Por Juan Manuel Nieves
BUENOS AIRES, 13 ene (Xinhua) -- La relación entre Estados Unidos y Argentina, signada por idas y vueltas en los últimos años a raíz de diferencias ideológicas entre sus gobiernos, ingresó en un compás de espera tras la victoria electoral de Donald Trump en noviembre último.
Esta relación bilateral se relanzó a comienzos de 2016 con la visita a Buenos Aires del presidente estadounidense, Barack Obama, pero con Trump "cabe esperar para Argentina una mayor restricción de aportes financieros y más proteccionismo hacia nuestros productos", afirmó a Xinhua la economista María Cecilia Peralta.
"No diría hostilidad, pero sí medidas proteccionistas" que perjudicarían las exportaciones argentinas, añadió la experta, para quien Trump genera "interrogantes sobre las decisiones" que adoptará.
La incertidumbre que generan las medidas que podría adoptar Trump luego de su asunción el próximo 20 de enero, con eje en el aislacionismo político y la cerrazón comercial, chocan con la intención del gobierno argentino, explicitada a lo largo de 2016 de "volver al mundo" mediante la apertura.
A su vez, el director para Asia y Oceanía del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, Estanislao Zawels, resaltó a Xinhua que durante 2016, el país "orientó sus acciones a posicionarse nuevamente como miembro relevante de la comunidad internacional".
Se situó en esta posición al asumir "un rol proactivo en el tratamiento de importantes temas de la agenda global y profundizando sus vínculos con los principales países de la región y del resto del mundo".
En ese contexto se entiende la llegada de Obama a Argentina el 23 de marzo del año pasado, visita que sirvió para el relanzamiento del vínculo bilateral, prácticamente congelado la década previa.
Se trató del primer encuentro entre dos mandatarios desde el que protagonizaron en 1997 los ex presidentes de Argentina, Carlos Menem (1989-1999), y de Estados Unidos, William Clinton (1993-2001).
A su vez, el historiador Leandro Morgenfeld, explicó a esta agencia informativa que con su visita, Obama buscó reposicionar a Estados Unidos en la región, "después de una década de relativo relajamiento de su hegemonía".
"El gobierno del presidente Mauricio Macri pasó a ser un aliado clave de Estados Unidos en la región. Un instrumento para subordinar a los demás países, para alentar un giro conservador derechista", comentó el investigador.
Añadió: "El repliegue económico que pregona Trump, descolocó a los mandatarios que habían apostado explícitamente por Clinton".
Previamente, durante los 12 años de gobierno del Frente para la Victoria de los entonces mandatarios Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), el vínculo bilateral ingresó en una etapa de distanciamiento.
Buenos Aires se alejó de Washington cuando durante la Cumbre de las Américas realizada en la ciudad de Mar del Plata en noviembre de 2005, Kirchner se alineó con los entonces presidentes de Brasil y Venezuela, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Hugo Chávez (1999-2013), respectivamente
Con ese acercamiento enterró el proyecto promovido por Washington de la llamada Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Estados Unidos, en respuesta, bloqueó todas las líneas de crédito para Argentina a nivel bilateral y en organismos multilaterales como el Banco Mundial (BM).
En la Cumbre de las Américas que acogió Panamá en abril de 2015, Fernández de Kirchner fustigó a Obama por su postura respecto de Venezuela: "Es ridículo que Estados Unidos considere una amenaza a los países de la región".
Casi un año después, Obama respaldó a Macri, al sostener que Argentina "está retomando su papel de líder en la región y el resto del mundo".
"Podemos ser aliados universales para compartir valores y nuestro compromiso por la libertad. Hemos quedado sumamente impresionados por el trabajo de estos 100 días", expresó entonces el mandatario estadounidense.
Durante la campaña electoral en el país del norte, el gobierno argentino apostó por la candidata demócrata Hillary Clinton.
"El mundo entero está sorprendido. Las encuestas una vez más fallaron, porque la daban ganadora", expresó Macri, quien se apuró a revertir la situación mediante un llamado de felicitación a Trump.
La presidencia difundió que en la llamada, el republicano Trump le expresó a Macri que Argentina es un gran país y que "tendremos la más cercana relación de la historia entre nuestros países".
La participación de Estados Unidos en las exportaciones e importaciones argentinas ha descendido de forma sistemática, al pasar del 14 por ciento del comercio total en 2002 a 9 por ciento en 2015.
En tanto, el titular de la consultoría ABECEB, Dante Sica, expresó en este sentido que Estados Unidos, no obstante, "sigue siendo un socio comercial clave, tercero en importancia detrás de Brasil y China".
"Aunque las promesas de Trump en el área comercial apuntan principalmente a México y China, es de esperar que el nuevo gobierno tenga una visión crítica sobre la apertura comercial en términos generales", señaló Sica.
El también ex secretario de Estado complementó que esta visión pondrá "potencialmente en riesgo el acceso a uno de los principales mercados de exportación de nuestro país".
Para Sica, "la visión más proteccionista de Trump podría además hacer peligrar algunos avances que se han logrado en la agenda bilateral en los últimos meses.
El especialista se refirió en particular a la apertura de los mercados de carne y limones, así como a la reciente decisión de evaluar la nueva inclusión de Argentina en el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP).
La inclusión de Argentina en el SGP permitiría el ingreso al país del norte con beneficios aduaneros en unas 500 posiciones arancelarias, lo cual daría un impulso clave a productos agroalimentarios, en especial vinos, quesos y algunas carnes.
En 2015, el intercambio entre ambas naciones registró 11.133 millones de dólares, con un déficit para Argentina de 4.267 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En los primeros 11 meses de 2016, este intercambió comercial alcanzó 10.560 millones de dólares, aunque la balanza fue desfavorable para el país sudamericano, al mermar a 2.198 millones de dólares, la mitad que en el año previo.
En tanto, la abogada especialista en derecho internacional, Paola de Simone, resumió a Xinhua que "resta saber si con Trump el vínculo entre los dos países continuará por la senda del 'deshielo' o si, por el contrario, volverá a enfriarse.
En caso de que la relación se enfríe, "la responsabilidad no sería de Argentina, sino del aislacionismo estadounidense", agregó Simone.