BEIJING, 10 may (Xinhua) -- Mientras muchos países están contentos de participar en el Foro de la Franja y la Ruta, que se celebrará el 14 y el 15 de mayo en Beijing, algunos medios de comunicación de Occidente continúan manteniendo la mentalidad de la Guerra Fría y calumnian la iniciativa calificándola de neocolonialismo.
Algunas informaciones de prensa politizaron arbitrariamente la iniciativa, al afirmar que no es de beneficio mutuo, es que China propone, y al acusar al país asiático de "buscar dominar" y adueñarse del "liderazgo mundial".
Los hechos y las cifras muestran que este punto de vista no es correcto.
Aunque la Iniciativa de la Franja y la Ruta fue propuesta por China, todas las partes están involucradas para llevarla a cabo. China no tiene la intención de interpretar un solo.
Desde 2013, más de 100 países y organizaciones internacionales han respondido cordialmente a la iniciativa y casi 50 agencias intergubernamentales han firmado acuerdos de cooperación.
La apertura, la inclusión y el beneficio mutuo son las marcas distintivas de la iniciativa y constituyen el origen del extenso apoyo que ha conseguido.
En un momento en el que la economía mundial está todavía recuperándose de la crisis financiera de 2008, es necesaria con urgencia una plataforma inclusiva y eficiente que pueda ayudar a todas las partes a enfrentarse a los retos globales.
Datos oficiales muestran que las empresas chinas firmaron en 2016 nuevos contratos por un total de 126.000 millones de dólares en países a lo largo de la Franja y la Ruta, con proyectos que abarcan la energía, las infraestructuras y la cooperación industrial, lo que supone una subida interanual del 36 por ciento.
Durante el proceso, China y el resto de los participantes de la iniciativa han impulsado la globalización y han contribuido a la recuperación económica global mediante un comercio más libre e intercambios culturales.
A diferencia del plan Marshall, con el que algunos medios de comunicación han comparado la iniciativa, no se han impuesto condiciones políticas a los participantes en la Franja y la Ruta.
Tampoco tiene una orientación ideológica. Entre los participantes hay países occidentales desarrollados, países socialistas, países budistas y países islámicos.
Aunque algunos medios han dirigido la atención a la ausencia esperada de algunos de los principales líderes occidentales en el foro, deben también tener en cuenta que los líderes de 28 países participarán en el evento, incluidos los primeros ministros de Italia, Grecia y Polonia, el presidente del gobierno español y los presidentes de Suiza y la República Checa.
El ministro de Hacienda británico, Philip Hammon, asistirá al evento en nombre de la primera ministra del país, mientras que, debido a los procesos electorales en marcha, Alemania y Francia enviarán representantes de alto nivel para dar su apoyo al foro.
La iniciativa está basada en la igualdad, el acceso al crecimiento y el beneficio recíproco. No es un club exclusivo para los países occidentales, sino que sirve principalmente para el amplio número de países en vías de desarrollo. El foro es un círculo de amigos y en el mismo participarán representantes de más de 100 países y regiones.
Ciertamente, dado que se han implicado tantos países, la iniciativa cuenta con su lógica cuota de dificultades y retos, como las barreras técnicas, culturales y de idioma.
Sin embargo, los primeros frutos y la determinación de los participantes muestran un potencial sin límites por delante. La iniciativa está comprometida con llevar prosperidad a la gente que vive a lo largo de la Franja y la Ruta.
Viviendo en el mundo interconectado de hoy, los prejuicios y el miedo a la iniciativa, que tiene buenas intenciones de apertura y de crecimiento compartido, no tienen fundamento.