Por Juan Manuel Nievas
BUENOS AIRES, 28 dic (Xinhua) -- Los festejos en Argentina por la llegada del Año Nuevo conjugan el encuentro entre la familia y amigos, con deseos de renovación personal y platillos de tradición europea, en una jornada de calor habitual en esta parte del planeta al terminar diciembre.
"Año Nuevo, vida nueva", es el lema de buena parte de los argentinos que aprovechan la ocasión para hacer un balance de los 365 días previos y planear las actividades del próximo ciclo, entre ellas las vacaciones, que se suelen disfrutar en enero o febrero.
Josefina de Rosa, socióloga de 33 años, explicó a Xinhua que "la Navidad es una celebración más familiar, ligada a lo religioso", mientras que el Año Nuevo "está más vinculado al festejo pagano y global", en que se da lugar a los amigos, que tienen el mismo peso afectivo que la familia.
"Reunirse en torno a una mesa es algo muy característico del argentino. La mayoría de nuestros abuelos llegaron al país desde una Europa devastada y pobre, y encontraron en la abundancia de nuestras tierras su nuevo hogar. Se aferraron a esa abundancia y le rindieron culto", abundó.
Para la ocasión, cada asistente a la reunión lleva un platillo de su especialidad, "recetas que se transmiten entre generaciones, afianzando nuestra identidad".
"Se consumen platos fríos, por la temperatura elevada, pero también se mantiene la costumbre de comidas de clima frío, como las frutas secas, los turrones y el pan dulce (tradicional panettone milanés)", explicó la socióloga.
Los menos aficionados a la comida tienen la tarea de aportar postres, como helados o ensaladas de frutas, además de bebidas para brindar en punto de la media noche, momento en que se esperan 35 grados Celsius, según datos del Servicio Meteorológico Nacional.
Para de Rosa, el festejo de Año Nuevo "permite corrernos un poco de lo religioso y adoptar costumbres más paganas y globalizadas".
"Hay numerosos fuegos artificiales, y pasadas las 12 (de la noche), los vecinos salen a la vereda (acera) para observarlos. De todas formas, en los últimos años esto ha ido decreciendo, ante una mayor conciencia, porque afectan a bebés, niños con discapacidades y mascotas", dijo la entrevistada.
A nivel personal, la experta disfruta de pasar la noche del 31 de diciembre en casa de sus padres, junto con su esposo, Fernando, sus hijos Lorenzo y Ramiro, y amigos.
Todos ellos cumplen el tradicional ritual en estas fechas de hacer una cuenta regresiva poco antes de que den las 12 de la noche y entonces sí, brindar y abrazarse.
A su vez, Julia Berti, una ingeniera química de 30 años, contó a Xinhua que en su mesa "no falta el lechón (puerco joven) asado, las ensaladas de todo tipo, el pollo relleno y el vitel toné".
Este último platillo (vitel toné) es una especialidad típica de la gastronomía italiana, particularmente de la región de Piamonte en el noroeste de Italia, que contiene carne de ternera, salsa de atún y anchoas, según el gusto.
"Nos reunimos en familia. En mi caso, me gusta usar ropa blanca", remarcó Berti desde Mar del Plata, ciudad balneario ubicada 400 kilómetros al sureste de Buenos Aires (capital).
En la visión de esta ingeniera, vestirse de blanco es "una costumbre reciente, importada de Brasil y adoptada en muchos hogares", sobre todo por mujeres, y busca representar la paz y la pureza, para comenzar el Año Nuevo "limpios y recibir las mejores energías".
Por su parte, Mariela Berretti, de 39 años y empleada en una reconocida tienda de zapatos de la elegante Avenida Alvear, en el barrio capitalino de Recoleta, señaló a esta agencia que se preparan "con mucha felicidad" para juntarse toda la familia.
"Preparamos platos fríos, variados. Cinco minutos antes de las 12 (de la noche) servimos las copas para brindar y recibir el Año Nuevo, dejando atrás todo lo malo, esperando salud y felicidad para los familiares y amigos", dijo Berretti.
En tanto, María Clemencia Pérez, de 62 años de edad y ama de casa, expresó que el día final del año se vive "de manera tranquila".
"Comemos huevos rellenos, pollo al horno con papas y batatas (camote) y helado de postre. A las 12 brindamos por todos los que están y también por los que ya partieron, pidiendo, además, por la paz en nuestro país y en el mundo".
Asimismo, el economista en jefe de la consultoría Management & Fit (M&F), Matías Carugati, sostuvo en entrevista con Xinhua que "si en 2016 la causalidad fue de la economía a la política, 2017 será al revés".
"En 2017, las elecciones legislativas de medio término tomarán el centro de la escena", aunque, al mismo tiempo, "el gobierno precisa que la recuperación de la economía sea más que un número y se sienta en la calle", expresó.
En sentido similar se pronunció Susana Guerrero, una jubilada de 67 años, quien comentó: "Nos merecemos despegar como país, tener paz, diálogo y tranquilidad, por el bien de todos. Ese será mi deseo al levantar la copa y brindar el sábado a la noche".
Cada nuevo año trae en Argentina deseos de renovación y esperanza de una mejor calidad de vida, con salud y buenaventura para la familia y amigos, más allá de los habituales vaivenes que suele enfrentar la tercera economía de América Latina.