Cronología de la relación entre Donald Trump y México

Spanish.xinhuanet.com   2017-01-26 13:03:17

MEXICO, 25 ene (Xinhua) -- Este miércoles se inició por primera vez un encuentro entre las altas autoridades de México y de la nueva administración del magnate republicano estadounidense Donald Trump, quien a pesar de que el pasado día 20 asumió el poder, logró en el último año tensar la relación bilateral.

El 16 de junio de 2015 Trump se presentó como precandidato a la presidencia de Estados Unidos y se dio tiempo para insultar a México acusándolo de ser el responsable de enviar a Estados Unidos "drogas" y "violadores" a través de la frontera.

Además, en 45 minutos de discurso en el que rescató el sentimiento nacionalista, prometió que si llegaba a ser presidente, construiría un muro en la frontera, de 3.200 kilómetros, y haría que lo pagara México, país al que culpó además de estar "ahogando económicamente a Estados Unidos".

Esas declaraciones fueron suficientes para que reaccionara México y a partir de ahí las autoridades, pasando por legisladores y la sociedad, calificaran las declaraciones de Donald Trump de ofensivas, irracionales y totalmente alejadas de la realidad.

Ese mismo día, el gobierno mexicano convocó una rueda de prensa donde calificó de prejuiciosas y absurdas las declaraciones de Donald Trump.

Sin embargo, Trump, quien además descalificó el Oscar con el que fue galardonado el mexicano Alejandro González Iñárritu, siguió empleando adjetivos peyorativos y discriminatorios en contra de los mexicanos, e incluso atacó al sistema judicial mexicano cuando dijo que tenía una demanda "en las corruptas cortes de México".

El 17 de junio de 2015 algunos legisladores mexicanos consideraron estos hechos preocupantes al esperar que ello encendiera los ánimos de grupos racistas antimexicanos y antilatinos, pese a que Trump solo era en ese entonces un precandidato a la presidencia de entre los 16 del Partido Republicano, cinco del Demócrata y dos independientes.

En los siguientes meses Trump mantuvo sus discursos racistas en mítines en los que muchos lo apoyaban pero otros le criticaban.

Las relaciones entre México y Estados Unidos comenzaron a tensarse pues el empresario republicano subió de tono sus propuestas en las que incluso dijo que confiscaría las remesas hacia México si las autoridades de este país no pagaban la construcción de un muro fronterizo.

Aunque analistas e inclusive algunos militantes del partido republicano pensaban que tales dichos debilitarían a Trump, México comenzó su nueva estrategia de política con ese país, tras reconocer que en ese momento existía un ambiente complejo entre ambas partes por temas como la seguridad y la migración, pero también en medio de un proceso político electoral.

En julio de 2015, Trump aprovechó la segunda fuga de una prisión del narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán, para criticar a las autoridades mexicanas y criminalizar a la población mexicana en Estados Unidos. "Ellos se quedan con el dinero y nosotros con los asesinos, la droga y el crimen", añadió en su cuenta de Twitter.

Para marzo de 2016 los candidatos más fuertes eran la exsecretaria de Estado Hillary Clinton por el Partido Demócrata y precisamente el multimillonario Donald Trump por el lado de los Republicanos.

Trump mantuvo su retórica en los siguientes meses contra los mexicanos e incluso comenzó a fortalecer su promesa de defender una política proteccionista, deportar a unos 3 millones de indocumentados e imponer aranceles a productos mexicanos, lo que hizo reaccionar a México ante estas aseveraciones al grado de considerarlo no grato en México.

Para agosto de 2016 las altas autoridades mexicanas pensaron en tener un acercamiento con Clinton y Trump, quienes para ese entonces ya habían sido declarados oficialmente candidatos a la presidencia de Estados Unidos.

El primero en ser invitado para realizar una visita a México fue el multimillonario republicano, que de inmediato aceptó, lo que molestó a Clinton.

El 31 de agosto de 2016 Trump llegó a Ciudad de México para reunirse en privado en la residencia oficial de Los Pinos con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a fin de tener un primer acercamiento y hablar sobre la relación bilateral, algo que después sería severamente criticado.

Trump expresó ese día su deseo de reforzar la cooperación, y por primera vez en su discurso evitó hacer declaraciones racistas y dijo incluso que reconocía y respetaba a los mexicanos.

