RIO DE JANEIRO, 18 ene (Xinhua) -- Al menos trece autobuses, dos comisarías de policía y un coche oficial del Gobierno fueron atacados en las últimas horas en la ciudad brasileña de Natal, capital regional de Río Grande do Norte (noreste del país) después que cerca de 200 presos de la mayor presión del estado fuesen trasladados, informaron hoy fuentes oficiales.
Según el secretario de Seguridad Pública regional Caio Bezerra, se está investigando si los ataques están relacionados con la crisis en el sistema penitenciario del estado, donde el sábado fueron asesinados 26 presos.
Precisamente esta tarde el Gobierno de Río Grande do Norte transfirió a unos 200 presos de la prisión de Alcacuz, supuestamente ligados a la facción Sindicato del Crimen (SDC), en una operación en la que participaron agentes del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y de la Policía de choque.
Alcacuz, en la región metropolitana de Natal, fue el escenario de la masacre entre presos el pasado fin de semana, y tras ello, hubo otros intentos de rebelión por parte de los internos.
En supuesta respuesta a ello, decenas de encapuchados incendiaron esta tarde once autobuses y dos microbuses en las calles de Natal, así como un vehículo del Gobierno regional. Debido a ello, la empresa municipal de transportes ordenó recoger toda la flota de autobuses, formada por 680 vehículos.
Por su parte, dos comisarías fueron tiroteadas por hombres que iban en motocicletas, aunque no se registraron heridos. Un vídeo difundido por las redes sociales muestra a dos personas con el rostro tapado con camisetas en el que afirman que van a comenzar a crear disturbios en las calles y que las prisiones del estado "son del SDC".
También hoy, familiares de los presos de Alcacuz protestaron en los alrededores de la cárcel contra la transferencia de sus seres queridos y prendieron fuego a algunos objetos.
Desde el 1 de enero, más de 130 presos han sido brutalmente asesinados en el interior de diferentes cárceles de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte en enfrentamientos entre facciones criminales rivales, que se suman a los habituales problemas de hacinamiento y las pésimas condiciones del sistema penitenciario de Brasil. Fin
