ESPECIAL: Una marca de alta costura decide salvar la caballerosidad del hombre chino

Spanish.xinhuanet.com   2017-04-21 16:20:59

Por Luan Xiang

CHENGDU, 21 abr (Xinhua) -- En China se da un fenómeno curioso: mientras que la mujer está al tanto de las marcas de lujo y la última moda sobre cómo combinar los colores de temporada, el sexo masculino, al parecer, no presta tanta atención al genio del diseñador y casi siempre opta por lo cómodo y práctico.

Habiendo observado tan trágico contraste tras casarse con una bella mujer china y establecerse en el país asiático, Apollo, un joven diseñador estadounidense de alta costura masculina, decidió acudir en socorro de sus cuñados chinos.

MAKAIF: Una marca que combina lo clásico y lo innovador

MAKAIF Bespoke es una marca fundada en Chengdu, en el suroreste de China, que aúna la herencia de la sastrería artesanal de la calle Savile Row de Londres con las tendencias más vanguardistas de la moda contemporánea y los gustos locales del milenario pueblo asiático.

En la famosa vía londinense trabajan los sastres y camiseros más prestigiosos del mundo y las marcas que representan la imagen de los caballeros occidentales, tales como las bicentenarias Henry Poole & Co. y Gieves & Hawkes.

Confeccionar estas excelsas vestimentas artesanas implica que los maestros tomen medidas del cuerpo del cliente, ideen un patrón exclusivo y cosan las piezas manualmente, rematadas con aguja e hilo para presentar un fruto final que suscite miradas de admiración.

Con el mismo anhelo y espíritu artesanal, en el equipo de MAKAIF se ve reflejado un cosmopolitismo en el que coinciden tradición y modernidad, lo propiamente chino y lo global: costureros veteranos respetuosos de la tradición y diseñadores ingeniosos que llevan en el corazón la noción universal de belleza y las últimas novedades en todo el planeta.

Son chinos, surcoreanos, americanos, italianos, portugueses... Y juntos forman un organismo conocedor de las estéticas del Occidente y el Oriente.

Con el solo objetivo de vestir bien al hombre chino, el equipo de MAKAIF se esfuerza por diseñar trajes y calzado según los rígidos estándares de la "haute couture" masculina exclusivos para cada cliente.

Compran telas de alta calidad de los proveedores más prestigiosos de Inglaterra e Italia y colaboran con maestros patronistas y sastres de China, Corea e Italia para elaborar piezas de indumentaria artesanal que sienten a la perfección al cliente y que le hagan sentir tan cómodo como atractivo.

La idea no es ofrecer una prenda sino un nuevo estilo para que el caballero chino se presente ante el mundo, así como una oportunidad de transformarse y adoptar una actitud más seria y atenta hacia sí mismo.

APOLLO: La historia de un diseñador estadounidense en China

Al igual que el resto del país, Chengdu es una ciudad vivaz y en constante crecimiento. Su entorno favorable a los negocios ha propiciado la llegada de las multinacionales más importantes del mundo, observa Apollo.

"Me parece intolerable que los hombres de negocios vayan mal vestidos, con ropas fabricadas en líneas de producción industrial de las que salen millones de copias del mismo diseño, peor aún cuando el traje de la llamada moda 'prêt-à-porter' no le queda bien", lamenta el diseñador.

"Confío en que todo ello cambiará y quisiera emprender este cambio, proyectando de forma gradual una influencia con mi propia fuerza y la de MAKAIF para ofrecer sugerencias y opciones óptimas a los empresarios chinos", lanza.

MAKAIF es una abreviatura de "Manners and Kindness Always in Fashion (los modales y la gentileza siempre están de moda)", revela.

"Al venir a China me di cuenta de que los chinos parecen tener preferencia por las marcas foráneas e ignoran las nacionales siempre que pueden. A mi juicio, hay que evaluar por igual a todas las marcas, sean extranjeras o nativas, según sus méritos y virtudes respectivos.

"MAKAIF es una marca registrada en China y debe considerarse una marca nacional, aunque nuestro equipo esté compuesto por diseñadores de nueva generación que tienen un alto nivel de educación y han viajado por todo el mundo", destaca el fundador.