Sin embargo, posterior a ese encuentro y después de ofrecer un discurso en su país referente a la política migratoria, reiteró su deseo de construir el citado muro fronterizo, subrayando que este sería pagado por los mexicanos, generando una guerra de declaraciones entre Trump y Peña Nieto.

En septiembre de 2016, y entrando al tramo final de la contienda a la Casa Blanca, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, reconoció en ese entonces que sería un huracán de bastante intensidad para México si Trump cumpliera sus promesas de campaña.

Entre dichas promesas figuran su intención de modificar o eliminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), además de imponer aranceles del 30 por ciento a los productos mexicanos de exportación.

El 9 de noviembre de 2016, tras el desenlace de la jornada electoral en Estados Unidos, comenzaron a verse efectos en México, sobre todo en el mercado cambiario. El peso mexicano cayó en su máximo histórico, ubicando la moneda nacional frente al dólar estadounidense en 20,74 unidades.

El 10 de noviembre de 2016, México, que se mantuvo cauteloso antes de estas elecciones, dijo estar preparado ante cualquier escenario y para hacerle frente a la volatilidad a pesar de que los analistas pronosticaban que de ganar Trump, en México se registraría una caída del Producto Interno Bruto (PIB), del tipo de cambio y de la inversión extranjera directa.

Sin embargo, el temor sobre el futuro de la relación entre México y Estados Unidos, principalmente por las amenazas de Trump desde el inicio de su campaña, se mantuvo y se siguió viendo reflejado en el debilitamiento de la moneda mexicana.

El 16 de noviembre de 2016 el gobierno de México presentó sus primeras 11 acciones que implementaría en Estados Unidos a través de su embajada y sus 50 consulados para proteger a sus connacionales ante la amenaza de la deportación masiva anunciada previamente por Trump.

El 3 de enero de 2017, Trump, ya como presidente electo de Estados Unidos, amenazó a través de su cuenta en Twitter con imponer un "gran impuesto fronterizo" a la automotriz General Motors (GM) por fabricar su modelo Chevy Cruze en México.

Al día siguiente el fabricante estadounidense Ford anunció que suspendería una inversión en el estado mexicano de San Luis Potosí por valor de 1.600 millones de dólares.

El 5 de enero de 2017 Trump hizo lo mismo pero ahora contra la japonesa Toyota, firma que dijo que a pesar de ello mantendría sus planes en México.

El 9 de enero el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, se pronunció ante esta situación y dijo que su gobierno esperaría a que Trump tomara posesión de su cargo y hasta conocer qué tipo de políticas públicas adoptará frente a las amenazas a empresas automotrices para que cancelen proyectos en México.

El 11 de enero de 2017, Trump ofreció como presidente electo su primera conferencia de prensa, donde dijo que mantenía su intención de construir un muro en su frontera sur con México y que los mexicanos pagarían con reembolsos, a lo que Peña Nieto respondió que "México no va a pagar el muro".

Ese mismo día, el mandatario mexicano reconoció que dentro de la relación México-EEUU se iniciaba una nueva etapa en la que dijo, se habrán de establecer diversas negociaciones de manera abierta y completa, en todos los temas, incluyendo seguridad, comercio y migración.

Garantizó también que dentro de esta relación "no se aceptará nada que vaya en contra de nuestra dignidad como país y de los mexicanos".

El 20 de enero, Trump, al asumir el poder, lanzó su reiterada advertencia para México sobre el tema migratorio y comercial, a lo que Peña Nieto sostuvo que "la soberanía, el interés nacional y la protección de los mexicanos guiarán la relación con el nuevo gobierno de Estados Unidos".

El 22 de enero de 2017, Trump invitó a su homólogo mexicano a visitar la Casa Blanca el 31 de enero para sostener un acercamiento y hablar sobre la agenda bilateral y la nueva relación entre ambos países.

El 23 de enero, Peña Nieto presentó la nueva política internacional que México emprenderá en los siguientes dos años que restan de su gobierno y con la que buscará expandir su relación política y comercial con otros países de Asia, Europa, Latinoamérica y El Caribe, hasta Africa.

Esto llegó después de que EEUU anunciara su salida del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).

El 24 de enero, el canciller mexicano dijo que México podría salirse del TLCAN, iniciado hace 23 años, si las negociaciones que busca realizar Estados Unidos son desfavorables para los mexicanos y que el comercio entre ambos países se podría regir "a partir de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)".

El 25 de enero, Trump firmó un ordenamiento oficial para iniciar la construcción del muro fronterizo entre su país y México.

