RIO DE JANEIRO, 17 ene (Xinhua) -- La policía brasileña tuvo que intervenir hoy en la Penitenciaria Estatal de Alcazuz, en el estado de Río Grande do Norte (noreste), donde murieron 26 personas el sábado pasado, tras producirse esta mañana una nueva rebelión de los internos, informaron fuentes oficiales.
Los hechos sucedieron en la prisión situada en la región metropolitana de Natal, la capital regional de Río Grande do Norte, pese a que las autoridades aseguraron que la cárcel estaba "bajo control" tras la masacre del pasado fin de semana.
Según mostraron varios medios de información locales, un grupo de presos armados con piedras y palos intentó entrar en un pabellón en el que hay internos de una facción rival, por lo que la policía intervino con gases lacrimógenos y armas no letales para dispersar a los invasores.
Varios presos resultaron heridos y, según mostraron la imágenes televisivas, fueron trasladados por otros internos en una carreta, con el fin de buscar ayuda médica.
"La situación es muy tensa", dijo el mayor de la guardia penitenciaria, Wellington Camilo, a la prensa local.
La prisión de Alcazuz, la mayor de Río Grande do Norte, fue el escenario, el pasado sábado, de una reyerta entre presos de dos facciones rivales que se saldó con la muerte de 26 reos.
Según explicó hoy el gobernador del estado, Robinson Faria, la matanza fue una venganza por la muerte de 56 presos en una prisión de Manaos (capital de Amazonas, norte) el pasado 1 de enero, que se extendió posteriormente a Roraima (norte) y a otras prisiones el país.
Asimismo, Faria solicitó al gobierno federal el envío de la Fuerza Nacional, una policía de élite que actúa bajo autorización del Ejecutivo, con el fin de ayudar a pacificar la prisión.
El gobierno federal puso a disposición de los gobernadores a las Fuerzas Armadas para actuar en las prisiones del país, como una forma de hacer frente a la crisis carcelaria que vive Brasil desde inicios de año y que se han saldado con al menos 130 presos muertos y la fuga de cerca de un centenar.
