WELLINGTON, 28 mar (Xinhua) -- En el transcurso del proceso de reforma y apertura de China, las interacciones del coloso asiático y los países occidentales vivieron frecuentes altibajos. Nueva Zelanda, no obstante, pese de su remota ubicación en el hemisferio sur, estuvo a la cabeza a la hora de establecer unos vínculos fuertes con China.
Desde Rewi Alley, escritor, educador y reformista social neozelandés que dedicó 60 años de su vida a la independencia nacional de China, hasta el tratado de libre comercio (TLC) de 2008, el primero de Beijing con una nación occidental, Nueva Zelanda ha forjado un lazo perdurable con el país asiático.
Fue también una de los primeros países en reconocer a China el estatus de economía de mercado plena y en unirse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, iniciado por Beijing, cuando muchas potencias occidentales preferían mantenerse a la espera.
Durante la actual visita al país oceánico de Li Keqiang, la primera de un primer ministro chino en 11 años, las dos partes acordaron comenzar, a finales de abril, las negociaciones para actualizar su TLC.
Está previsto que el acuerdo se extienda desde los vínculos comerciales tradicionales, que giran en torno a los productos agroganeros, a sectores como la inversión y el comercio de servicios, aportando así beneficios más reales a los ciudadanos de ambos países.
Durante la visita de Li, los dos países firmaron también un memorando de entendimiento sobre la iniciativa china de la Franja y la Ruta, que abarca la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI.
Nueva Zelanda fue el primer país desarrollado occidental en participar en esta iniciativa, que tiene como fin construir una red de comercio e infraestructuras que enlace Asia con Europa y Asia a lo largo de las antiguas rutas comerciales.
Estos logros, que se suman a la larga lista de logros innovadores que China y Nueva Zelanda han conseguido en su cooperación bilateral, se atribuyen a los incesantes esfuerzos para profundizar sus relaciones y su cooperación, y lo que es más importante, su determinación de mejorar sus lazos en momentos de incertidumbre.
Las relaciones entre China y Nueva Zelanda se han convertido en un modelo de cooperación mutuamente beneficiosa entre países con diferentes condiciones nacionales. Nueva Zelanda ha estado a la cabeza entre los países desarrollados en sus intercambios con China.
El desarrollo de las relaciones bilaterales en los últimos 45 años nos muestran que el respeto mutuo, el trato como iguales, la sinceridad y la confianza mutua, así como la cooperación de ganar ganar construyen una base sólida para el desarrollo de las relaciones bilaterales.
la visita de Li ha promocionado enormemente la confianza estratégica mutua entre los dos países, profundizado su cooperación e inyectado nuevo ímpetu al desarrollo de las relaciones bilaterales.
En un momento de creciente proteccionismo a nivel global, la visita de Li también manda una señal de los dos países persiguiendo la apertura y la cooperación de ganar ganar para reforzar la confianza de la región y del mundo en general.
Es recomendable que China y Nueva Zelanda aprovechen la visita de Li para aumentar y mejorar sus intercambios y cooperación con el objetivo de implementar el consenso alcanzado por los líderes de los dos países para construir su asociación estratégica integral.
Ambos países deberían tomar acciones concretas para salvaguardar de manera conjunta los mecanismos del libre comercio global, oponerse al proteccionismo comercial, y llevar la globalización hacia una dirección más inclusiva y beneficiosa.
Haciendo esto, China y Nueva Zelanda abrirán conjuntamente su futuro a seguir construyendo una relación única y contribuirán activamente al desarrollo regional y mundial.