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Spanish.xinhuanet.com 2017-01-26 13:03:17

MEXICO, 25 ene (Xinhua) -- Este miércoles se inició por primera vez un encuentro entre las altas autoridades de México y de la nueva administración del magnate republicano estadounidense Donald Trump, quien a pesar de que el pasado día 20 asumió el poder, logró en el último año tensar la relación bilateral.

El 16 de junio de 2015 Trump se presentó como precandidato a la presidencia de Estados Unidos y se dio tiempo para insultar a México acusándolo de ser el responsable de enviar a Estados Unidos "drogas" y "violadores" a través de la frontera.

Además, en 45 minutos de discurso en el que rescató el sentimiento nacionalista, prometió que si llegaba a ser presidente, construiría un muro en la frontera, de 3.200 kilómetros, y haría que lo pagara México, país al que culpó además de estar "ahogando económicamente a Estados Unidos".

Esas declaraciones fueron suficientes para que reaccionara México y a partir de ahí las autoridades, pasando por legisladores y la sociedad, calificaran las declaraciones de Donald Trump de ofensivas, irracionales y totalmente alejadas de la realidad.

Ese mismo día, el gobierno mexicano convocó una rueda de prensa donde calificó de prejuiciosas y absurdas las declaraciones de Donald Trump.

Sin embargo, Trump, quien además descalificó el Oscar con el que fue galardonado el mexicano Alejandro González Iñárritu, siguió empleando adjetivos peyorativos y discriminatorios en contra de los mexicanos, e incluso atacó al sistema judicial mexicano cuando dijo que tenía una demanda "en las corruptas cortes de México".

El 17 de junio de 2015 algunos legisladores mexicanos consideraron estos hechos preocupantes al esperar que ello encendiera los ánimos de grupos racistas antimexicanos y antilatinos, pese a que Trump solo era en ese entonces un precandidato a la presidencia de entre los 16 del Partido Republicano, cinco del Demócrata y dos independientes.

En los siguientes meses Trump mantuvo sus discursos racistas en mítines en los que muchos lo apoyaban pero otros le criticaban.

Las relaciones entre México y Estados Unidos comenzaron a tensarse pues el empresario republicano subió de tono sus propuestas en las que incluso dijo que confiscaría las remesas hacia México si las autoridades de este país no pagaban la construcción de un muro fronterizo.

Aunque analistas e inclusive algunos militantes del partido republicano pensaban que tales dichos debilitarían a Trump, México comenzó su nueva estrategia de política con ese país, tras reconocer que en ese momento existía un ambiente complejo entre ambas partes por temas como la seguridad y la migración, pero también en medio de un proceso político electoral.

En julio de 2015, Trump aprovechó la segunda fuga de una prisión del narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán, para criticar a las autoridades mexicanas y criminalizar a la población mexicana en Estados Unidos. "Ellos se quedan con el dinero y nosotros con los asesinos, la droga y el crimen", añadió en su cuenta de Twitter.

Para marzo de 2016 los candidatos más fuertes eran la exsecretaria de Estado Hillary Clinton por el Partido Demócrata y precisamente el multimillonario Donald Trump por el lado de los Republicanos.

Trump mantuvo su retórica en los siguientes meses contra los mexicanos e incluso comenzó a fortalecer su promesa de defender una política proteccionista, deportar a unos 3 millones de indocumentados e imponer aranceles a productos mexicanos, lo que hizo reaccionar a México ante estas aseveraciones al grado de considerarlo no grato en México.

Para agosto de 2016 las altas autoridades mexicanas pensaron en tener un acercamiento con Clinton y Trump, quienes para ese entonces ya habían sido declarados oficialmente candidatos a la presidencia de Estados Unidos.

El primero en ser invitado para realizar una visita a México fue el multimillonario republicano, que de inmediato aceptó, lo que molestó a Clinton.

El 31 de agosto de 2016 Trump llegó a Ciudad de México para reunirse en privado en la residencia oficial de Los Pinos con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a fin de tener un primer acercamiento y hablar sobre la relación bilateral, algo que después sería severamente criticado.

Trump expresó ese día su deseo de reforzar la cooperación, y por primera vez en su discurso evitó hacer declaraciones racistas y dijo incluso que reconocía y respetaba a los mexicanos.

