Hallan restos óseos de unos 1.700 años antigüedad en tumba de tiro en oeste México

Spanish.xinhuanet.com   2017-02-08 14:12:29

MEXICO, 7 feb (Xinhua) -- Los restos óseos de al menos 12 adultos varones de más de 1.700 años de antigüedad fueron hallados recientemente en una tumba de tiro localizada en el centro de la ciudad mexicana de Colima (oeste), en el estado del mismo nombre, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

En un comunicado, el INAH señaló que se encontró evidencia de más huesos alrededor de este espacio funerario, por lo que el hallazgo podría representar "una pequeña ventana" a lo que fue un gran panteón prehispánico de la fase Comala (0-500 d.C.).

El arqueólogo Rafael Platas Ruiz, del Centro INAH Colima, informó que las osamentas se hallaron a una profundidad de 84 centímetros debajo de una plancha de cemento durante los trabajos de remodelación de la iglesia Adventista del Séptimo Día.

En el sitio se detectó una oquedad de 50 centímetros de diámetro que fue sellada con piedras de diversos tamaños, artefactos de molienda y huesos humanos al momento de efectuar su clausura en la época prehispánica.

La tumba, de forma ovalada, 1,60 metros en el eje norte-sur y 2 en el este-oeste, se ha definido como osario porque los restos no presentaban posición anatómica y estaban sin orden unos sobre otros.

La antropóloga física Rosa María Flores Ramírez, del Centro INAH Colima, señaló que varios de los individuos presentan deformación craneana y que otros huesos denotan una complexión muy grácil y algunas alteraciones de la salud, como desgaste dental de medio a severo y presencia de sarro y fracturas.

Los especialistas identificaron tres niveles de enterramiento. En el segundo, se encontró una ofrenda integrada por cuatro objetos cerámicos, entre ellos dos esculturas antropomorfas de rasgos masculinos y femeninos, respectivamente, dispuestas boca abajo en asociación directa a dos cráneos, a una profundidad de 1,60 metros.

La primera figurilla es un personaje masculino de pie con cuerpo robusto, un tocado elaborado que culmina en la frente con una protuberancia a manera de cuerno y lo que parece ser un hacha entre las manos. Es la pieza de mayor tamaño (39 centímetros de alto por 15 de ancho).

La segunda escultura representa a una mujer de cuerpo ancho, con cabeza triangular y nariz aguileña, una banda a modo de tocado y las manos cruzadas. En la derecha sostiene un recipiente en forma de cajete. Mide 32 centímetros de alto y 14 de ancho.

Los otros dos objetos de la ofrenda son una olla globular de cuello corto que termina en un borde redondeado y un cajete.

En las figurillas se empleó una técnica de modelado con pasta fina pulida. Los rasgos faciales se representaron con esgrafiado e incisiones decoradas posteriormente con pintura de color rojo ocre al igual que la olla.

Platas explicó que las características de los objetos cerámicos permitieron situar de manera preliminar el contexto temporal en la fase Comala (0-500 d.C.).

"La presencia de estas piezas en la ofrenda hace alusión a la cosmovisión de los grupos que habitaron el valle de Colima en dicho periodo. Las esculturas, de acuerdo con sus atributos, fungían como elementos que aseguraban la protección de los difuntos, como es el caso de la escultura masculina, que representa un chamán", apuntó.

Los otros objetos, añadió, cumplían la función de llevar "los requerimientos al inframundo".

Los investigadores del Centro INAH Colima subrayaron que el hallazgo de esta tumba de tiro en la capital del estado es de gran valor debido a que se encontró sellada, pues existen registros de este tipo de espacios funerarios pero en su mayoría habían sido saqueados.

"Esto nos permitió tener un primer acercamiento con los restos óseos, observar las lesiones, deformaciones y contar con mayor información para conocer cuál fue su forma de vida", resaltaron.

Es la primera ocasión que se localiza una tumba de tiro en esta zona, aunque "posiblemente haya más depósitos funerarios porque todo el valle de Colima tuvo una ocupación continua importante a partir de la fase Capacha (1500 a.C.) hasta la llegada de los españoles (1500 d.C.)", concluyeron.

