Invidente y lisiado generan empleo para lisiados en China

Spanish.xinhuanet.com   2017-03-30 12:39:55

GUIYANG, 30 mar (Xinhua) -- Un invidente y un amigo a quien le faltan cuatro dedos se sobrepusieron a la desgracia para convertirse en los ojos y las manos de uno y otro, y establecieron una planta de limpieza y desinfección en la provincia suroccidental china de Guizhou, ofreciendo empleo a numerosas personas con discapacidad.

Ma Zhiguo y Shi Kunjie, del distrito autónomo de la etnia dong de Yuping, se conocieron en 2012, durante una conferencia para lisiados.

Ma, de 52 años, perdió cuatro dedos de la mano derecha a los 19, mientras operaba una prensa para elaborar briquetas de carbón, mientras Shi, de 39 años, perdió la visión a los 11, cuando las esquirlas de un vidrio roto alcanzaron sus ojos.

"Después del accidente empecé a ganarme la vida vendiendo verduras y haciendo tofu en un mercado. Era muy duro", relata Ma.

Un día, Ma vio el anuncio publicitario de una compañía de limpieza y desinfección y entendió que allí había una oportunidad. Entonces le propuso a Shi, quien a la sazón era terapeuta de masaje, que fuera su socio para establecer una empresa similar. Similar pero no igual, pues su sociedad emplea a numerosas personas con discapacidad.

"Los chinos prestan cada vez más atención a las condiciones sanitarias de los hoteles y restaurantes, quieren vajillas y sábanas más limpias. A eso nos dedicamos, y estamos haciendo un buen trabajo", sostiene Ma.

Con la ayuda del gobierno local, recibieron un préstamo bancario de cuatro millones de yuanes (580.000 dólares), y recaudaron otros tres millones por su propia cuenta.

En 2015 iniciaron la construcción de su sede, una planta de dos pisos en una montaña árida, cerca de una fábrica de tratamiento de aguas residuales, y lejos de las zonas residenciales.

La compañía ofrece servicios de limpieza y desinfección a unos 300 restaurantes y más de 40 hoteles y hospitales del distrito. Desde cuando iniciaron operaciones, en febrero de 2016, han cosechado beneficios por tres millones de yuanes. De sus 42 empleados, 17 son minusválidos.

"No se necesita mucha destreza para lavar platos o sábanas. Basta con un corto período de capacitación; es muy sencillo", asegura Shi.

En una de las paredes de la planta cuelga una pancarta que reza: "Su confianza nos lleva a trabajar con más empeño".

Wu Yongying labora en la empresa lavando platos. "Para los discapacitados es difícil encontrar empleo. Muchos no tienen otra opción que quedarse en casa", sostiene Wu, quien tiene problemas en una pierna.

Feliz de estar trabajando nuevamente, Wu vive en un dormitorio de la compañía y come, gratuitamente, en su restaurante. Su sueldo mensual supera los 2.000 yuanes (290 dólares).

Otro trabajador, Yang Xinwen, un invidente de 48 años, trabaja en la planta durante el día y aprende masaje por la noche.

"No me siento cansado, por el contrario, me alegra tener la oportunidad de trabajar, y lo hago con gusto", asegura Yang.

China tiene cerca de 85 millones de personas con discapacidad, más del 70 por ciento de ellas en las zonas rurales. Con el fin de elevar su nivel de vida, el gobierno chino ha destinado millonarios recursos, gracias a lo cual hoy en día esta condición ya no es sinónimo de pobreza.

De acuerdo con el gobierno de Yuping, una compañía será eximida del pago de impuestos si más del 25 por ciento de sus empleados son minusválidos.

Además, el año pasado la federación local de discapacitados brindó una subvención de 100.000 yuanes a la empresa de Ma y Shi. Y aparte del apoyo financiero, la federación también organiza cursos de capacitación para enseñar sistemas y computación a los lisiados.

Ahora, los socios están organizando "giras de reclutamiento" para ampliar la zona de influencia de su negocio y vincular a más personas discapacitadas a su fuerza de trabajo.

"No debemos olvidar de dónde venimos ni a dónde vamos", advierte Shi.

