BEIJING, 23 dic (Xinhua) -- La Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe publicó su última previsión del crecimiento económico el 14 de diciembre de 2016, anunciando que la región acabará el año con una contracción media de un 1,1 por ciento, y "experimentará un crecimiento moderado de un 1,3 por ciento en 2017".
De manera coincidente, la Reserva Federal de EEUU elevó ese mismo día el tipo de interés de referencia en 25 puntos básicos hasta un rango de entre el 0,5 y el 0,75 por ciento, e indicó que se llevarán a cabo tres incrementos más el año que viene.
Afectados por el aumento de la tasa de la Reserva Federal, las principales divisas de América Latina están experimentando diferentes niveles de devaluación. El banco central mexicano elevó de urgencia su tasa de fondeo bancario en 50 puntos básicos para compensar temporalmente el efecto de derrame negativo de la acción de la Reserva Federal estadounidense.
Aún así, aumentos continuados de la tasa de interés provocarán un dólar fuerte, trayendo incertidumbre a la recuperación económica de América Latina.
Primero, los aumentos de la tasa de interés en EEUU estimulará una salida de capital de los países de latinoamérica hacia el país norteamericano, causando mayores riesgos de deuda para esos países. La pérdida de capital aumentará su carga de deuda afectando gravemente a algunos países latinoamericanos que dependen en gran medida de "capital volátil".
En la década de los 80 del siglo pasado, EEUU ajustó repentinamente su política monetaria tras años de flexibilización cuantitativa, provocando una crisis de deuda de 10 años para América Latina, llamada históricamente "la década perdida" de la región.
Segundo, los aumentos de la tasa de interés de la Reserva Federal incrementarán los costes por intereses, amortiguando las medidas de estímulo.
Para lidiar con sus debilitadas economías, los principales países de América Latina, como Brasil, México y Argentina, han anunciado una serie de políticas de estímulo económico como la expansión de los proyectos de infraestructura y energía, que necesitan una gran cantidad de fondos externos.
El alza de la tasa de interés de la Reserva Federal forzará a los bancos centrales de estos países a elevar a su vez sus tasas de interés y devaluar sus divisas soberanas, incrementando el coste del capital extranjero.
Tercero, los aumentos de la tasa por parte del país norteamericano también afectarán a la capacidad de exportación de algunos de los principales países exportadores de Latinoamérica.
Recientemente los precios de las materias primas han repuntado vigorosamente en los mercados internacionales, beneficiando ampliamente a países como Brasil, Chile y Perú, que dependen en gran medida de este tipo de exportaciones.
Aún así, se espera que tras múltiples subidas de la tasa federal, los precios de las materias primas vuelvan a bajar, debilitando los beneficios de los países mencionados.
Sin embargo, enfrentándose a estos desafíos, las perspectivas económicas para América Latina no son tan malas como uno podría pensar.
En comparación con la crisis de deuda de los 80, y las crisis monetarias y financieras de principios del siglo XXI, la mayoría de los países de latinoamérica han mejorado enormemente su capacidad para defenderse de riesgos financieros externos gracias a sus reservas extranjeras más nutridas y unas políticas fiscales más prudentes.