Enfoque de China: Modernidad ensombrece el tradicional teatro de sombras

Spanish.xinhuanet.com   2017-04-29 18:41:28

CHENGDU, 29 abr (Xinhua) -- Dos guerreros vestidos con un uniforme antiguo luchan ferozmente. De repente, al son de la percusión de los tambores, uno de ellos, con la cara roja, saca su espada y decapita a su enemigo, de cara blanca.

No se trata de la escena de una película, sino de una representación del teatro de sombras, un arte tradicional chino que utiliza siluetas de coloridas figuras, hechas de piel de res, para representar a Guan Yu, un prominente general antiguo, peleando en sus numerosos combates.

Lo que se esconde detrás de la cortina es el alma de la representación: el titiritero Wang Biao. Usando sus manos flexibles y voz, el artista puede hacer que las pequeñas figuras se acaricien la barba, inclinen sus cabezas, agiten las manos y se persigan las unas a las otras.

"Esta representación artística se ha transmitido en mi familia durante siete generaciones", indica Wang, de 52 años y procedente de Lanchong, ciudad de la provincia suroccidental china de Sichuan.

A pesar de su larga historia, las sombras chinescas están en peligro de extinción frente a los pasatiempos modernos como la televisión o el cine.

Wang se está esforzando para que la gente preste atención a este arte tradicional. Con el apoyo de un fondo nacional, ahora enseña a 20 estudiantes procedentes de todo el país para que aprendan las habilidades necesarias para dominar el teatro de sombras.

"Deseo que esta parte de la cultura folclórica sobreviva a la amenaza de la modernidad y prospere en el futuro", apunta.

FUERA DE LAS SOMBRAS

Las sombras chinescas tienen una larga tradición. Los registros históricos de China muestran que fue creada originalmente por un taoista chino durante la dinastía Han (202 A.C--220 D.C.) para consolar al emperador Wu, que estaba triste tras perder a una de sus concubinas imperiales preferidas.

El taoista hizo una estatua de piedra de la concubina y la puso en una carpa iluminada por una candela encendida. La silueta de la sombra se parecía mucho a la amante del emperador, ayudándole a quitarle la tristeza.

Durante los siguientes 2.000 años, las figuras de piedra eran sustituidas gradualmente por figuras de piel de res y la carpa era reemplazada por cortinas. Los titiriteros añadían sonidos de tambores y elementos de óperas a los movimientos de las figuras y así nació el teatro de sombras.

Wang Biao presenció una representación teatral de este tipo cuando se graduó de su escuela de secundaria.

"Pensé que era divertida y llamativa a la vista y las figuras eran muy coloridas", señala.

El abuelo de Wang, un renombrado actor de sombras chinescas en el norte de Sichuan, le llevaba con él durante sus actuaciones.

"El incluso pagó a un titiritero profesional para que me enseñara", recuerda Wang.

Sin embargo, el aprendizaje es muy difícil y puede llevar años antes de poder actuar en un escenario.

"Cada movimiento debe ser preciso", explica Wang. "Debes aprender de memoria todo el guión, cantar todo tipo de letras y mostrar sus emociones manejando los hilos de sombras chinescas", añade.

El teatro de sombras sufrió un revés durante los tumultos de la Revolución Cultural entre 1966 y 1976, pero emergió poco después, a comienzos de los años 80, cuando se representaba en ceremonias matrimoniales, funerales y banquetes.

Desde la reforma y apertura al mundo exterior, sin embargo, un gran número de habitantes rurales se mudaron a las ciudades en busca de mejores trabajos, a la par que electrodomésticos como televisores y radios se popularizaban. El arte empezó a perder a sus espectadores jóvenes y se vio obligada a competir con los entretenimientos modernos.

Wang dejó de actuar con sus figuras de sombras en 1991 y se mudó a la metrópolis de Shenzhen, en el sur del país, para trabajar en una granja de cerdos. No tardó demasiado en ganar mucho dinero, pero no podía olvidar sus sombras chinescas.

"Me dije a mí mismo que no podía dejar que este arte desaparecería en mis manos", destaca.

En 2000 regresó a Sichuan y, con la ayuda de un amigo, trató de preparar una actuación en Chengdu, la capital provincial. La representación tuvo un enorme éxito y fue muy difundida en la prensa.