  
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Hallan restos óseos de unos 1.700 años antigüedad en tumba de tiro en oeste México

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MEXICO, 7 feb (Xinhua) -- Los restos óseos de al menos 12 adultos varones de más de 1.700 años de antigüedad fueron hallados recientemente en una tumba de tiro localizada en el centro de la ciudad mexicana de Colima (oeste), en el estado del mismo nombre, informó hoy el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

En un comunicado, el INAH señaló que se encontró evidencia de más huesos alrededor de este espacio funerario, por lo que el hallazgo podría representar "una pequeña ventana" a lo que fue un gran panteón prehispánico de la fase Comala (0-500 d.C.).

El arqueólogo Rafael Platas Ruiz, del Centro INAH Colima, informó que las osamentas se hallaron a una profundidad de 84 centímetros debajo de una plancha de cemento durante los trabajos de remodelación de la iglesia Adventista del Séptimo Día.

En el sitio se detectó una oquedad de 50 centímetros de diámetro que fue sellada con piedras de diversos tamaños, artefactos de molienda y huesos humanos al momento de efectuar su clausura en la época prehispánica.

La tumba, de forma ovalada, 1,60 metros en el eje norte-sur y 2 en el este-oeste, se ha definido como osario porque los restos no presentaban posición anatómica y estaban sin orden unos sobre otros.

La antropóloga física Rosa María Flores Ramírez, del Centro INAH Colima, señaló que varios de los individuos presentan deformación craneana y que otros huesos denotan una complexión muy grácil y algunas alteraciones de la salud, como desgaste dental de medio a severo y presencia de sarro y fracturas.

Los especialistas identificaron tres niveles de enterramiento. En el segundo, se encontró una ofrenda integrada por cuatro objetos cerámicos, entre ellos dos esculturas antropomorfas de rasgos masculinos y femeninos, respectivamente, dispuestas boca abajo en asociación directa a dos cráneos, a una profundidad de 1,60 metros.

La primera figurilla es un personaje masculino de pie con cuerpo robusto, un tocado elaborado que culmina en la frente con una protuberancia a manera de cuerno y lo que parece ser un hacha entre las manos. Es la pieza de mayor tamaño (39 centímetros de alto por 15 de ancho).

La segunda escultura representa a una mujer de cuerpo ancho, con cabeza triangular y nariz aguileña, una banda a modo de tocado y las manos cruzadas. En la derecha sostiene un recipiente en forma de cajete. Mide 32 centímetros de alto y 14 de ancho.

Los otros dos objetos de la ofrenda son una olla globular de cuello corto que termina en un borde redondeado y un cajete.

En las figurillas se empleó una técnica de modelado con pasta fina pulida. Los rasgos faciales se representaron con esgrafiado e incisiones decoradas posteriormente con pintura de color rojo ocre al igual que la olla.

Platas explicó que las características de los objetos cerámicos permitieron situar de manera preliminar el contexto temporal en la fase Comala (0-500 d.C.).

"La presencia de estas piezas en la ofrenda hace alusión a la cosmovisión de los grupos que habitaron el valle de Colima en dicho periodo. Las esculturas, de acuerdo con sus atributos, fungían como elementos que aseguraban la protección de los difuntos, como es el caso de la escultura masculina, que representa un chamán", apuntó.

Los otros objetos, añadió, cumplían la función de llevar "los requerimientos al inframundo".

Los investigadores del Centro INAH Colima subrayaron que el hallazgo de esta tumba de tiro en la capital del estado es de gran valor debido a que se encontró sellada, pues existen registros de este tipo de espacios funerarios pero en su mayoría habían sido saqueados.

"Esto nos permitió tener un primer acercamiento con los restos óseos, observar las lesiones, deformaciones y contar con mayor información para conocer cuál fue su forma de vida", resaltaron.

Es la primera ocasión que se localiza una tumba de tiro en esta zona, aunque "posiblemente haya más depósitos funerarios porque todo el valle de Colima tuvo una ocupación continua importante a partir de la fase Capacha (1500 a.C.) hasta la llegada de los españoles (1500 d.C.)", concluyeron.

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