáculos de la vida y demuestra que la única limitación está en la mente de cada ser humano.
"Dios nos ha traído al mundo para ser felices. Nos ha creado por amor y nos debemos aceptar como somos", expresó Lidia Flores, viuda de Poveda, madre de Giuliana, quien la acompaña para todos lados.
Lidia pidió a los padres que tengan niños con acondroplasia "que se sientan orgullosos de sus hijos, porque ellos pueden desarrollar toda sus capacidades como cualquier persona de talla normal". Fin