"Es nuestra meta probar a los clientes que una marca nacional también pueda competir con las marcas más destacadas del mundo e incluso triunfar en esta competencia", expresó.

Un cliente italiano de MAKAIF envió una carta de agradecimiento después de recibir los encargos. Para Apollo, las palabras "me encantan" y "'muchas gracias" evidencian que en Italia, meca de la alta moda masculina, valoran esta marca china.

SHELLY: La historia de una diseñadora china y su sueño

Apollo encontró en Chengdu a su socia china, que ha hecho posible la creación de la marca.

Shelly es una joven veinteañera natural de Chengdu, ciudad afamada por la cocina picante y la belleza de sus mujeres, capaces de trabajar duramente y cumplir con lo imposible, ardientes de carácter, apasionadas y encantadoras, al igual que el ají de Sichuan.

Lo que a Shelly la distingue del resto de sus iguales es su dominio perfecto del inglés y un decente conocimiento de la cultura occidental, en particular de todo lo que tiene que ver con el estilo estético.

Como diseñadora, Shelly es creativa, valiente y delicada. Su sensibilidad femenina y la aplicación de innovaciones le han granjeado mucha popularidad entre los clientes.

De entre todos ellos, recuerda a uno que necesitaba un traje Zhongshan (el estilo tradicional chino de cuello levantado, también conocido en el exterior como traje Mao), pero a él no le gustaba el estilo rígido y tieso del patrón clásico.

"Me puse a crear para él un diseño más dinámico, más chispeante, y con tanta elegancia formal como la alta costura más reciente", presume la creativa diseñadora.

El resultado es que al cliente le encantaron el diseño único y la artesanía manual reflejada en la confección y ahora se ha vuelto un habitual del establecimiento, celebra.

Apollo no piensa en el dinero y rechaza apurar el desarrollo de la marca. Shelly está de acuerdo, porque para ella es más importante hacer algo bien que ganar dinero aprovechándose de un modelo de trabajo acelerado.

Pero Shelly sueña con que la marca MAKAIF llegue a tener la magnitud del grupo LVMH y su variedad de líneas de productos, todos deseados por quienes aspiren a estar bellos.

Y ha decidido hacerlo realidad, con su devoción plena a cada obra.

  
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Spanish.xinhuanet.com 2017-04-21 16:20:59

Por Luan Xiang

CHENGDU, 21 abr (Xinhua) -- En China se da un fenómeno curioso: mientras que la mujer está al tanto de las marcas de lujo y la última moda sobre cómo combinar los colores de temporada, el sexo masculino, al parecer, no presta tanta atención al genio del diseñador y casi siempre opta por lo cómodo y práctico.

Habiendo observado tan trágico contraste tras casarse con una bella mujer china y establecerse en el país asiático, Apollo, un joven diseñador estadounidense de alta costura masculina, decidió acudir en socorro de sus cuñados chinos.

MAKAIF: Una marca que combina lo clásico y lo innovador

MAKAIF Bespoke es una marca fundada en Chengdu, en el suroreste de China, que aúna la herencia de la sastrería artesanal de la calle Savile Row de Londres con las tendencias más vanguardistas de la moda contemporánea y los gustos locales del milenario pueblo asiático.

En la famosa vía londinense trabajan los sastres y camiseros más prestigiosos del mundo y las marcas que representan la imagen de los caballeros occidentales, tales como las bicentenarias Henry Poole & Co. y Gieves & Hawkes.

Confeccionar estas excelsas vestimentas artesanas implica que los maestros tomen medidas del cuerpo del cliente, ideen un patrón exclusivo y cosan las piezas manualmente, rematadas con aguja e hilo para presentar un fruto final que suscite miradas de admiración.

Con el mismo anhelo y espíritu artesanal, en el equipo de MAKAIF se ve reflejado un cosmopolitismo en el que coinciden tradición y modernidad, lo propiamente chino y lo global: costureros veteranos respetuosos de la tradición y diseñadores ingeniosos que llevan en el corazón la noción universal de belleza y las últimas novedades en todo el planeta.

Son chinos, surcoreanos, americanos, italianos, portugueses... Y juntos forman un organismo conocedor de las estéticas del Occidente y el Oriente.

Con el solo objetivo de vestir bien al hombre chino, el equipo de MAKAIF se esfuerza por diseñar trajes y calzado según los rígidos estándares de la "haute couture" masculina exclusivos para cada cliente.