Sin embargo, posterior a ese encuentro y después de ofrecer un discurso en su país referente a la política migratoria, reiteró su deseo de construir el citado muro fronterizo, subrayando que este sería pagado por los mexicanos, generando una guerra de declaraciones entre Trump y Peña Nieto.

En septiembre de 2016, y entrando al tramo final de la contienda a la Casa Blanca, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, reconoció en ese entonces que sería un huracán de bastante intensidad para México si Trump cumpliera sus promesas de campaña.

Entre dichas promesas figuran su intención de modificar o eliminar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), además de imponer aranceles del 30 por ciento a los productos mexicanos de exportación.

El 9 de noviembre de 2016, tras el desenlace de la jornada electoral en Estados Unidos, comenzaron a verse efectos en México, sobre todo en el mercado cambiario. El peso mexicano cayó en su máximo histórico, ubicando la moneda nacional frente al dólar estadounidense en 20,74 unidades.

El 10 de noviembre de 2016, México, que se mantuvo cauteloso antes de estas elecciones, dijo estar preparado ante cualquier escenario y para hacerle frente a la volatilidad a pesar de que los analistas pronosticaban que de ganar Trump, en México se registraría una caída del Producto Interno Bruto (PIB), del tipo de cambio y de la inversión extranjera directa.

Sin embargo, el temor sobre el futuro de la relación entre México y Estados Unidos, principalmente por las amenazas de Trump desde el inicio de su campaña, se mantuvo y se siguió viendo reflejado en el debilitamiento de la moneda mexicana.

El 16 de noviembre de 2016 el gobierno de México presentó sus primeras 11 acciones que implementaría en Estados Unidos a través de su embajada y sus 50 consulados para proteger a sus connacionales ante la amenaza de la deportación masiva anunciada previamente por Trump.

El 3 de enero de 2017, Trump, ya como presidente electo de Estados Unidos, amenazó a través de su cuenta en Twitter con imponer un "gran impuesto fronterizo" a la automotriz General Motors (GM) por fabricar su modelo Chevy Cruze en México.

Al día siguiente el fabricante estadounidense Ford anunció que suspendería una inversión en el estado mexicano de San Luis Potosí por valor de 1.600 millones de dólares.

El 5 de enero de 2017 Trump hizo lo mismo pero ahora contra la japonesa Toyota, firma que dijo que a pesar de ello mantendría sus planes en México.

El 9 de enero el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, se pronunció ante esta situación y dijo que su gobierno esperaría a que Trump tomara posesión de su cargo y hasta conocer qué tipo de políticas públicas adoptará frente a las amenazas a empresas automotrices para que cancelen proyectos en México.

El 11 de enero de 2017, Trump ofreció como presidente electo su primera conferencia de prensa, donde dijo que mantenía su intención de construir un muro en su frontera sur con México y que los mexicanos pagarían con reembolsos, a lo que Peña Nieto respondió que "México no va a pagar el muro".

Ese mismo día, el mandatario mexicano reconoció que dentro de la relación México-EEUU se iniciaba una nueva etapa en la que dijo, se habrán de establecer diversas negociaciones de manera abierta y completa, en todos los temas, incluyendo seguridad, comercio y migración.

Garantizó también que dentro de esta relación "no se aceptará nada que vaya en contra de nuestra dignidad como país y de los mexicanos".

El 20 de enero, Trump, al asumir el poder, lanzó su reiterada advertencia para México sobre el tema migratorio y comercial, a lo que Peña Nieto sostuvo que "la soberanía, el interés nacional y la protección de los mexicanos guiarán la relación con el nuevo gobierno de Estados Unidos".

El 22 de enero de 2017, Trump invitó a su homólogo mexicano a visitar la Casa Blanca el 31 de enero para sostener un acercamiento y hablar sobre la agenda bilateral y la nueva relación entre ambos países.

El 23 de enero, Peña Nieto presentó la nueva política internacional que México emprenderá en los siguientes dos años que restan de su gobierno y con la que buscará expandir su relación política y comercial con otros países de Asia, Europa, Latinoamérica y El Caribe, hasta Africa.

Esto llegó después de que EEUU anunciara su salida del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).

El 24 de enero, el canciller mexicano dijo que México podría salirse del TLCAN, iniciado hace 23 años, si las negociaciones que busca realizar Estados Unidos son desfavorables para los mexicanos y que el comercio entre ambos países se podría regir "a partir de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)".

El 25 de enero, Trump firmó un ordenamiento oficial para iniciar la construcción del muro fronterizo entre su país y México.

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