Por Raimundo Urrechaga
Imagen del 20 de junio de 2017 de residentes caminando frente al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), en La Habana, Cuba. Hace más de tres décadas Cuba inició un camino que para cualquier país en vías de desarrollo resultaba incierto y hasta cierto punto desconocido. La visión a largo plazo en ese entonces del líder cubano, Fidel Castro, permitió que la Mayor de las Antillas comenzara una ruta que la ha llevado hoy en día a convertirse en una potencia a nivel mundial en biotecnología y productos fármacos únicos contra enfermedades como el cáncer. En 1986 se fundó el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), institución líder de la industria biotecnológica donde se realiza el ciclo científico desde la investigación incipiente hasta la producción y comercialización de fármacos novedosos para la salud humana. En tal sentido, el CIGB desarrolló en 1990 una vacuna recombinante contra la Hepatitis B y ha logrado prácticamente la desaparición de esta enfermedad en Cuba. A la par del desarrollo científico internacional, Cuba también ampliaba sus centros de investigación y de producción de fármacos a través de distintas técnicas. Tal fue el caso del Centro de Inmunología Molecular (CIM) fundado en 1994, que inicialmente desarrolló la tecnología de los anticuerpos monoclonales para distintos usos médicos. El trabajo científico durante más de dos décadas ha llevado al CIM a desarrollar anticuerpos monoclonales y fármacos de alto impacto internacional, así como vacunas contra ciertos tipos de cáncer e investigaciones muy avanzadas al respecto. La industria biotecnológica aporta cada año más de 500 millones de dólares a la economía cubana y en específico el CIGB recibe ingresos anuales por sus exportaciones por más de 100 millones de dólares. Mientras que el CIM actualmente comercializa sus productos a más de 30 países, cuenta con más de 100 registros sanitarios y se exportan cinco fármacos de vanguardia. (Xinhua/Joaquín Hernández)
LA HABANA, 24 jun (Xinhua) -- Hace más de tres décadas Cuba inició un camino que para cualquier país en vías de desarrollo resultaba incierto y hasta cierto punto desconocido.
La visión a largo plazo en ese entonces del líder cubano, Fidel Castro, permitió que la Mayor de las Antillas comenzara una ruta que la ha llevado hoy en día a convertirse en una potencia a nivel mundial en biotecnología y productos fármacos únicos contra enfermedades como el cáncer.
"En las primeras etapas de la biotecnología cubana el producto líder fue el Interferón y posteriormente los científicos comenzaron el desarrollo de la ingeniería genética para tratar de producir fármacos biológicos usando técnicas recombinantes" afirmó a Xinhua, Merardo Pujol, director de Negocios del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Tras estos primeros pasos en 1986 se fundó el CIGB, institución líder de la industria biotecnológica donde se realiza el ciclo científico desde la investigación incipiente hasta la producción y comercialización de fármacos novedosos para la salud humana.
En tal sentido, el CIGB desarrolló en 1990 una vacuna recombinante contra la Hepatitis B y ha logrado prácticamente la desaparición de esta enfermedad en Cuba.
Años más tarde, comenzó la producción de otras vacunas en particular la pentavalente que protege con una sola dosis contra enfermedades como la difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B y la influenza tipo b.
A la par del desarrollo científico internacional, Cuba también ampliaba sus centros de investigación y de producción de fármacos a través de distintas técnicas.
Tal fue el caso del Centro de Inmunología Molecular (CIM) fundado en 1994, que inicialmente desarrolló la tecnología de los anticuerpos monoclonales para distintos usos médicos.
"El primer producto del CIM fue un anticuerpo monoclonal llamado OKT3 que se produjo para los trasplantes de riñón y evitar que los pacientes le hicieran rechazo a ese nuevo órgano", dijo a Xinhua, Eduardo Ojito, vicedirector primero de esta institución.
El trabajo científico durante más de dos décadas ha llevado al CIM a desarrollar anticuerpos monoclonales y fármacos de alto impacto internacional, así como vacunas contra ciertos tipos de cáncer e investigaciones muy avanzadas al respecto.
Tras varios años de experiencia el gobierno cubano comenzó una nueva estrategia para exportar sus productos biotecnológicos, una visión que ha logrado resultados económicos muy importantes para la Isla.
"Hoy exportamos nuestros productos establecidos a cerca de 50 países y tenemos una cartera de fármacos de innovación que están en diferentes fases de desarrollo y con los cuales llevamos a cabo un proceso intenso de búsqueda de socios potenciales" , apuntó Pujol.
La industria biotecnológica aporta cada año más de 500 millones de dólares a la economía cubana y en específico el CIGB recibe ingresos anuales por sus exportaciones por más de 100 millones de dólares.