Compran telas de alta calidad de los proveedores más prestigiosos de Inglaterra e Italia y colaboran con maestros patronistas y sastres de China, Corea e Italia para elaborar piezas de indumentaria artesanal que sienten a la perfección al cliente y que le hagan sentir tan cómodo como atractivo.

La idea no es ofrecer una prenda sino un nuevo estilo para que el caballero chino se presente ante el mundo, así como una oportunidad de transformarse y adoptar una actitud más seria y atenta hacia sí mismo.

APOLLO: La historia de un diseñador estadounidense en China

Al igual que el resto del país, Chengdu es una ciudad vivaz y en constante crecimiento. Su entorno favorable a los negocios ha propiciado la llegada de las multinacionales más importantes del mundo, observa Apollo.

"Me parece intolerable que los hombres de negocios vayan mal vestidos, con ropas fabricadas en líneas de producción industrial de las que salen millones de copias del mismo diseño, peor aún cuando el traje de la llamada moda 'prêt-à-porter' no le queda bien", lamenta el diseñador.

"Confío en que todo ello cambiará y quisiera emprender este cambio, proyectando de forma gradual una influencia con mi propia fuerza y la de MAKAIF para ofrecer sugerencias y opciones óptimas a los empresarios chinos", lanza.

MAKAIF es una abreviatura de "Manners and Kindness Always in Fashion (los modales y la gentileza siempre están de moda)", revela.

"Al venir a China me di cuenta de que los chinos parecen tener preferencia por las marcas foráneas e ignoran las nacionales siempre que pueden. A mi juicio, hay que evaluar por igual a todas las marcas, sean extranjeras o nativas, según sus méritos y virtudes respectivos.

"MAKAIF es una marca registrada en China y debe considerarse una marca nacional, aunque nuestro equipo esté compuesto por diseñadores de nueva generación que tienen un alto nivel de educación y han viajado por todo el mundo", destaca el fundador.

"Es nuestra meta probar a los clientes que una marca nacional también pueda competir con las marcas más destacadas del mundo e incluso triunfar en esta competencia", expresó.

Un cliente italiano de MAKAIF envió una carta de agradecimiento después de recibir los encargos. Para Apollo, las palabras "me encantan" y "'muchas gracias" evidencian que en Italia, meca de la alta moda masculina, valoran esta marca china.

SHELLY: La historia de una diseñadora china y su sueño

Apollo encontró en Chengdu a su socia china, que ha hecho posible la creación de la marca.

Shelly es una joven veinteañera natural de Chengdu, ciudad afamada por la cocina picante y la belleza de sus mujeres, capaces de trabajar duramente y cumplir con lo imposible, ardientes de carácter, apasionadas y encantadoras, al igual que el ají de Sichuan.

Lo que a Shelly la distingue del resto de sus iguales es su dominio perfecto del inglés y un decente conocimiento de la cultura occidental, en particular de todo lo que tiene que ver con el estilo estético.

Como diseñadora, Shelly es creativa, valiente y delicada. Su sensibilidad femenina y la aplicación de innovaciones le han granjeado mucha popularidad entre los clientes.

De entre todos ellos, recuerda a uno que necesitaba un traje Zhongshan (el estilo tradicional chino de cuello levantado, también conocido en el exterior como traje Mao), pero a él no le gustaba el estilo rígido y tieso del patrón clásico.

"Me puse a crear para él un diseño más dinámico, más chispeante, y con tanta elegancia formal como la alta costura más reciente", presume la creativa diseñadora.

El resultado es que al cliente le encantaron el diseño único y la artesanía manual reflejada en la confección y ahora se ha vuelto un habitual del establecimiento, celebra.

Apollo no piensa en el dinero y rechaza apurar el desarrollo de la marca. Shelly está de acuerdo, porque para ella es más importante hacer algo bien que ganar dinero aprovechándose de un modelo de trabajo acelerado.

Pero Shelly sueña con que la marca MAKAIF llegue a tener la magnitud del grupo LVMH y su variedad de líneas de productos, todos deseados por quienes aspiren a estar bellos.

Y ha decidido hacerlo realidad, con su devoción plena a cada obra.

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