Por Victoria Argüello
CARACAS, 23 jun (Xinhua) -- La fallida propuesta de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de aprobar un documento condenatorio contra Venezuela durante su 47 Asamblea General en Cancún, México, pudo deberse en gran parte a la alianza Petrocaribe.
Venezuela y la OEA llegaron este año a la cúspide de sus tensiones, lo cual motivó que el gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunciara su retiro del organismo hemisférico el pasado 26 de abril.
Unos 14 países de la organización, liderados por Estados Unidos, siguen interesados en aprobar un texto condenatorio contra la administración de Caracas, sin lograr un consenso interno para este propósito, tal como se evidenció en la 47 Asamblea General de la OEA, que se reunió del 19 al 21 de junio en el balneario mexicano de Cancún.
Para muchos, esta imposibilidad de la OEA de condenar a Venezuela se debe a la influencia que ejerce Caracas en naciones del Caribe, a propósito del Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe, mediante el cual Venezuela suministra desde 2005 crudo en condiciones preferenciales a 16 Estados de la región.
En la reunión de Cancún, un puñado de naciones caribeñas se negó a firmar un documento que avalaba la creación de un "grupo de contacto", además de "condenar", entre varios puntos, supuestas violaciones a los derechos humanos y rechazar la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en Venezuela.
Entre las naciones que forman parte de Petrocaribe y salvaron su voto a favor de Venezuela figuraron Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves y San Vicente y Las Granadinas.
Avalaron el documento propuesto por la OEA Bahamas, Guyana, Barbados, Jamaica, Belice y Santa Lucía, países que han apoyado más de una vez una resolución contra Caracas.
La reunión en México se debatió entre sacar de la abstención a países como Granada, Haití, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, cuatro de las cuales al final de la jornada retiraron su apoyo al documento de rechazo a la administración venezolana.
El economista y experto en asuntos de energía, Luis Alberto Matos, corrobora la hipótesis de que Petrocaribe puede tener incidencia en la postura que tienen varios países de la región con respecto a la situación política venezolana.
"Algunos pudieran contradecirnos, argumentando el relativamente bajo consumo de los países que nos acompañan en Petrocaribe, pero la importancia de la zona va más allá del simple consumo", sostuvo el especialista en Econometría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Petrocaribe establece la venta de hasta 185.000 barriles diarios de crudo venezolano, con una factura petrolera de la cual 40 por ciento es financiada por Caracas con posibilidad de pago de hasta 25 años, y un 60 por ciento restante que los países caribeños pueden pagar de 30 a 90 días.
Las tasas de interés, pese a estar alineadas a los precios internacionales del crudo, rondan el 1 por ciento cuando Venezuela goza de un barril que supera los 40 dólares, todo lo cual hace proliferar las versiones, críticas y no del gobierno de Maduro, sobre el uso de este mecanismo como herramienta geopolítica.
Matos sostiene que no sólo las condiciones preferenciales del suministro de energía avivan el interés de las naciones caribeñas para no oponerse a Venezuela, pese a las presiones del gobierno de Estados Unidos.
Destacan, en ese sentido, proyectos a gran escala como la Zona Económica Petrocaribe (ZEP), que, asegura, cambiará el panorama comercial de esta cuenca atlántica y fortalecerá las economías locales al ahorrarle divisas a los Estados.
"Las refinerías presentes en la zona, y aquellas que se construirán, sumarán una importante cantidad de derivados, especialmente combustibles, que, por su cercanía, ofrecerían mucho menor costo final, dados los muy elevados cargos que hacen los tanqueros, donde hasta no hace mucho se hablaba de dos y más dólares diarios por barril", explicó.
La ZEP, acordada en 2014, plantea un trabajo conjunto con la Comunidad del Caribe (Caricom) y con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) para la liberación de aranceles, con el fin de apuntalar el comercio industrial, de materias primas, de bienes intermedios y de productos con máximo valor agregado.
Según las autoridades venezolanas, a partir de octubre de 2017, Venezuela podrá suministrar al Caribe de 35.000 a 40.000 toneladas métricas de urea, con las cuales las naciones de la región podrán mejorar los suelos e incrementar la producción de sus alimentos.
Aunque existen opiniones que afirman que el nacimiento de Petrocaribe, hace 12 años, contrajo la influencia de Estados Unidos en el continente, numerosos especialistas en el tema aseguran que también el liderazgo de Cuba ha minado el dominio occidental en la región caribeña.
Por su parte, Venezuela ha contraído acuerdos estratégicos de carácter bilateral con otras naciones no integrantes de Petrocaribe, como Trinidad y Tobago, que también pueden motivar la abstención a la hora de debatirse una condena a la administración de Maduro.
Matos considera que con el Acuerdo de Cooperación Energética Venezuela pudo restar influencia de Estados Unidos "quizás sólo en algunos países, e incluso hasta pudiera haberla generado por reacción en otros".
En cualquier caso, los intentos en el seno de la OEA y la resistencia venezolana no son más que una expresión de los resquebrajados nexos entre Caracas y Washington, lo cual genera que a Venezuela se le critique por mantener tensiones con su principal socio comercial.
No obstante, son cada vez más las voces que señalan que a Estados Unidos conviene una mejora de sus nexos con Venezuela, país que contiene las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo y que además ha virado el enfoque de sus relaciones comerciales con otros países.