  
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Invidente y lisiado generan empleo para lisiados en China

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GUIYANG, 30 mar (Xinhua) -- Un invidente y un amigo a quien le faltan cuatro dedos se sobrepusieron a la desgracia para convertirse en los ojos y las manos de uno y otro, y establecieron una planta de limpieza y desinfección en la provincia suroccidental china de Guizhou, ofreciendo empleo a numerosas personas con discapacidad.

Ma Zhiguo y Shi Kunjie, del distrito autónomo de la etnia dong de Yuping, se conocieron en 2012, durante una conferencia para lisiados.

Ma, de 52 años, perdió cuatro dedos de la mano derecha a los 19, mientras operaba una prensa para elaborar briquetas de carbón, mientras Shi, de 39 años, perdió la visión a los 11, cuando las esquirlas de un vidrio roto alcanzaron sus ojos.

"Después del accidente empecé a ganarme la vida vendiendo verduras y haciendo tofu en un mercado. Era muy duro", relata Ma.

Un día, Ma vio el anuncio publicitario de una compañía de limpieza y desinfección y entendió que allí había una oportunidad. Entonces le propuso a Shi, quien a la sazón era terapeuta de masaje, que fuera su socio para establecer una empresa similar. Similar pero no igual, pues su sociedad emplea a numerosas personas con discapacidad.

"Los chinos prestan cada vez más atención a las condiciones sanitarias de los hoteles y restaurantes, quieren vajillas y sábanas más limpias. A eso nos dedicamos, y estamos haciendo un buen trabajo", sostiene Ma.

Con la ayuda del gobierno local, recibieron un préstamo bancario de cuatro millones de yuanes (580.000 dólares), y recaudaron otros tres millones por su propia cuenta.

En 2015 iniciaron la construcción de su sede, una planta de dos pisos en una montaña árida, cerca de una fábrica de tratamiento de aguas residuales, y lejos de las zonas residenciales.

La compañía ofrece servicios de limpieza y desinfección a unos 300 restaurantes y más de 40 hoteles y hospitales del distrito. Desde cuando iniciaron operaciones, en febrero de 2016, han cosechado beneficios por tres millones de yuanes. De sus 42 empleados, 17 son minusválidos.

"No se necesita mucha destreza para lavar platos o sábanas. Basta con un corto período de capacitación; es muy sencillo", asegura Shi.

En una de las paredes de la planta cuelga una pancarta que reza: "Su confianza nos lleva a trabajar con más empeño".

Wu Yongying labora en la empresa lavando platos. "Para los discapacitados es difícil encontrar empleo. Muchos no tienen otra opción que quedarse en casa", sostiene Wu, quien tiene problemas en una pierna.

Feliz de estar trabajando nuevamente, Wu vive en un dormitorio de la compañía y come, gratuitamente, en su restaurante. Su sueldo mensual supera los 2.000 yuanes (290 dólares).

Otro trabajador, Yang Xinwen, un invidente de 48 años, trabaja en la planta durante el día y aprende masaje por la noche.

"No me siento cansado, por el contrario, me alegra tener la oportunidad de trabajar, y lo hago con gusto", asegura Yang.

China tiene cerca de 85 millones de personas con discapacidad, más del 70 por ciento de ellas en las zonas rurales. Con el fin de elevar su nivel de vida, el gobierno chino ha destinado millonarios recursos, gracias a lo cual hoy en día esta condición ya no es sinónimo de pobreza.

De acuerdo con el gobierno de Yuping, una compañía será eximida del pago de impuestos si más del 25 por ciento de sus empleados son minusválidos.

Además, el año pasado la federación local de discapacitados brindó una subvención de 100.000 yuanes a la empresa de Ma y Shi. Y aparte del apoyo financiero, la federación también organiza cursos de capacitación para enseñar sistemas y computación a los lisiados.

Ahora, los socios están organizando "giras de reclutamiento" para ampliar la zona de influencia de su negocio y vincular a más personas discapacitadas a su fuerza de trabajo.

"No debemos olvidar de dónde venimos ni a dónde vamos", advierte Shi.

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