BUENOS AIRES, 1 abr (Xinhua) -- Argentina mantiene un indeleble reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, un territorio del Atlántico Sur ubicado a 600 kilómetros de la costa sudamericana que hace 35 años fue objeto de una contienda bélica entre el país austral y el Reino Unido.
El reclamo de soberanía integra la Constitución de Argentina desde una reforma realizada en 1994, y establece que el país "ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional".
Y que "la recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino".
"Ese temperamento es una política de Estado que se mantiene, con más o menos matices, más allá del signo político o la ideología de quien gobierne el país", explicó a Xinhua la abogada Paola de Simone, experta en derecho internacional.
El 2 de abril de 1982, la Junta Militar que gobernaba entonces Argentina puso en marcha la denominada "Operación Rosario", por la que se decidió el desembarco en el archipiélago, para recuperar el control de las islas, un territorio que el Reino Unido considera propio, bajo el paraguas de "territorio británico de ultramar".
Esa acción militar dio paso a una contienda bélica que se extendió 74 días, en medio de un crudo invierno. El 14 de junio, Argentina firmó su rendición ante el Reino Unido, luego de combates que dejaron como saldo la muerte de 649 soldados argentinos, de 255 militares británicos y de tres isleños.
Argentina sostiene que el 3 de enero de 1833 "quebrantando la integridad territorial argentina, el Reino Unido ocupó ilegalmente las islas, desalojando mediante el uso de la fuerza a los habitantes y a las legítimas autoridades argentinas allí asentadas".
Desde entonces, las islas son objeto de una disputa de soberanía entre ambos países, reconocida por las Naciones Unidas mediante la resolución 2065 (del año 1965) de la Asamblea General, así como también por múltiples foros regionales y multilaterales.
El presidente Mauricio Macri prometió en su discurso ante el Congreso, el 1° de marzo último, "relaciones maduras y pragmáticas con todos los países del mundo. Este es el camino para avanzar en los intereses de la Argentina, incluyendo nuestro legítimo reclamo sobre las Islas Malvinas".
El 35° aniversario del desembarco argentino en las Islas se conmemorará mañana domingo con un acto en la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, extremo sur del país, distrito al que, en la visión argentina, pertenecen las Islas, mientras el presidente Macri recibirá en su residencia oficial a ex combatientes y familiares de caídos en el conflicto bélico.
Buenos Aires y Londres decidieron durante 2016 relanzar la relación bilateral y propiciar una mayor colaboración en un amplio campo, como inversiones, comercio y educación, aunque la cuestión Malvinas ha quedado al margen de toda deliberación.
Por ejemplo, Argentina y Reino Unido acordaron recientemente en Londres la identificación de los 123 soldados argentinos que murieron durante el conflicto bélico y permanecen enterrados en el cementario de Darwin, un pequeño poblado ubicado a 68 kilómetros de la principal ciudad de las Islas Malvinas, Puerto Argentino (Stanley para los residentes pro-británicos).
Más allá de un mayor acercamiento entre las partes, la cuestión Malvinas genera resquemores, como cuando tropas del país europeo realizan ejercicios militares cada año en la zona.
El analista político argentino Rosendo Fraga dijo a Xinhua que esas maniobras son de rutina: "Desde la guerra de 1982 Gran Bretaña ha establecido una base militar importante y en ese marco es que anualmente se realizan estos ejercicios. Me da la impresión de que es más rutinas militares que de acuerdo al contexto político (argentino) se cuestionan o no se cuestionan, que acciones militares específicas", minimizó.
"Ni la Argentina ni el Reino Unido tienen intención de utilizar los armamentos para dirimir un conflicto que está en el ámbito diplomático, donde la Argentina ha obtenido resoluciones favorables de las Naciones Unidas, respaldos claros y sólidos en la región. Pero no hay riesgo de conflicto militar en el Atlántico Sur en este momento", enfatizó el experto.
