ESPECIAL: Antigua poesía china inspira y deleita a poeta español contemporáneo

Spanish.xinhuanet.com   2017-04-05 10:19:40

MADRID, 4 abr (Xinhua) -- El poeta español Manuel Moya ha encontrado un tesoro y fuente de inspiración inagotable en las obras de algunos antiguos poetas bucólicos chinos que vivieron hace más de mil años.

"Creo que vivo una vida similar a la de Tao (Tao Yuanming, nacido entre el 352 y el 365 en la provincia china de Zhejiang y fallecido en el 427), de la dinastía china Jin", confesó recientemente en una entrevista concedida a Xinhua en su hogar de Fuenteheridos, cerca de la localidad sureña española de Sevilla.

A sus 57 años, Moya ha mostrado siempre su gran amor por este y otros poetas pastoriles chinos como Wang Wei, Li Bai y Du Fu, cuyos estilos emula abiertamente tanto en su obra como en su vida.

Los lectores pueden reconocer fácilmente la filosofía de vida y las imágenes literarias chinas en obras como "Impedimenta", cuyos 40 poemas tienen el tono, rima y melodía de los poemas antiguos de China.

En una de esas poesías, Moya explica que incluso viviendo lejos de la compañía de otros, el ruido de los carros sigue llegando a su choza, en un homenaje al famoso poema de Tao que dice: "Un hogar en la feria de la vanidad se resuelve / Mi refugio sin los ruidos del carro/ Usted me pregunta cómo puede suceder de esta manera / Se muestra remoto cuando su mente está lejos".

En "Recordando un poema de Wang Wei (699 / 701-761)", Moya traslada las visiones naturales de su ciudad natal verso a verso al lugar donde el poeta chino puso la puesta de sol y los pájaros sobre las montañas de otoño.

Estas versiones españolas del siglo XXI de antiguas poesías pastoriles chinas le ayudaron a ganar un premio local de poesía. En 34 años, ha publicado más de 20 antologías poéticas y 10 libros de cuentos y novelas, por los que ha recibido multitud de galardones a todos los niveles.

Moya se dio a sí mismo el seudónimo de Xi Shaoquan cuando escribió "Impedimenta", que fue publicado en 2011. Para entretener a los visitantes de Xinhua en su casa de Fuenteheridos, Moya recitó las obras de Tao de una colección traducida de poemas antiguos chinos.

Ruborizado, confesó que la colección era nueva y que acababa de comprarla para la ocasión, porque la vieja copia que solía leer durante los últimos 16 años estaba desgastada.

"El libro causó grandes cambios en mí, me hizo saber sobre los poemas más antiguos del mundo, me gustan mucho y me pierdo totalmente en ellos", resaltó.

Señaló que la experiencia marcó un importante punto de inflexión en su carrera literaria.

Moya comenzó a imitar estos poemas antiguos gracias, en gran parte, a los esfuerzos de Joaquín Chen, de 79 años y traductor de esas poesías al español.

De hecho, el poeta español considera a Chen como su "tutor": "El señor Chen me llevó a un nuevo país de las maravillas de la poesía".

Al enterarse por Xinhua de que Chen publicó el año pasado una versión íntegra de una antología popular de los mejores poemas de la dinastía Tang de China, Moya dijo inmediatamente: "Compraré una copia mañana".

No es el único literato español a quien la obra de Chen ha influenciado. Entre otros, están el traductor Valentín García Yebra y el crítico Luis María Anson, ambos miembros de la Real Academia Española, quienes han escrito cada uno un prefacio para las demás traducciones de Chen.

La introducción de la antigua poesía china a los círculos literarios hispanos se remonta a principios del siglo XX. Se cree que el poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) fue el primero en hacerlo.

"Estoy muy agradecido a muchas personas como el señor Chen. Aprendí a escribir de ellos", relató Moya. "La semilla que el señor Chen sembró en mí se ha convertido en flores".

En su opinión, la poesía española y china comparten, entre otras muchas cosas, la profundidad interior.

"Los poetas de ambos países se preocupan mucho por las miserias de la vida humana y expresan sus pensamientos en lenguajes y melodías lo más bellos posibles", argumentó.

En la tranquilidad del campo, iluminado cada año por un mar de flores de castaño, Moya tiene un huerto que cuida todo el año en su propio patio, donde un par de perales resplandecen ahora con la luz del sol de marzo.

A sus ojos, su lugar de nacimiento Fuenteheridos, que data del siglo XIII, es como el refugio idílico del mundo que Tao describió una vez.

Hijo de un agricultor local, Moya ha tenido durante mucho tiempo el sueño de viajar a China para acercarse a la naturaleza que todavía vive en los poemas de Tao.

"Anhelo ver las montañas y los árboles que criaron el espíritu de Tao", confesó.

Seguramente tendrá más posibilidades de visitar China que Miguel de Cervantes, que murió antes de poder aceptar la invitación que le hizo el emperador chino de la época para dirigir una escuela de español.

