LHASA, 11 abr (Xinhua) -- Kelsang Jampa nunca imaginó que un día tendría una casa nueva en un barrio limpio, pues su familia era una de las más pobres de Dagdong, una aldea de la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China.
En esta ocasión, el año nuevo tibetano cayó el 27 de febrero, y Kelsang Jampa se mudó a su nueva casa, de dos pisos, justo antes de esa fecha. El lugar es el mismo, la casa no.
En la ladera de enfrente están las ruinas de la mansión del VI Dalai Lama, Tsangyang Gyatso. Dagdong, una aldea agrícola tradicional, se hizo famosa en el pasado gracias a un verso de amor escrito por Tsangyang Gyatso, quien era también un reconocido poeta. En el texto, Tsangyang Gyatso menciona la colina donde está localizada su casona.
La aldea de Dagdong tiene una población de 800 habitantes, 180 de los cuales están registrados como empobrecidos. Hace un año, Kelsang Jampa y las cinco personas que conforman su familia aún vivían con una subvención anual de seguridad social de 6.000 yuanes (869,6 dólares).
Sin embargo, beneficiándose de la campaña de China para erradicar la pobreza, Dagdong ha comenzado a cambiar.
A los ojos de este campesino, la aldea no cambió mucho durante décadas, hasta abril de 2016, cuando el gobierno y dos empresas locales fundaron conjuntamente una empresa de turismo, con el apoyo del gobierno del poblado de Niu, para ayudar al pueblo a desterrar la pobreza.
Los cambios son evidentes. Calles nuevas, paredes recién pintadas y hoteles y campamentos recién construidos.
Con la mejora de la infraestructura, un número creciente de turistas de todo el mundo está llegando a visitar la antigua aldea.
Los visitantes acampan frente a las ruinas de la mansión de Tsangyang Gyatso, visitan el melocotonero de 900 años de antigüedad que es orgullo local y van a ver y tomar fotos a los templos antiguos.
Dado que los tibetanos no son dados a migrar a otras tierras en busca de trabajo, los jóvenes lugareños ven el auge del turismo en Dagdong como una buena oportunidad para ganar dinero en su pueblo natal.
La nueva casa de Kelsang Jampa es parte de un proyecto turístico en el pueblo. Mientras tanto, el turismo ha puesto a su hijo a las puertas de un buen trabajo -- el transporte de materiales de construcción.
"Mi hijo va a presentar pronto el examen de conducción. Cuando tenga la licencia, podrá emplearse como conductor. Y yo voy a alquilar una habitación de mi nueva casa a una planta de procesamiento de yogur. Eso me traerá una renta mensual de 2.000 yuanes (290 dólares)", comenta el anciano.
Con todos los cambios, su cálculo es que en este año los ingresos de la familia superen los 40.000 yuanes (5.800 dólares).
"Finalmente mi nombre podrá ser incluido en la lista de las familias que han salido de la pobreza", dice orgulloso Kelsang Jampa.
Otra aldeana, Chonyi Dechen, de 70 años, asegura que nunca imaginó que su hijo encontraría trabajo en un huerto local.
Para la gente del lugar, el turismo ha generado empleos como limpiadores, guardas de seguridad y camareros.
Estadísticas de la comisión regional para el desarrollo del turismo muestran que en 2016 la inversión de la región en este sector y en proyectos de mitigación de la pobreza relacionados con el mismo totalizó más de 600 millones de yuanes, beneficiando a más de 40.000 personas de escasos recursos.
El gobierno regional espera que para finales de 2020, todos los agricultores y pastores dedicados al turismo estén percibiendo un ingreso promedio anual de 16.000 yuanes (2.318 dólares).
"Este año vamos a invertir 90 millones de yuanes para construir un hotel y un resort de aguas termales", anunció Tobgye, jefe del poblado.
Se estima que este año unos 150.000 turistas visitarán Dagdong, lo que podrá representar un ingreso de entre 40.000 y 60.000 yuanes para cada familia.
"Los aldeanos han encontrado esperanzas en el sector turístico, no estamos lejos del día en que podamos deshacernos por completo de la pobreza", previó Tobgye.
Hace un mes, el gobierno de Niu financió la siembra de decenas de hectáreas de melocotoneros en los alrededores de las ruinas de la mansión de Tsangyang Gyatso. En mayo, la aldea celebrará su primer festival de flores del durazno.