Por Raúl Menchaca
PINAR DEL RIO, Cuba, 24 jul (Xinhua) -- Poco más de 33.000 personas viven en Minas de Matahambre, un municipio en la más occidental de las provincias cubanas, donde hace más de un siglo comenzó la explotación minera, detenida hace una década y renacida ahora con un ambicioso proyecto.
La zona, donde se asientan los poblados de Minas de Matahambre y Santa Lucía, comienza a reanimarse con el proyecto polimetálico Castellanos, que se dedicará a la extracción de concentrados de plomo y zinc.
La explotación del yacimiento y el procesamiento del mineral están a cargo de la Empresa Minera del Caribe (Emincar), una asociación entre la estatal Geominera de Cuba y Trafigura, un consorcio integrado por compañías de varios países.
Emincar asumió la ejecución del proyecto en lo que a finales de 2015 era apenas un monte cercano al mar y al poblado de Santa Lucía.
Con una inversión superior a los 270 millones de dólares, el proyecto polimetálico espera explotar durante 11 años el yacimiento ubicado apenas a 1 kilómetros y medio de la planta recién construida y que debe entrar en funcionamiento en octubre venidero.
La producción de esa planta, que tiene la más moderna tecnología mundial de procesamiento de mineral, permitirá exportar en todo el período, alrededor de 470.000 toneladas de plomo y 1.400.000 toneladas de zinc.
A plena capacidad, la producción anual debe rondar las 50.000 toneladas de concentrado de plomo y las 100.000 de concentrado de zinc, que se transportarán por barco desde el cercano puerto de Santa Lucía hasta la terminal de contenedores de Mariel, desde donde se exportarán.
"En esta primera etapa vamos a trabajar en la puesta en marcha de la planta. En la segunda etapa del plan 2018 se van a incrementar los volúmenes de producción, y estamos trabajando precisamente en eso", dijo a Xinhua el geólogo Justo Hernández, gerente general adjunto por la parte cubana.
La planta tiene una capacidad de procesamiento de 161 toneladas por hora, para obtener seis toneladas de concentrados de plomo y unas 12 de concentrados de zinc.
El proceso incluye la trituración del mineral extraído en varios molinos hasta alcanzar un tamaño aproximado de 35 micras, casi polvo, y después la parte tecnológica comenzará en los tanques de flotación donde se añadirán reactivos para hacer flotar al plomo y al zinc.
Aunque el mercado tiende a la oscilación, en la actualidad el precio del plomo ronda en los 1.200 dólares la tonelada, mientras que el zinc anda por alrededor de los 1.600 la tonelada, además de que existe una buena demanda internacional de ambos minerales.
Apenas a 1 kilómetro y medio del yacimiento de Castellanos, los geólogos han identificado otro con reservas algo superiores según los estimados, lo que permitiría alargar la vida útil del proyecto a unos 25 años.
En ambos casos, el objetivo es la producción de concentrados de plomo y zinc, aunque los residuos contienen ciertas cantidades de oro, por lo que se estudia también la posibilidad de aprovecharlas.
El proyecto incluye un grupo de inversiones inducidas, entre las que están la reparación de la conductora de agua y la instalación de una potabilizadora en la cercana presa Nombre de Dios, que entregará agua a la planta y al cercano poblado de Santa Lucía.
Casi se han concluido también las labores de restauración en el puerto de Santa Lucía, administrado ahora por Emincar, empresa que adquirió el buque Castellanos I para el transporte del producto final.
El proyecto Castellanos viene a impulsar los planes gubernamentales de reactivar la maltrecha economía cubana, mediante un proceso de reformas internas que incluye la apertura al capital extranjero.
