BUENOS AIRES, abril 17, 2017 (Xinhua) -- Imagen del 13 de abril de 2017, de Shelly Hou (i) y Juan Berthier (d) tomando mate en su departamento en Buenos Aires, capital de Argentina. Una pareja sino-argentina está acercando las culturas de sus respectivos países gracias a su pasión por el tango. Shelly Hou y Juan Berthier viven y bailan en esta ciudad argentina. La pareja imparte clases y se deja ver por el Salón Canning, donde se celebran "milongas", espacios en los que aficionados al tango se reúnen para bailarlo y disfrutar de la música "porteña", en el barrio de Palermo. Hou nació en Shanghai, en una familia tradicional de China. "Estudiaba y trabajaba en Shanghai, como tantos otros. Un día viendo la televisión, vi el tango argentino y me enamoré de ese baile. Después, fui de vacaciones 15 días a Buenos Aires y en 2013 decidí mudarme para aprender tango y castellano", recordó. Hou contó que conoció a su pareja en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), a la que ambos asistían para aprender el tango. "Fuimos compañeros durante un año y terminamos como pareja, bailando juntos", agregó Berthier. La pareja simboliza el acercamiento entre China y la región, las buenas relaciones que hay entre el país asiático y, en este caso, Argentina. Ahora, movidos por la pasión, ambos cultores del género reciben alumnos de China, pero también locales y de otros países, como Estados Unidos de América y Canadá. (Xinhua/Martín Zabala)
BUENOS AIRES, 17 abr (Xinhua) -- Una pareja sino-argentina está acercando las culturas de sus respectivos países gracias a su pasión por el tango.
Shelly Hou y Juan Berthier viven y bailan en esta ciudad argentina. La pareja imparte clases y se deja ver por el Salón Canning, donde se celebran "milongas", espacios en el que aficionados al tango se reúnen para bailarlo y dar rienda suelta a su pasión por la música "porteña", en el barrio de Palermo.
Hou nació en Shanghai, en una familia tradicional de China. "Estudiaba y trabajaba en Shanghai, como tantos otros. Un día viendo la televisión, vi el tango argentino y me enamoré de ese baile. Después, fui de vacaciones 15 días a Buenos Aires y en 2013 decidí mudarme para aprender tango y castellano", recordó.
La pareja simboliza el acercamiento entre China y la región, las buenas relaciones que hay entre el país asiático y, en este caso, Argentina.