Por Raimundo Urrechaga
LA HABANA, 6 jun (Xinhua) -- Trazar el futuro económico y social para un país no es tarea fácil para ningún gobierno, sobre todo ante la incierta situación financiera mundial y otros factores como el cambio climático y la globalización.
Para planificar y ejecutar un ambicioso plan de reformas económicas, políticas y sociales Cuba ha diseñado una hoja de ruta certera, tras la aprobación la semana pasada en la Asamblea Nacional (Congreso) de la isla de tres documentos rectores para el futuro del país.
En dos sesiones extraordinarias, la Asamblea Nacional de Cuba analizó el avance de las reformas iniciadas en 2010 por el presidente Raúl Castro a través del documento "Lineamientos de la política Económica y Social de la Revolución", que es la plataforma para implementar los cambios en la Isla.
Los 596 legisladores de la Asamblea Nacional también aprobaron el plan de desarrollo de la nación hasta 2030, así como la "conceptualización" del modelo de la isla, un documento que establece los preceptos teóricos para este país en los próximos años.
Uno de los temas más discutidos en los textos y aprobado por el Congreso cubano es un nuevo marco legal para el reconocimiento oficial de pequeñas y medianas empresas privadas.
Aunque podrían pasar meses o años antes de que se implementen estos cambios, es la primera vez desde 1959 que se reconoce como persona jurídica al sector privado para ser tratado de la misma manera que cualquier otra empresa estatal.
"No estamos yendo hacia una economía de mercado, ni el gobierno tiene intenciones de establecer un modelo económico de este tipo. Más bien es un proceso gradual de transformaciones, diversificación económica y desarrollo de un sector privado nacionalista", dijo a Xinhua el analista político cubano Rafael Hernández.
Según Hernández, la aprobación de estos documentos por parte de la Asamblea Nacional, después de ser acordados por primera vez en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba en abril de 2016, es una señal de que profundas reformas económicas y sociales se implementarán en esta nación.
"Actualizar nuestro modelo social y económico es una de las tareas más difíciles que el país ha enfrentado en los últimos 20 años después del colapso de la Unión Soviética. Estos documentos representan la guía, la hoja de ruta a seguir", agregó.
Estos tres textos también fueron discutidos por más de un año en asambleas populares, debates de barrio, centros de trabajo y estudio, así como en las comunidades por más de 1,6 millones de cubanos.
En ellos se refrenda el sistema político de partido único, la economía socialista y el control estatal sobre sectores estratégicos, a pesar de la apertura a pequeñas empresas privadas y la inversión extranjera.
Entre los temas más discutidos en las sesiones extraordinarias estuvieron la concentración de la propiedad privada y la riqueza, cuestiones que suscitaron un profundo debate dentro de los legisladores.
"No se permitirá la concentración de la propiedad y la riqueza aun cuando se promueva la existencia de formas privadas de gestión", señaló el vicepresidente de gobierno Marino Murillo, el "zar de las reformas" en la Isla.
De igual forma, se aprobaron directrices económicas y sociales en temas relacionado al papel de la inversión extranjera directa, la introducción de tecnología avanzada, el "know how" (conocimientos prácticos) y la mejora de los órganos de gobierno local.
Hernández, director de la revista social cubana "Temas", dijo que la dirección de la isla es consciente de la importancia de implementar reformas clave como poner fin al sistema de doble moneda del país, aumentar la productividad, la eficiencia y los salarios en el sector estatal.
"El pueblo cubano tiene expectativas muy altas después de la aprobación de los textos la semana pasada, y ya hay una experiencia acumulada con las reformas ya en marcha y ejecutadas en los últimos cinco años", afirmó.
Sin embargo, muchos críticos dicen que La Habana ha tardado mucho tiempo en implementar reformas concretas que beneficien al ciudadano común, mientras que funcionarios gubernamentales han reiterado que los cambios se harán "sin prisa, pero sin pausa".
"El liderazgo del país quiere evitar cualquier terapia de choque al implementar estas reformas, y al mismo tiempo ejecutar una transición articulada y gradual de la generación histórica y fundacional de la revolución a caras más jóvenes", señaló el experto.
