Por Victoria Argüello
CARACAS, 11 jul (Xinhua) -- La polarización política que se impone actualmente en la realidad venezolana ha hecho que las necesidades reales de la población, estrechamente vinculadas a la situación económica y de la seguridad, se hayan dejado a un lado, coincidieron expertas consultadas por Xinhua.
Venezuela se encuentra en uno de sus momentos políticos más álgidos: la población está convocada a votar este mes una propuesta de Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y, por otro lado, a un plebiscito propuesto por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Uno de los síntomas que se acrecienta a diario es el enfrentamiento y la defensa abnegada de las propuestas políticas que mantienen los partidarios de la MUD y el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
La psicóloga social e investigadora María José Millán Blanco define la actual polarización como "dos versiones, dos modelos de una realidad antagónica con la única intención de invisibilizar la postura del contrario porque se parte de un criterio de verdad absoluta".
Esto implica que los actores de la situación "no vean matices, no analicen las contradicciones y no vean más allá de la visión que se defiende", argumenta la especialista.
Coincide en este aspecto la socióloga Maryclen Stelling, para quien "la polarización ha establecido dos países paralelos que se manejan bajo dos narrativas distintas de lo que sucede; cada día se separa más un polo del otro, lo que afecta a todas las áreas sociales".
Afirma que, en la cotidianidad, la población venezolana vive en "base a medias verdades, que por un lado legitiman las protestas y las muertes que se suponen son en pro de una gesta heroica, pero que guardan relación directa con el discurso del liderazgo político de los dos bandos".
La socióloga expresa que las "narrativas mediáticas son relatos político partidistas que fungen como elemento sustantivo de las medias verdades que se difunden a nivel de medios de comunicación", lo que dificulta que se establezcan puntos de coincidencia.
En media de esta compleja situación, dice, se encuentran los jóvenes, que crecen en un contexto "donde el odio se transforma en violencia para formar parte de una sociedad donde se legitima la destrucción del contrario y conjuntamente la autonomización de la violencia, que deriva en miedo" .
Para Millán, existe un elemento transversal en todo el proceso social, al que se refiere como "trasgresor de la visión realista", consistente en el uso de los símbolos para impactar a la juventud, y "usarlas de bandera" en las movilizaciones de la oposición.
"No hay mecanismos de contención que permitan que esta población vulnerable en términos psicológicos desarrolle de forma normal su identidad, viéndose alterada por este proceso propagandístico que ideologiza sin ningún tipo de filtro", afirma.
A fin de aliviar la situación, concluye Stelling, es necesario que surjan voces con peso moral en el país que llamen a la construcción de un pacto de convivencia que permita establecer un acuerdo macro. Fin
