Análisis de Xinhua: Zoólogo lucha para salvar al hombre y al mono

Actualizado 2017-02-10 00:54:56 | Spanish. xinhuanet. com

NANNING, China, 9 ene (Xinhua) -- El zoólogo chino Pan Wenshi, de 80 años de edad, está convencido de que el secreto de su éxito para salvar al langur cabeza blanca, especie en peligro de extinción, no es sólo el amor por los animales, sino también su amor por las personas.

Durante los últimos 20 años, él y su equipo de la Universidad de Pekín han ayudado a los langur, una de las 25 especies de primates en mayor peligro de extinción en el mundo y exclusivo de China, a recuperar su hábitat ocupado por sus vecinos humanos y a restablecer lo que alguna vez fue su menguante población.

En vez de expulsar a los aldeanos locales, Pan encabezó una campaña para mejorar sus vidas a fin de que se volvieran amigos de los monos, los cuales se caracterizan por el pelo blanco en la cabeza.

Un nuevo libro sobre su investigación de campo se convertirá en la monografía más autorizada y más amplia jamás escrita sobre la especie.

POBREZA ABSOLUTA

Pan, que en un principio era un prominente investigador de pandas gigantes, en 1996 visitó las montañas kársticas de Chongzuo, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi en el sur de China, para estudiar a los langures.

"Quería explorar la evolución de la sociedad animal hacia la sociedad humana", dijo Pan. Chongzuo le dio la oportunidad de estudiar tanto al hombre como al mono, donde ambos coexisten, añadió.

Tres habitaciones abandonadas al pie de la montaña Nongguan, hábitat del langur, era todo lo que tenía como base de investigación. Durante su estancia en el lugar, cocinaba en una estufa de arcilla y dormía sobre un felpudo.

Pan pronto descubrió que la tala desenfrenada de árboles, los incendios de pastizales y la explotación de canteras destruyeron el hábitat de las especies, y casi llevaron a la extinción del langur en la década de los 90. La causa de raíz del predicamento de los langures claramente era la extrema pobreza que forzaba a los aldeanos a alimentarse a costa del medio ambiente local.

"La gente no tenía nada más que pequeñas parcelas de cultivo", recuerda Pan.

El investigador en una ocasión contrató a un agricultor local como su asistente, y le obsequió alimentos para sus hijos. Al día siguiente le preguntó si le habían gustado a los niños.

Sin embargo, el agricultor le respondió: "Me los comí antes de llegar a casa. Estaba muy hambriento".

Pan quedó conmocionado por el grado de hambre, pero pronto comprendió la situación cuando visitó a la familia y vio que la comida que tenían para alimentar a la familia de ocho integrantes era apenas una olla de avena. Sus vecinos estaban igual de hambrientos.

Alguna vez vio a un aldeano anciano beber agua de un estanque donde los búfalos acababan de hacer sus necesidades. Debido al agua contaminada, muchos hombres de la aldea sufrían enfermedades del hígado, y las mujeres de cáncer cervical.

Para el investigador quedó claro que los aldeanos cortaban las plantas y tomaban las piedras de la montaña por necesidad y que tenían pocas opciones.

No era de extrañarse que los langures fueran maltratados. Algunos aldeanos incluso mataban langures para hacer licor medicinal creyendo que curaban enfermedades; un boleto para el cine podía ser cambiado por dos langures.

SALVAR PRIMERO A LAS PERSONAS

Pan se dio cuenta de que si la vida de los aldeanos no mejoraba, los langures pronto se extinguirían.

"No será demasiado tarde si retrasamos nuestra investigación sobre el langur por 100 o 200 años, pero si no salvamos a los aldeanos primero, el hábitat de los monos será totalmente arruinado", declaró.

Primero, alentó el uso de biogás como una alternativa a la madera, para restablecer la vegetación local.

En el año 2000, donó un premio por 100,000 yuanes (14.500 dólares) que recibió de Ford Motor Company, para construir tanques de biogás en tres aldeas cercanas.

Después, reunió 2,14 millones de yuanes del gobierno central y de otros donadores para establecer tanques para más de 1.800 familias en 14 aldeas en los alrededores de la montaña Nongguan.

Finalmente, persuadió al gobierno local de que ayudara a los aldeanos a sembrar caña de azúcar, que tiene un valor económico superior al arroz, el cultivo tradicional de la aldea. Además, les dijo que redujeran el uso de pesticidas por el bien del medio ambiente y para reducir costos.

El ingreso promedio per cápita de los aldeanos en la montaña Nongguan llegó a más de 6.000 yuanes en 2015 en comparación con los menos de 400 yuanes de 1996.

Además, a lo largo de 20 años reunió 13,7 millones de yuanes de donadores, incluyendo sus amigos del país y del extranjero, empresas privadas y del gobierno, para construir una escuela primaria, dos clínicas, tres proyectos de agua potable y una carretera de dos kilómetros para las aldeas cercanas. Además, abrió un museo de biología, un centro educativo y un parque ecológico de langures.

A medida que la vida de los aldeanos mejoró, la población langur creció. Actualmente, Chongzuo es hogar de más de 800 langures cabeza blanca, muy por encima de los 96 que había cuando Pan llegó al lugar.

"Tenemos muchas especies en peligro de extinción en el mundo, pero eso no significa que tengan que extinguirse. Pueden recuperarse mientras les demos suficiente tiempo y espacio", comentó Pan.

