BRUSELAS, 18 feb (Xinhua) -- Los ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) vieron cómo la agenda de su última reunión estuvo dominada por los debates sobre el aumento de los gastos en materia de defensa.
Durante las conversaciones, que celebraron el miércoles y el jueves en Bruselas, el asunto ganó relevancia, dada la reclamación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de un reparto justo de las cargas.
Antes de los diálogos, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, informó a la prensa sobre la agenda de los mismos, e indicó que el reparto de las cargas sería un punto prioritario en la discusión, y que "la continua adaptación de la organización requiere que las responsabilidades sean compartidas con justicia entre los aliados".
Durante una cumbre celebrada en 2014 en Gales, los miembros de la OTAN se comprometieron a incrementar gradualmente los gastos en defensa hasta alcanzara en una década un objetivo de un 2 por ciento del PIB.
El año pasado, el gasto en defensa aumentó un 3,8 por ciento, unos 10.000 millones de dólares estadounidenses, entre los aliados europeos de la OTAN y Canadá, lo cual Stoltenberg calificó como "significativamente más alto" de lo previsto originalmente.
"Esto marca una diferencia pero es absolutamente vital que mantengamos el impulso", añadió.
Actualmente, solo cinco de los 28 miembros de la organización han alcanzado el objetivo del 2 por ciento: Estonia, Grecia, Polonia, Gran Bretaña y Estados Unidos. En total, 22 de los aliados experimentaron un incremento del presupuesto de defensa en 2016.
Esta supuesta escasez en los gastos en defensa ha sido una fuente de críticas de la nueva administración estadounidense, y el propio Trump dijo a un periódico alemán el mes pasado que creía que la OTAN está "obsoleta" y no está lidiando eficazmente con el terrorismo, principalmente porque "los países no están pagando lo que deberían".
El cambio de postura del presidente norteamericano hacia la OTAN con respecto a sus predecesores alarmó a muchos miembros, que concuerdan en que la organización se enfrenta al mayor desafío a su seguridad desde el final de la Guerra Fría.
El incremento y la mayor variedad de las amenazas a la seguridad han propiciado que algunos deseen un compromiso de EEUU incluso más intenso, pero el nuevo secretario de Defensa del país, James Mattis, dejó claro que sin un reparto de las cargas más equitativo los estadounidenses podrían retirar parte de su apoyo a la OTAN.
"Estados Unidos cumplirá con sus responsabilidades, pero si vuestras naciones no quieren ver como EEUU modera su compromiso con esta alianza, cada una de vuestras capitales tiene que mostrar respaldo a nuestra defensa común", aseveró Mattis este miércoles en Bruselas.
A juicio del general retirado y ex comandante supremo aliado de la OTAN, ya no es aceptable para los contribuyentes estadounidenses asumir "una parte desproporcionada de la defensa de los valores occidentales".
"Los estadounidenses no pueden hacer más por la futura seguridad de vuestros niños de lo que hacéis vosotros", señaló Mattis.
"La desconsideración hacia la disposición militar demuestra una falta de respeto por nosotros mismos, por la alianza y por las libertades que heredamos, que ahora están claramente amenazadas", expuso.
El ultimátum de Estados Unidos llega en un momento difícil, debido no solo a las diversas amenazas de seguridad que encara potencialmente la OTAN, sino también a las persistentes dificultades presupuestarias contra las muchos miembros han venido luchando desde la crisis financiera global.
Varios países se encuentran bajo la presión de aumentar sus gastos de defensa a un ritmo más rápido para llegar a la meta del 2 por ciento para 2024.
Según los analistas, esto supondrá el riesgo de que los países entren en conflicto con las reglas fiscales de la Unión Europea (UE), que les requieren que continúen reduciendo sus déficits presupuestarios.
Con la posibilidad de la reducción del rol estadounidense en la seguridad europea, se ha retomado en el continente el debate sobre la creación de una Unión de Defensa Europea para acabar con la OTAN y sus fuerzas de defensas nacionales.
La apuesta por una Unión de Defensa Europea y el establecimiento de un cuartel general para la investigación y operaciones de defensa ha sido liderada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien rechazó la presión política de Trump sobre la UE.
"Ha sido el mensaje estadounidense durante muchos, muchos años. Estoy muy en contra de dejar que nos presionen en esto", dijo Juncker el jueves pasado en una conferencia de seguridad en Múnich.
"Los europeos deben tratar sus gastos de defensa mejor y gastar el dinero más eficientemente", añadió.
El uso eficiente de fondos para una fuerza de defensa de la UE, sin embargo, está lejos de llegar a un consenso, ya que muchos están preocupados porque se duplicaría y pugnaría con la OTAN. Otros argumentan que un Ejército de la UE, en lugar de una coalición de Ejércitos nacionales, impulsaría a la unión hacia una integración aún mayor.