  
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ESPECIAL: Antigua poesía china inspira y deleita a poeta español contemporáneo

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MADRID, 4 abr (Xinhua) -- El poeta español Manuel Moya ha encontrado un tesoro y fuente de inspiración inagotable en las obras de algunos antiguos poetas bucólicos chinos que vivieron hace más de mil años.

"Creo que vivo una vida similar a la de Tao (Tao Yuanming, nacido entre el 352 y el 365 en la provincia china de Zhejiang y fallecido en el 427), de la dinastía china Jin", confesó recientemente en una entrevista concedida a Xinhua en su hogar de Fuenteheridos, cerca de la localidad sureña española de Sevilla.

A sus 57 años, Moya ha mostrado siempre su gran amor por este y otros poetas pastoriles chinos como Wang Wei, Li Bai y Du Fu, cuyos estilos emula abiertamente tanto en su obra como en su vida.

Los lectores pueden reconocer fácilmente la filosofía de vida y las imágenes literarias chinas en obras como "Impedimenta", cuyos 40 poemas tienen el tono, rima y melodía de los poemas antiguos de China.

En una de esas poesías, Moya explica que incluso viviendo lejos de la compañía de otros, el ruido de los carros sigue llegando a su choza, en un homenaje al famoso poema de Tao que dice: "Un hogar en la feria de la vanidad se resuelve / Mi refugio sin los ruidos del carro/ Usted me pregunta cómo puede suceder de esta manera / Se muestra remoto cuando su mente está lejos".

En "Recordando un poema de Wang Wei (699 / 701-761)", Moya traslada las visiones naturales de su ciudad natal verso a verso al lugar donde el poeta chino puso la puesta de sol y los pájaros sobre las montañas de otoño.

Estas versiones españolas del siglo XXI de antiguas poesías pastoriles chinas le ayudaron a ganar un premio local de poesía. En 34 años, ha publicado más de 20 antologías poéticas y 10 libros de cuentos y novelas, por los que ha recibido multitud de galardones a todos los niveles.

Moya se dio a sí mismo el seudónimo de Xi Shaoquan cuando escribió "Impedimenta", que fue publicado en 2011. Para entretener a los visitantes de Xinhua en su casa de Fuenteheridos, Moya recitó las obras de Tao de una colección traducida de poemas antiguos chinos.

Ruborizado, confesó que la colección era nueva y que acababa de comprarla para la ocasión, porque la vieja copia que solía leer durante los últimos 16 años estaba desgastada.

"El libro causó grandes cambios en mí, me hizo saber sobre los poemas más antiguos del mundo, me gustan mucho y me pierdo totalmente en ellos", resaltó.

Señaló que la experiencia marcó un importante punto de inflexión en su carrera literaria.

Moya comenzó a imitar estos poemas antiguos gracias, en gran parte, a los esfuerzos de Joaquín Chen, de 79 años y traductor de esas poesías al español.

De hecho, el poeta español considera a Chen como su "tutor": "El señor Chen me llevó a un nuevo país de las maravillas de la poesía".

Al enterarse por Xinhua de que Chen publicó el año pasado una versión íntegra de una antología popular de los mejores poemas de la dinastía Tang de China, Moya dijo inmediatamente: "Compraré una copia mañana".

No es el único literato español a quien la obra de Chen ha influenciado. Entre otros, están el traductor Valentín García Yebra y el crítico Luis María Anson, ambos miembros de la Real Academia Española, quienes han escrito cada uno un prefacio para las demás traducciones de Chen.

La introducción de la antigua poesía china a los círculos literarios hispanos se remonta a principios del siglo XX. Se cree que el poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) fue el primero en hacerlo.

"Estoy muy agradecido a muchas personas como el señor Chen. Aprendí a escribir de ellos", relató Moya. "La semilla que el señor Chen sembró en mí se ha convertido en flores".

En su opinión, la poesía española y china comparten, entre otras muchas cosas, la profundidad interior.

"Los poetas de ambos países se preocupan mucho por las miserias de la vida humana y expresan sus pensamientos en lenguajes y melodías lo más bellos posibles", argumentó.

En la tranquilidad del campo, iluminado cada año por un mar de flores de castaño, Moya tiene un huerto que cuida todo el año en su propio patio, donde un par de perales resplandecen ahora con la luz del sol de marzo.

A sus ojos, su lugar de nacimiento Fuenteheridos, que data del siglo XIII, es como el refugio idílico del mundo que Tao describió una vez.

Hijo de un agricultor local, Moya ha tenido durante mucho tiempo el sueño de viajar a China para acercarse a la naturaleza que todavía vive en los poemas de Tao.

"Anhelo ver las montañas y los árboles que criaron el espíritu de Tao", confesó.

Seguramente tendrá más posibilidades de visitar China que Miguel de Cervantes, que murió antes de poder aceptar la invitación que le hizo el emperador chino de la época para dirigir una escuela de español.

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