SEUL, 31 mar (Xinhua) -- La expresidenta de la República de Corea Park Geun-hye fue arrestada a primera hora del viernes luego de que un tribunal de Seúl aprobara la solicitud presentada por los fiscales tras su destitución a principios de este mes por un escándalo de corrupción.
En un comunicado, un juez del Tribunal del Distrito Central de Seúl explicó que los principales cargos criminales contra Park pueden estar justificados y que persiste el temor a que destruya pruebas.
La orden de arresto, que fue solicitada por los fiscales a principios de esta semana, fue emitida por el tribunal después de la audiencia del jueves, que con una duración de cerca de nueve horas se ha convertido en la más prolongada de la historia del país.
Park esperó durante toda la noche por la decisión de la corte en la Oficina de los Fiscales del Distrito Central de Seúl, un edificio próximo al citado tribunal.
Según imágenes mostradas en televisión, la exmandataria, de 65 años, iba flanqueda por dos investigadoras dentro de una berlina negra cuando, alrededor de las 4:45 a.m. estaba siendo trasladada a un centro de detención fuera de Seúl, a unos 15 kilómetros de la oficina de la fiscalía.
El vehículo fue escoltado por coches de seguridad y motos de la policía, mientras lo que seguía un grupo de automóviles llenos de camarógrafos de los medios locales.
Numerosos seguidores de Park la estaban esperando cerca del centro de detención, como si ya esperasen el arresto de la líder, considerada un icono político entre los votantes conservadores.
La primera vez que Park tuvo que salir de la Casa Azul, la residencia oficial y sede del poder ejecutivo, fue en 1979, después de que su padre, el expresidente Park Chung-hee, fuese asesinado por uno de sus asesores más cercanos tras 18 años en el poder.
A principios de 2013, Park volvió a entrar en la sede gubernamental luego de ser elegida como la primera mujer que presidiría el país, pero no pudo cumplir su mandato de cinco años al caer en desgracia por el escándalo de corrupción.
El Tribunal Constitucional destituyó a Park de su cargo el pasado 10 de marzo en una histórica sentencia que la convirtió en el primer jefe de Estado del país derrocado a través de un proceso de impugnación.
Después de un breve reconocimiento médico, se supone que Park se vistió con la ropa de la prisión y fue enviada a una celda de aislamiento del centro de detención, según los medios locales.
Este centro de detención ya ha acogido a la amiga íntima y confidente de Park, Choi Soon-sil, quien están en el centro del escándalo que llevó a la destitución de la exlíder, y al vicepresidente de Samsung Electronics, Lee Jae-yong, por acusaciones de soborno.
Park se convirtió en la tercera persona que ocupa la presidencia del país en ser puesta bajo custodia y permanecerá así un máximo de 20 días, durante los que los fiscales seguirán investigando su caso.
La detención no garantiza que Park sea condenada a la cárcel, pero plantea esa posibilidad. Si es sentenciada por soborno, se podría enfrentar a al menos 10 años de prisión.
Park será imputada antes de que acaben los 20 días de detención por un total de 13 cargos, entre ellos soborno, abuso de poder, coacción y filtración de documentos confidenciales.
Está acusada de conspirar con Choi para recibir decenas de millones de dólares en coimas entregadas por el citado vicepresidente de Samsung.
La dádivas fueron ofrecidas a cambio de conseguir ayuda para el traspaso del control de la gestión del Samsung Group en favor de Lee de manos de su padre, Lee Kun-hee, que está enfermo y es el presidente del mayor conglomerado empresarial del país.
Lee hijo, el favorito para heredar el control grupo, asumió en la práctica el mando de Samsung desde que hace tres años su padre fuera hospitalizado tras un ataque al corazón.
Choi está acusada de extorsionar a numerosos conglomerados para obtener decenas de millones de dólares a fin de crear dos asociaciones sin ánimo de lucro que utilizaba en beneficio propio. Los fiscales ya han calificado a Park y a Choi como cómplices.
Choi también es sospechosa de recibir de manera habitual documentos secretos del Gobierno de uno de los antiguos secretarios de Park, a fin de interferir en asuntos de Estado sin ocupar cargo oficial alguno.
