Por Victoria Argüello
CARACAS, 11 ago (Xinhua) -- Las inéditas amenazas del presidente de EEUU, Donald Trump, quien dijo este viernes "no descartar una opción militar" en el caso de Venezuela, no favorecen a Washington y en cambio fortalecen el "discurso incendiario" de Caracas, opinó el analista Andrés Villadiego.
Consultado por Xinhua acerca de las declaraciones de Trump, Villadiego aseguró que a pesar de ser una "medida extrema", es "tradición" en la política exterior norteamericana apelar a un discurso más agresivo cuando los gobiernos a los que emplaza, insisten en no alinearse a su lógica política.
"En la diplomacia norteamericana, ellos (EEUU) nunca descartan la opción de fuerza, la opción militar, cuando los gobiernos no se alinean a sus intereses, la opción militar siempre va estar presente", expresó el también economista venezolano.
El Departamento del Tesoro estadounidense ya ha aplicado sanciones contra 21 funcionarios venezolanos, incluyendo a los máximos representantes de los cinco poderes públicos, lo cual representa un hecho inédito en la historia de relaciones entre Caracas y Washington.
Las sanciones directas contra el presidente Nicolás Maduro, pese a que dividen la opinión pública sobre si se trata o no de una "agresión" que afecte a toda la nación, significan la primera vez en 18 años de gobierno de izquierda que un jefe de Estado es castigado por una decisión política en el país.
"Eso es una sumatoria más a la cantidad de presiones que recibe el gobierno de Maduro a nivel internacional, pero creo que es remota la posibilidad de que se materialice una agresión militar contra Venezuela", indicó el docente de la Universidad de Carabobo (UC).
Aseguró que esta medida generaría una desestabilización política generalizada en la región, que es además una zona geográfica muy cercana a EEUU, todo lo cual podría resultar contraproducente para Washington.
"Estados Unidos ha llevado una política guerrerista agresiva siempre y cuando la zona de operación esté lejos de la casa (del propio EEUU)", sostuvo.
A su juicio, a la administración Trump le convendría más el camino de las sanciones económicas, de los bloqueos en esta área o el establecimiento de mecanismos legales para asfixiar más al gobierno de Maduro, antes que apelar a la "opción militar".
Como ejemplo, refirió a Cuba, el país de América Latina y el Caribe receptora de una de las políticas más agresivas de EEUU a lo largo de más de 50 años, y que incluso iniciándose en el terreno de la agresión militar terminó por definirse en un bloqueo económico-comercial.
Villadiego aseguró que la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños se opondrían a una eventual intervención militar contra Venezuela.
Apeló a la instauración en la región de métodos que plantean "salidas negociadas" además de referir que en el continente existe desde los últimos 30 años "una negativa rotunda a la intervención de fuerzas extranjeras en otros países".
Pero otro elemento a analizar es cómo favorece la retórica agresiva de Trump a lo que Villadiego califica como un "discurso incendiario" de parte del presidente Nicolás Maduro, quien ha desoído los permanentes llamados de la comunidad internacional en contra de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
"Una agresión militar de Estados Unidos contra Venezuela justificaría toda la retórica incendiaria del gobierno venezolano, eso sería una excusa que pudiera tomar Caracas para tomar medidas mucho más extremas, una política interior y una política exterior mucho más radicalizada", expuso.
También "serviría para justificar que algunos problemas de Venezuela que tienen que ver con errores propios de gestión gubernamental, no son culpa del gobierno sino de ataques", agregó.
Dentro de la complejidad de la situación interna, el analista político precisó que un ambiente más tenso con EEUU podría generar que el gobierno arrecie la búsqueda de "enemigos internos", inclusive los sectores que aún no alineándose con Washington son arduos críticos a la gestión de Maduro.
No obstante, aseguró que ante una real intervención militar, estos grupos descontentos, en su mayoría de izquierda, "cerrarían filas" para oponerse a las pretensiones de EEUU.