Por Omar Mendoza
SANTIAGO, 17 ene (Xinhua) -- La colaboración entre Chile y China en la Antártida "es fundamental", dijo a Xinhua Ricardo Rozzi, filósofo y ecólogo a cargo del Programa de Conservación Biocultural Subantártica de Chile.
"Esa colaboración se realiza con varias universidades de Beijing y tengo contacto permanente con China porque, desde el punto de vista de los valores éticos, es fundamental colaborar con ese país", afirmó.
Explicó que hay "dos proyectos con China que están centrados en la ética bio-cultural y la doctora Chang Gao acaba de escribir un capítulo sobre taoísmo en la naturaleza y cómo eso nos inspira para la sustentabilidad ambiental".
"China tiene el mandato de la civilización ecológica y el desafío de tener una economía pujante y con valores que rescatan las tradiciones confucianas, las tradiciones budistas, pero también tiene corrientes actuales de la filosofía ambiental", comentó.
Al ofrecer en esta capital la conferencia "La Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos (RBCH)", organizada por Imagen de Chile, dijo que su país "se está convirtiendo en el nuevo polo de investigación internacional del cambio climático dadas sus condiciones geográficas únicas".
"La reserva está ubicada en la zona denominada la 'cumbre austral del continente americano', ya que, en cuanto a latitud, es el área más extrema del hemisferio sur", explicó.
Es la única zona terrestre dentro de esta zona latitudinal (el 98 por ciento restante es mar), por lo que los estudios realizados en la misma zona del hemisferio norte no son replicables puesto que allí más del 50 por ciento es tierra, lo que genera cambios de temperatura muy distintos durante el año, aclaró.
En su opinión, los ecosistemas costeros del archipiélago Cabo de Hornos son un receptáculo clave para mitigar el CO2 del calentamiento global.
"Por sus condiciones prístinas, elevado nivel de oxígeno, nutrientes y biodiversidad marina, los bosques de kelp de la reserva Cabo de Hornos están entre los ecosistemas más productivos del mundo y sus fotosíntesis capturan el CO2 de la atmósfera almacenándolo en lo que se conoce como el 'carbón azul'".
A través del Programa de Conservación Biocultural Subantártica creado en 2000 e integrado por la Universidad de Magallanes, el Instituto de Ecología y Biodiversidad, la Fundación Omora y la Universidad de Texas Norte, se ha impulsado la instalación de dos nuevos sitios de monitoreo en la isla Hornos y Diego Ramírez, que se suman a la estación de Parque Omora.
"Dichos puntos forman parte de una red internacional que incluye cinco subredes en 43 países de los 5 continentes, y que permiten medir el cambio climático en todos los tipos de territorio o regiones del planeta", apuntó.
Según Rozzi, esa zona cuenta con los bosques preindustriales más grandes del planeta (3 millones de hectáreas "versus" menos de una hectárea en Europa) y, en la reserva, se toman muestran periódicas del terreno y se hace seguimiento de lo sucedido con los integrantes del ecosistema, como son las plantas, los insectos, las aves y los mamíferos.
El programa también busca ampliar la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos en 200 millas náuticas al sur de las islas Diego Ramírez y postula la creación de un área marina protegida con reserva y parque marino.
"Esto permitirá hacer una pesca responsable para los habitantes y potenciar el turismo de navegación ya existente principalmente en la zona de glaciares y en quienes visitan la Antártida", subrayó.
En noviembre de 2016, se aprobaron los fondos para construir el Centro Subantártico Cabo de Hornos (CSCH) en Puerto Williams (RBCH), que apoyará los nuevos proyectos en la zona e impartirá cursos en conservación del territorio y será un lugar para recibir a turistas de todo el mundo.
Para operar la parte científica del Centro Subantártico y complementar los estudios sobre los nuevos sitios de monitoreo a largo plazo, el programa trabaja en alianzas con universidades de distintos lugares de Chile y el mundo.
"Estas mismas alianzas permitirán reforzar el programa de ecología y ética que pretende valorar la diversidad de formas de vida presentes en el planeta y promover su conservación", señaló Rozzi.
Se ha creado un comité local con autoridades de la zona y operadores turísticos para potenciar una oferta turística sustentable que apunte a rescatar lo mejor del territorio manteniendo su característica de lugar prácticamente no intervenido por el hombre.
Según Rizzi, "esto se hace con actividades que vinculen a las personas con el entorno, como el ecoturismo con lupa, que permite mirar las pequeñas formas de vida que hay en el Cabo de Hornos, generando un nuevo polo de observación en Chile".