Cuatro años después, Wang regresó a su tierra nativa y creó un grupo de teatro de sombras. Al mismo tiempo, continuaba buscando a personas dispuestas a aprender el arte.

En 2007, reclutó a 22 estudiantes que querían aprender el arte con él. Rompió la tradición de solo enseñar a hombres e incluyó a un grupo de mujeres. A cada le daba una ayuda de 600 yuanes (87 dólares) mensuales para incentivarles en su estudio.

Pero sus esfuerzos fracasaron. La mayoría de los estudiantes lo veían como "un trabajo temporal" y se marcharon gradualmente. El último que se fue era su estudiante favorito y le comunicó a Wang que iba a alistarse en el ejército.

"Le di 1.000 yuanes y le compré fruta antes de que emprendiera su viaje", rememora Wang. "Después de eso, cerré todas las puertas y lloré".

Wang se encerró en su habitación durante todo el día, creyendo que el arte iba a morir.

Posteriormente Wang le contó su historia a un funcionario del Ministerio de Cultura, quien le elogió por "estar haciendo una cosa valiosa".

"Las leyes y normativas concernientes a la protección del arte se están debatiendo", informó el funcionario a Wang.

En junio de 2011, China promulgó una ley que protege los patrimonios culturales inmateriales. Ese mismo año, la UNESCO incluyó el teatro de sombras en la lista de patrimonio cultural inmaterial.

"Desde entonces, siento que ya no estoy solo en la protección del patrimonio cultural", asegura Wang.

En los últimos años, la cantidad límite del fondo que Wang podía solicitar ha pasado de 300.000 yuanes a 1,5 millones de yuanes, y él también recibe 20.000 yuanes de subsidio cada año proveniente del Gobierno.

En la actualidad, se está construyendo un museo de 200 metros cuadrados que presenta el teatro de sombras en la calle principal de su ciudad nativa. La sala exhibirá 50.000 marionetas que son propiedad de Wang.

Wang desea formar a más estudiantes talentosos y crear más programas de representación artística.

"Me alegro de que el teatro de sombras esté saliendo de sus sombras en la época moderna", concluye.

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Enfoque de China: Modernidad ensombrece el tradicional teatro de sombras

Spanish.xinhuanet.com 2017-04-29 18:41:28

CHENGDU, 29 abr (Xinhua) -- Dos guerreros vestidos con un uniforme antiguo luchan ferozmente. De repente, al son de la percusión de los tambores, uno de ellos, con la cara roja, saca su espada y decapita a su enemigo, de cara blanca.

No se trata de la escena de una película, sino de una representación del teatro de sombras, un arte tradicional chino que utiliza siluetas de coloridas figuras, hechas de piel de res, para representar a Guan Yu, un prominente general antiguo, peleando en sus numerosos combates.

Lo que se esconde detrás de la cortina es el alma de la representación: el titiritero Wang Biao. Usando sus manos flexibles y voz, el artista puede hacer que las pequeñas figuras se acaricien la barba, inclinen sus cabezas, agiten las manos y se persigan las unas a las otras.

"Esta representación artística se ha transmitido en mi familia durante siete generaciones", indica Wang, de 52 años y procedente de Lanchong, ciudad de la provincia suroccidental china de Sichuan.

A pesar de su larga historia, las sombras chinescas están en peligro de extinción frente a los pasatiempos modernos como la televisión o el cine.

Wang se está esforzando para que la gente preste atención a este arte tradicional. Con el apoyo de un fondo nacional, ahora enseña a 20 estudiantes procedentes de todo el país para que aprendan las habilidades necesarias para dominar el teatro de sombras.

"Deseo que esta parte de la cultura folclórica sobreviva a la amenaza de la modernidad y prospere en el futuro", apunta.

FUERA DE LAS SOMBRAS

Las sombras chinescas tienen una larga tradición. Los registros históricos de China muestran que fue creada originalmente por un taoista chino durante la dinastía Han (202 A.C--220 D.C.) para consolar al emperador Wu, que estaba triste tras perder a una de sus concubinas imperiales preferidas.

El taoista hizo una estatua de piedra de la concubina y la puso en una carpa iluminada por una candela encendida. La silueta de la sombra se parecía mucho a la amante del emperador, ayudándole a quitarle la tristeza.

