En una declaración, el líder opositor israelí Isaac Herzog dijo que resultó "triste y embarazoso" ver a Netanyahu "batallando sólo para evitar la idea de separarse de los palestinos por medio de la solución de los dos Estados".
Ciertamente fue una bofetada para la mayoría de los palestinos que ven un Estado palestino independiente como la única solución a su problema. La risa de Netanyahu ante la indiferencia de Trump fue indicativa de su satisfacción.
Sin embargo, Trump pidió públicamente a Netanyahu reducir la actividad israelí de construcción de asentamientos.
"Me gustaría verlo detener un poco los asentamientos", dijo Trump de forma casual.
Para los socios de la coalición de Netanyahu esta fue una petición que requiere humildad. Los colonos y sus representantes en el Parlamento estaban seguros de que la era de Trump daría luz verde a la expansión de los asentamientos.
El Dr. Nimrod Goren, jefe de Mitvim, el Instituto Israelí para la Política Exterior Regional, considera que esta actitud beneficia a ambos líderes.
Trump "mantuvo las puertas abiertas, Jerusalén, los asentamientos, la solución de dos Estados, si o no. No hubo una declaración concreta de política, lo cual es bastante conveniente para Netanyahu porque le permite continuar con sus políticas silenciosas sin las grandes fanfarrias estadounidenses, pero también es bueno para que Trump mantenga las puertas abiertas", dijo.
Netanyahu encabeza un gobierno de derecha considerado como el gobierno más nacionalista y de derecha de la historia israelí. Algunos de los socios de la coalición tienen una posición aún más dura que Netanyahu y quieren la anexión de los territorios de Cisjordania que Israel capturó en la Guerra de Medio Oriente de 1967.
Israel ha evitado esta medida por muchas razones, una de ellas es una dura respuesta internacional.
Israel está en desacuerdo con la comunidad internacional con respecto a la suerte de estos territorios. Aunque la mayor parte del mundo considera los asentamientos israelíes de Cisjordania como ilegales, Netanyahu insiste en fortalecer el control israelí sobre ellos.
Los palestinos ven la construcción de asentamientos como un enorme obstáculo a su aspiración de tener un Estado propio y consideran Cisjordania como parte crítica de ese futuro Estado.
La ambivalencia de Trump hacia la necesidad de un Estado palestino como solución al conflicto da más espacio de maniobra a Netanyahu.
En los días posteriores a la toma de posesión de Trump, Israel anunció sus planes para construir miles de nuevas viviendas en Cisjordania.
En el pasado, la administración Obama casi automáticamente condenaba a Israel después de una medida como esta, pero los nuevos inquilinos de la Casa Blanca no respondieron en automático.
Pero el hecho de que Trump haya pedido al líder israelí que frene los asentamientos es quizás un intento de los estadounidenses por mantener viva la solución de dos Estados.
Netanyahu no podrá construir libremente en Cisjordania tras la clara petición de Trump
Aunque el primer ministro israelí se sintió más bienvenido en la Casa Blanca ahora que en los últimos ocho años, no logró la libertad que esperaba.
Trump dijo que estará contento con la solución a la que las dos partes lleguen, no sólo la parte israelí.
La amistad que Netanyahu encontró en la Casa Blanca es definitivamente un cambio en relación con las tensiones entre él y Obama. Pero ¿se traducirá esto en carta blanca para sus políticas y aspiraciones? Es poco probable y Netanyahu está consiente de ello.