RIO DE JANEIRO, 24 may (Xinhua) -- El Gobierno brasileño anunció hoy que las Fuerzas Armadas permanecerán hasta el 31 de mayo en las calles del Distrito Federal, tras los graves y violentos incidentes de este miércoles durante una protesta para pedir la renuncia del presidente Michel Temer.
A petición del presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, el Gobierno determinó que tropas federales protejan los edificios de la Explanada de los Ministerios, donde se ubican los órganos del Gobierno y el Congreso Nacional.
El ministro de Defensa, Raul Jungmann, informó en un breve pronunciamiento oficial que 1.500 militares ya están emplazadas en el Palacio del Planalto (sede del Gobierno) y en el palacio de Itamaraty (sede de la cancillería). Los efectivos se desplazan para proteger otros edificios del gobierno y el Congreso Nacional.
De acuerdo con Jungmann, la medida fue necesaria porque la marcha Ocupa Brasilia, "que estaba prevista como pacífica, degeneró en violencia, falta de respeto y amenaza a las personas".
En un comunicado, la Secretaría de Comunicación Social informó que "el presidente de la República, tras confirmarse la insuficiencia de los medios policiales solicitados por el presidente de la Cámara de Diputados, decidió emplear, con base en el artículo 142 de la Constitución Federal, efectivos de las Fuerzas Armadas".
Según la nota, la presencia de los militares en las calles del Distrito Federal es para "garantizar la integridad física de las personas, proporcionar la evacuación segura de los edificios de la avenida de los ministerios y proteger el patrimonio público, tal como fue hecho anteriormente en varios estados brasileños. Restableciéndose el orden, el documento será revocado", concluye la nota.
Al menos 49 personas resultaron heridas y 7 fueron detenidas tras los violentos incidentes de esta tarde en Brasilia entre manifestantes contrarios al Gobierno de Michel Temer y la policía, que dejaron numerosos destrozos en edificios públicos y del Ejecutivo en la capital brasileña.
Los incidentes empezaron cuando un grupo de unas 50 personas enmascaradas empezó a romper los cristales de varios de los ministerios que hay en la Avenida de los Ministerios, donde se concentra todo el poder público brasileño, y prendió fuego en el interior de algunos de ellos.
La policía se vio obligada a reaccionar lanzando gases lacrimógenos y balas de goma contra los vándalos para dispersarlos.
El grupo destruyó las persianas y rompió los cristales de al menos cinco ministerios, incluyendo el de Integración Nacional, el de Trabajo y el de Agricultura.
Este último había sido rodeado por tabiques, pero aún así terminó con los vidrios rotos.
También fueron atacadas algunas paradas de autobús, señales de tránsito, teléfonos públicos, reflectores que iluminan los letreros de los ministerios e incluso baños móviles que habían sido instalados en el lugar.
Los manifestantes, que la Policía Militar estimó en 35.000 personas, pidieron la renuncia del presidente Temer y criticaron las propuestas de reforma laboral y de pensiones que se tramitan en el Congreso.
La manifestación, bautizada Ocupa Brasilia, fue convocada por centrales sindicales contra esas reformas laboral y pensional.
Tras recorrer toda la Explanada de los Ministerios, zona que concentra los órganos de gobierno en dirección al Congreso, los participantes en la marcha Ocupa Brasilia empezaron a dispersarse y a dirigirse a otros puntos de la ciudad.
La manifestación duró más de cinco horas y recorrió ambos lados de la Explanada, partiendo desde el estacionamiento del estadio Mané Garrincha, en el Eixo Monumental, una de las principales vías de la ciudad.
Dirigentes sindicales pronunciaban discursos contra las reformas, mientras que los manifestantes pedían el fin de la corrupción y la renuncia de Temer, además de protestar contra lo que califican de "regresión en derechos".