Durante los siguientes 2.000 años, las figuras de piedra eran sustituidas gradualmente por figuras de piel de res y la carpa era reemplazada por cortinas. Los titiriteros añadían sonidos de tambores y elementos de óperas a los movimientos de las figuras y así nació el teatro de sombras.

Wang Biao presenció una representación teatral de este tipo cuando se graduó de su escuela de secundaria.

"Pensé que era divertida y llamativa a la vista y las figuras eran muy coloridas", señala.

El abuelo de Wang, un renombrado actor de sombras chinescas en el norte de Sichuan, le llevaba con él durante sus actuaciones.

"El incluso pagó a un titiritero profesional para que me enseñara", recuerda Wang.

Sin embargo, el aprendizaje es muy difícil y puede llevar años antes de poder actuar en un escenario.

"Cada movimiento debe ser preciso", explica Wang. "Debes aprender de memoria todo el guión, cantar todo tipo de letras y mostrar sus emociones manejando los hilos de sombras chinescas", añade.

El teatro de sombras sufrió un revés durante los tumultos de la Revolución Cultural entre 1966 y 1976, pero emergió poco después, a comienzos de los años 80, cuando se representaba en ceremonias matrimoniales, funerales y banquetes.

Desde la reforma y apertura al mundo exterior, sin embargo, un gran número de habitantes rurales se mudaron a las ciudades en busca de mejores trabajos, a la par que electrodomésticos como televisores y radios se popularizaban. El arte empezó a perder a sus espectadores jóvenes y se vio obligada a competir con los entretenimientos modernos.

Wang dejó de actuar con sus figuras de sombras en 1991 y se mudó a la metrópolis de Shenzhen, en el sur del país, para trabajar en una granja de cerdos. No tardó demasiado en ganar mucho dinero, pero no podía olvidar sus sombras chinescas.

"Me dije a mí mismo que no podía dejar que este arte desaparecería en mis manos", destaca.

En 2000 regresó a Sichuan y, con la ayuda de un amigo, trató de preparar una actuación en Chengdu, la capital provincial. La representación tuvo un enorme éxito y fue muy difundida en la prensa.

Cuatro años después, Wang regresó a su tierra nativa y creó un grupo de teatro de sombras. Al mismo tiempo, continuaba buscando a personas dispuestas a aprender el arte.

En 2007, reclutó a 22 estudiantes que querían aprender el arte con él. Rompió la tradición de solo enseñar a hombres e incluyó a un grupo de mujeres. A cada le daba una ayuda de 600 yuanes (87 dólares) mensuales para incentivarles en su estudio.

Pero sus esfuerzos fracasaron. La mayoría de los estudiantes lo veían como "un trabajo temporal" y se marcharon gradualmente. El último que se fue era su estudiante favorito y le comunicó a Wang que iba a alistarse en el ejército.

"Le di 1.000 yuanes y le compré fruta antes de que emprendiera su viaje", rememora Wang. "Después de eso, cerré todas las puertas y lloré".

Wang se encerró en su habitación durante todo el día, creyendo que el arte iba a morir.

Posteriormente Wang le contó su historia a un funcionario del Ministerio de Cultura, quien le elogió por "estar haciendo una cosa valiosa".

"Las leyes y normativas concernientes a la protección del arte se están debatiendo", informó el funcionario a Wang.

En junio de 2011, China promulgó una ley que protege los patrimonios culturales inmateriales. Ese mismo año, la UNESCO incluyó el teatro de sombras en la lista de patrimonio cultural inmaterial.

"Desde entonces, siento que ya no estoy solo en la protección del patrimonio cultural", asegura Wang.

En los últimos años, la cantidad límite del fondo que Wang podía solicitar ha pasado de 300.000 yuanes a 1,5 millones de yuanes, y él también recibe 20.000 yuanes de subsidio cada año proveniente del Gobierno.

En la actualidad, se está construyendo un museo de 200 metros cuadrados que presenta el teatro de sombras en la calle principal de su ciudad nativa. La sala exhibirá 50.000 marionetas que son propiedad de Wang.

Wang desea formar a más estudiantes talentosos y crear más programas de representación artística.

"Me alegro de que el teatro de sombras esté saliendo de sus sombras en la época moderna", concluye.

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