RIO DE JANEIRO, 3 ago (Xinhua) -- Río de Janeiro, el estado más turístico de Brasil, registró 3.457 muertes violentas en el primer semestre del año, 15 por ciento más en comparación con el mismo periodo del año pasado y el mayor número desde 2009.
Los números divulgados hoy por el Instituto de Seguridad Pública (ISP), brazo estadístico de la Secretaría de Seguridad Pública, tienen en cuenta a los homicidios intencionales, los robos seguidos de muerte, las lesiones corporal seguidas de muerte y los homicidios después de resistirse a la intervención policial.
La región donde las muertes más aumentaron fue la Baixada Fluminense (23 por ciento), una región en el área metropolitana de Río de Janeiro formada por 13 municipios, con un total de 3,7 millones de habitantes.
Los datos oficiales confirman la sensación de inseguridad en un estado que está bajo el refuerzo de policías de la Fuerza Nacional de Seguridad y de militares de las Fuerzas Armadas.
El gobierno brasileño anunció el viernes pasado el envío de 10.240 militares y policías al estado de Río de Janeiro (sureste) para contener la ola de violencia que vive la región, sede hace apenas un año de los Juegos Olímpicos.
El ministro brasileño de Defensa, Raul Jungmann, anunció el envío de 8.500 militares, 620 agentes de la Fuerza Nacional y 380 de la Policía de Carreteras Federal y otros 740 agentes de carretera que permanecerán hasta final de 2018.
El estado de Río de Janeiro sufre una grave crisis económica, a raíz de la caída de los precios del petróleo y de una gran red de corrupción perpetrada por la anterior administración, que desvió centenares de millones de dólares, y que obligó a las autoridades a declarar en 2016 el estado de calamidad financiera (quiebra).
La falta de dinero se tradujo en una menor presencia de agentes de policía en las calles, lo cual coincidió con un aumento de violencia.
En lo que va del año han sido asesinados 92 policías en Río de Janeiro, donde se han registrado más de 3.200 tiroteos este año. Fin