 
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Análisis de Xinhua: Zoólogo lucha para salvar al hombre y al mono

Spanish.xinhuanet.com 2017-02-10 00:54:56

NANNING, China, 9 ene (Xinhua) -- El zoólogo chino Pan Wenshi, de 80 años de edad, está convencido de que el secreto de su éxito para salvar al langur cabeza blanca, especie en peligro de extinción, no es sólo el amor por los animales, sino también su amor por las personas.

Durante los últimos 20 años, él y su equipo de la Universidad de Pekín han ayudado a los langur, una de las 25 especies de primates en mayor peligro de extinción en el mundo y exclusivo de China, a recuperar su hábitat ocupado por sus vecinos humanos y a restablecer lo que alguna vez fue su menguante población.

En vez de expulsar a los aldeanos locales, Pan encabezó una campaña para mejorar sus vidas a fin de que se volvieran amigos de los monos, los cuales se caracterizan por el pelo blanco en la cabeza.

Un nuevo libro sobre su investigación de campo se convertirá en la monografía más autorizada y más amplia jamás escrita sobre la especie.

POBREZA ABSOLUTA

Pan, que en un principio era un prominente investigador de pandas gigantes, en 1996 visitó las montañas kársticas de Chongzuo, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi en el sur de China, para estudiar a los langures.

"Quería explorar la evolución de la sociedad animal hacia la sociedad humana", dijo Pan. Chongzuo le dio la oportunidad de estudiar tanto al hombre como al mono, donde ambos coexisten, añadió.

Tres habitaciones abandonadas al pie de la montaña Nongguan, hábitat del langur, era todo lo que tenía como base de investigación. Durante su estancia en el lugar, cocinaba en una estufa de arcilla y dormía sobre un felpudo.

Pan pronto descubrió que la tala desenfrenada de árboles, los incendios de pastizales y la explotación de canteras destruyeron el hábitat de las especies, y casi llevaron a la extinción del langur en la década de los 90. La causa de raíz del predicamento de los langures claramente era la extrema pobreza que forzaba a los aldeanos a alimentarse a costa del medio ambiente local.

"La gente no tenía nada más que pequeñas parcelas de cultivo", recuerda Pan.

El investigador en una ocasión contrató a un agricultor local como su asistente, y le obsequió alimentos para sus hijos. Al día siguiente le preguntó si le habían gustado a los niños.

Sin embargo, el agricultor le respondió: "Me los comí antes de llegar a casa. Estaba muy hambriento".

Pan quedó conmocionado por el grado de hambre, pero pronto comprendió la situación cuando visitó a la familia y vio que la comida que tenían para alimentar a la familia de ocho integrantes era apenas una olla de avena. Sus vecinos estaban igual de hambrientos.

Alguna vez vio a un aldeano anciano beber agua de un estanque donde los búfalos acababan de hacer sus necesidades. Debido al agua contaminada, muchos hombres de la aldea sufrían enfermedades del hígado, y las mujeres de cáncer cervical.

Para el investigador quedó claro que los aldeanos cortaban las plantas y tomaban las piedras de la montaña por necesidad y que tenían pocas opciones.

No era de extrañarse que los langures fueran maltratados. Algunos aldeanos incluso mataban langures para hacer licor medicinal creyendo que curaban enfermedades; un boleto para el cine podía ser cambiado por dos langures.

SALVAR PRIMERO A LAS PERSONAS

Pan se dio cuenta de que si la vida de los aldeanos no mejoraba, los langures pronto se extinguirían.

"No será demasiado tarde si retrasamos nuestra investigación sobre el langur por 100 o 200 años, pero si no salvamos a los aldeanos primero, el hábitat de los monos será totalmente arruinado", declaró.

Primero, alentó el uso de biogás como una alternativa a la madera, para restablecer la vegetación local.

En el año 2000, donó un premio por 100,000 yuanes (14.500 dólares) que recibió de Ford Motor Company, para construir tanques de biogás en tres aldeas cercanas.

Después, reunió 2,14 millones de yuanes del gobierno central y de otros donadores para establecer tanques para más de 1.800 familias en 14 aldeas en los alrededores de la montaña Nongguan.

Finalmente, persuadió al gobierno local de que ayudara a los aldeanos a sembrar caña de azúcar, que tiene un valor económico superior al arroz, el cultivo tradicional de la aldea. Además, les dijo que redujeran el uso de pesticidas por el bien del medio ambiente y para reducir costos.

El ingreso promedio per cápita de los aldeanos en la montaña Nongguan llegó a más de 6.000 yuanes en 2015 en comparación con los menos de 400 yuanes de 1996.

Además, a lo largo de 20 años reunió 13,7 millones de yuanes de donadores, incluyendo sus amigos del país y del extranjero, empresas privadas y del gobierno, para construir una escuela primaria, dos clínicas, tres proyectos de agua potable y una carretera de dos kilómetros para las aldeas cercanas. Además, abrió un museo de biología, un centro educativo y un parque ecológico de langures.

A medida que la vida de los aldeanos mejoró, la población langur creció. Actualmente, Chongzuo es hogar de más de 800 langures cabeza blanca, muy por encima de los 96 que había cuando Pan llegó al lugar.

"Tenemos muchas especies en peligro de extinción en el mundo, pero eso no significa que tengan que extinguirse. Pueden recuperarse mientras les demos suficiente tiempo y espacio", comentó Pan.

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