En medio de un diálogo, Richard Perdigón, vendedor informal de café, dice no comprender el aumento desmedido del precio del azúcar refinado, que hoy cuesta 12.000 bolívares (unos 5 dólares el kilo, a tasa oficial).
Propone ante ello crear una Ley para regular los precios y controlar la inflación, en consonancia con uno de los instrumentos jurídicos priorizados por el Ejecutivo.
Su cliente, Eduardo de la Cruz, denuncia en cambio una "especulación de precios" por parte de comerciantes y afines, y asegura que debe iniciarse una "legislación que ponga mano de hierro sobre los especuladores".
Los venezolanos también apuestan a la conciliación entre la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el gobierno nacional, como única vía para atenuar el grave conflicto social del cual han salido afectados, con mayor vehemencia, los sectores más vulnerables.
La Constituyente se muestra así como una válvula de escape a la acrecentada tensión, que no podría sino conducir a una guerra civil, según alerta la población consultada.
Manuel Montañez, adulto mayor, relata que su primo perdió la vida al chocar contra una barricada en la localidad de Altamira, en la zona este de Caracas, por lo cual exige a la Asamblea Nacional Constituyente "acciones efectivas para una conciliación nacional" además de esclarecer los crímenes por razones políticas.
"Es primordial construir una gran alianza nacional para sacar al país de la violencia, debemos unir a los contentos con los descontentos y evitar más derramamiento de sangre", manifestó.
Mientras avanzan sus puestos en las filas, los caraqueños dicen reconocerse en las elecciones, sea cual fuera su tipo, pues confían en que esta vía represente la salida para todos los problemas.
Sin embargo, también manifiestan estar en ese punto medio entre la incertidumbre sobre el futuro y la plena convicción de lograr que las cosas mejoren.
