BRUSELAS, 1 jun (Xinhua) -- Con la aproximación de la 19ª reunión de líderes China-Unión Europea, ambas partes deben aprovechar esta oportunidad para fortalecer sus lazos estratégicos, dado que los intereses que comparten superan en gran medida las diferencias que tienen.
Está previsto que el primer ministro chino, Li Keqiang, asista a la reunión anual, programada para el 2 de junio en Bruselas, junto al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Los dirigentes también mantendrán intercambios a fondo de puntos de vista sobre las relaciones de China con la UE, y los asuntos regionales e internacionales de interés común, dijo el pasado sábado en Beijing el viceministro de Relaciones Exteriores chino Wang Chao en una sesión informativa.
No es un secreto para nadie que la visita del premier chino se lleva a cabo en un momento en el que las dos grandes economías se están midiendo en una polémica sobre el método del país de referencia en las investigaciones antidumping.
La UE recurre a este método para calcular medidas antidumping contra exportaciones chinas, al tomar como referencia los precios o costes de productos similares en un tercer país.
De conformidad con las normas pertinentes de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la UE debía abandonar este método después del 11 de diciembre de 2016, día en que se cumplieron 15 años de la incorporación de China a la OMC.
Es lamentable que la UE, un importante defensor del libre comercio, no haya cumplido con sus obligaciones. China, para defender sus propios intereses, no tiene otra opción más que iniciar procedimientos para la resolución de disputas ante la OMC en contra del método.
Dicho esto, la discusión, de ningún modo, será desastrosa para las relaciones entre China y la UE.
Según datos oficiales, los productos chinos, que son blanco de las medidas antidumping impuestas por la UE, solo representan un 2 por ciento de su volumen comercial total, que se situó en 547.000 millones de dólares en 2016.
La UE ha sido, durante años, el mayor socio comercial de China, y el país asiático el segundo mayor del bloque europeo. Hasta el mes de marzo de 2017, la inversión directa acumulada de China en la UE totalizó 73.300 millones de dólares, mientras la de la UE en China llegó a los 114.600 millones de dólares.
"El desarrollo del comercio y la inversión se ha convertido en lastre e impulso para las relaciones China-UE", destacó Chai Xiaolin, jefa de la oficina del consejero económico y comercial de la misión china en la UE.
En una rueda de prensa celebrada el 26 de mayo antes de la cumbre del G7, Juncker también enfatizó la importancia del comercio para la UE, indicando que "un tercio de nuestros ingresos nacionales provienen del comercio con el resto del mundo, que apoya uno en siete puestos de trabajo en la UE; y por cada 1.000 millones de euros en exportaciones, creamos 14.000 empleos adicionales".
Hay aproximadamente 20 millones de pequeñas y medianas empresas (PYME) en la UE, la mayoría de las que contratan a menos de 10 empleados. No se exagera cuando se dice que las PYME, muchas de las cuales cuentan con largas historias y alta tecnología, son órganos vitales de la economía de la UE.
Teniendo en cuenta el papel notable de las PYME, el premier chino tiene programado participar en la cumbre empresarial China-UE y en una ceremonia de firma de documentos de cooperación entre PYME de ambas partes.
Sin duda, el auge de las PYME ayudará en gran medida a liberar a la UE de la elevada tasa crónica de desempleo, en particular entre la juventud.
China, que ha experimentado una desaceleración del crecimiento económico durante los últimos años, espera que la cooperación entre las PYME llegue a ser una nueva fuerza de impulso para las relaciones económicas entre China y la UE.
No existen remedios milagrosos para las inevitables disputas comerciales entre China y la UE. Sin embargo, es sensato que tengan en cuenta que sus intereses comunes pesan más que las diferencias, lo cual ayudará a tomar decisiones adecuadas.