Mientras que el CIM actualmente comercializa sus productos a más de 30 países, cuenta con más de 100 registros sanitarios y se exportan cinco fármacos de vanguardia.
PRODUCTOS ÚNICOS E INNOVADORES
En 2008, el Centro de Inmunología Molecular registró en Cuba un fármaco que años más tarde traería esperanzas a millones de seres humanos que padecen de cáncer de pulmón.
Se trata de la vacuna CIMAvax-EGF, un producto único de su tipo que busca brindar mayor calidad de vida a los pacientes que padecen este tipo de cáncer y hoy en día se utiliza en el sistema de salud cubano y cuatro países del mundo.
"La vacuna CIMAvax-EGF es un fármaco que aprovecha el conocimiento pretérito de los primeros científicos del centro. Esa vacuna tiene dos componentes, la molécula EGF que es una célula de factor de crecimiento y tiene otra proteína que es la P64K" , dijo Ojito.
En 2012 comenzó su uso en el sistema de salud cubano y ha beneficiado a miles de pacientes, a la vez que se ha registrado en todos los continentes para su posible comercialización.
"En este momento la vacuna CIMAvax-EGF tiene registro sanitario, es decir la autorización para su uso y comercialización, en cuatro países que son Perú, Colombia, Bosnia y Herzegovina, y por supuesto Cuba," manifestó.
A su vez, tiene un programa de desarrollo muy avanzado con un ensayo clínico fase 3 multinacional en varios países de Europa y Asia.
En enero de este año comenzó un ensayo clínico en Estados Unidos en cooperación con el Roswell Park Cancer Institute y la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de ese país (FDA por sus siglas en inglés).
Según las normativas aún vigentes y aprobadas por el ex presidente estadounidense, Barack Obama, medicamentos y productos biotecnológicos cubanos pueden ser vendidos en Estados Unidos tras la aprobación de la FDA y su posterior fase de ensayos clínicos.
La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de revertir ciertos aspectos de la apertura entre Washington y La Habana aún no se sabe si afectaría la cooperación en biotecnología y habrá que esperar a las próximas semanas a que se emitan las regulaciones específicas.
Debido a la forma en que parece funcionar, la vacuna podría ser potencialmente eficaz contra el cáncer de colon, de cabeza y cuello, que también dependen de la molécula EGF para crecer, dijo recientemente a Xinhua, Kelvin Lee, director del departamento de Inmunología de Roswell Park.
"Hay una pista, una esperanza que a partir de este innovador medicamento cubano seamos capaces de desarrollar una vacuna para estos otros tipos de cáncer", afirmó Lee.
A diferencia de otras terapias contra el cáncer, que pueden causar efectos secundarios graves, los pacientes tratados con CIMAvax-EGF toleran bien la vacuna.
Otro producto cubano que también ha revolucionado la industria biotecnológica y salvado cientos de miles de amputaciones a nivel mundial es el Heberprot-P, un fármaco contra la úlcera del pie diabético registrado en 2006.
El Heberprot-P creado por el científico cubano Jorge Berlanga y un equipo del CIGB es un producto único que a través de inyecciones de factor de crecimiento epidérmico humano recombinante dentro de una herida logra cambiar el metabolismo celular de la misma.
"Se crean comandos a nivel celular donde ocurren síntesis de aminoácidos y proteínas que dividen las células y la herida o úlcera del pie diabético empieza a llenarse de tejido sano, vigoroso y en unos tres meses como promedio es una lesión cerrada" , explicó a Xinhua el Dr. Manuel Raíces, investigador del CIGB y parte del equipo que creó este producto.
Según el científico cubano en esta nación caribeña existen alrededor de 1 millón de diabéticos, unas 35.000 úlceras del pie diabético por año y en 2016 sólo se realizaron 480 amputaciones por esta causa.
El programa implementado en Cuba ha ganado fama internacional y Raíces junto a un equipo de científicos del CIGB ha brindado asesoría en más de 20 países como Rusia, Kuwait, Argelia, Argentina, Ecuador y Venezuela, entre otros.
Actualmente, el Heberprot-P está registrado en 23 naciones de todos los continentes y se emplea con eficacia en diez países que ya autorizaron su uso y comercialización.
Los científicos cubanos están mirando al futuro buscando nuevas formas de crear fármacos únicos e innovadores que no sólo beneficien a la población de la isla, sino a millones.
Más de 30 años después de iniciarse en el camino de la biotecnología se valida el concepto de que la ciencia cubana es una industria viva, en desarrollo y con una amplia proyección científica.