ESPECIAL: Cultura tradicional china entra en vida cotidiana peruana

Spanish.xinhuanet.com   2016-12-17 17:47:00

Por Zhao Hui

Lima, 17 dic (Xinhua) -- Perú, uno de los países más lejanos de China, ha ido abrazando la cultura tradicional del país asiático a medida que la cooperación bilateral se ha extendido de los factores comerciales y económicos a los sociales más profundos durante la última década.

La acupuntura, la filosofía antigua y las artes marciales chinas son las principales atracciones para los ciudadanos peruanos, y sirven como ventanas hacia una civilización lejana y poco conocida.

AGUJAS MAGICAS

Según cálculos preliminares, en la capital peruana, Lima, hay casi medio centenar de clínicas o consultorías médicas de acupuntura, el setenta por ciento de las cuales están manejadas por médicos peruanos.

Orlando Leiva es uno de ellos. En 1986, junto con su esposa, Ana Rioja, ganó una beca de posgrado otorgado por el gobierno chino y juntos llegaron al Instituto de Medicina Tradicional de Beijing, siendo unos de los primeros médicos peruanos en estudiar acupuntura y medicina tradicional china.

"Lo primero que tuve que aprender en China fue el idioma. Claro que nos enfocamos en un idioma orientado a la salud, para involucrarnos, y después allí iniciamos el aprendizaje de la medicina tradicional en sus diferentes aspectos, pero muy en especial en la acupuntura, porque el que más nos impresionó, nos motivó, fue el aprendizaje de la acupuntura", relata a Xinhua.

Después de dos años de estudio y un año de práctica, Leiva regresó a Lima con la idea de abrir una consultoría dedicada especialmente a ofrecer a los pacientes acupuntura, masajes y otros tratamientos chinos.

Sin embargo, en los primeros años, poca gente se atrevía a probar por miedo a las agujas sutiles y largas que se usan en la acupuntura. Leiva decidió dictar cursos de medicina tradicional china en los colegios médicos y para proyectos de la Salud Pública y el Seguro Social, a fin de ahuyentar las preocupaciones innecesarias de los pacientes.

Con el tiempo, Leiva y su consultoría atrajeron a un grupo de pacientes fieles, quienes se recuperaron poco a poco de afecciones dolorosas, tales como la neuralgia del trigémino, la parálisis facial o los espasmos musculares.

Además de recibir diariamente de 10 a 15 pacientes, en su tiempo libre practica taichí y juega al ping pong con su familia. "Me fascina casi todo de China, el taichí, el ping pong, la gastronomía..., incluso le puse un nombre chino a mi hijo Pedro, quien nació en China", narra.

FILOSOFIA ANTIGUA

Cuando el padre de Fernán Alayza le compró un manual de mandarín, sólo pensaba en que su hijo pudiera hablar "un idioma que casi nadie aprende".

Fue en 1973, poco antes de que el padre viajara a China para trabajar en la Embajada de Perú en Beijing. Fernán Alayza, con solo 17 años de edad, decidió acompañarlo e inició una expedición maravillosa que cambió su vida.

Ninguno de los dos podía prever que Alayza hijo se convertiría algún día en uno de los pocos traductores públicos de mandarín por nombramiento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, y presentaría la filosofía antigua china a los lectores hispanohablantes traduciendo varias obras maestras de confucianismo y taoísmo.

Tras vivir en China 9 años y graduarse en Lengua China Moderna en la Universidad de la Lengua y la Cultura de Beijing y en Geología en la Universidad de Nanjing, Alayza regresó a Lima en 1987.

Aunque considera la geología como la profesión de sus sueños, el idioma mandarín y la cultura china han sido la principal fuente económica de su vida. Desde 1992, empezó a dictar cursos sobre cultura china, especialmente sobre el confucianismo y el taoísmo, en el Centro de la Cultural Oriental de la Universidad Católica de Perú.

"Comencé por estudiar la lengua moderna y la China contemporánea, pero con el pasar del tiempo, fui descubriendo que la clave para una mejor compresión de su realidad actual está en su historia milenaria", dice a Xinhua.

En este caso, publicó varios libros de traducción, tales como los poemas de Li Bai, uno de los poetas más importantes en la dinastía Tang, así como las obras confucianas "Estudio de lo Grande" y "Acción de lo Interno", y la de Lao-Tse, "Tao Te Ching".

ARMONIA INTERNA

El maestro Juan Vásquez, de 63 años de edad, ha viajado a China más de 20 veces, atraído una y otra vez por el taichí.

Vásquez empezó a practicar diversas artes marciales cuando tenía solo 17 años. Pero lo que le fascinó más fue el taichí, porque lo sentía "más integral, más completo y más profundo" debido a los contenidos culturales y filosóficos que abarca.

En 1992, Vásquez conoció al gran maestro chino Chen Zhenglei, de la 11ª generación de estilo Chen del taichí, y luego se convirtió en su discípulo directo. Durante muchos años, Vásquez viajó cada año a la provincia china de Henan para entrenar con el gran maestro Chen durante un mes.

Tras más de 40 años de práctica, con cuatro horas diarias, el nivel de Vásquez logró el reconocimiento internacional. Se adjudicó varios campeones nacionales del Perú en taichí Chen y obtuvo en 2007 el sexto duan en wushu otorgado por la Asociación China de Wushu.

Desde 1994, Vásquez empezó a enseñar en Lima taichí Chen y reclutó a más de cien discípulos, entre los cuales se incluyen ancianos de unos 80 años y niños menores de 10.

Algunos discípulos han continuado practicando esta arte marcial con Vásquez durante más de 10 años. Marleni Calcina, con 13 años de práctica, confesó que el taichí le hizo entender el valor de "ir despacio", porque "anteriormente era una persona muy apurada y por eso sentía gran estrés tanto en el trabajo como en la vida".

"La transformación empezó con el taichí, que me ayudó a recuperar la tranquilidad y la armonía interna. Ahora para mí, practicarlo es como conversar con mi espíritu", enfatizó.

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ESPECIAL: Cultura tradicional china entra en vida cotidiana peruana

Spanish.xinhuanet.com 2016-12-17 17:47:00

Por Zhao Hui

Lima, 17 dic (Xinhua) -- Perú, uno de los países más lejanos de China, ha ido abrazando la cultura tradicional del país asiático a medida que la cooperación bilateral se ha extendido de los factores comerciales y económicos a los sociales más profundos durante la última década.

La acupuntura, la filosofía antigua y las artes marciales chinas son las principales atracciones para los ciudadanos peruanos, y sirven como ventanas hacia una civilización lejana y poco conocida.

AGUJAS MAGICAS

Según cálculos preliminares, en la capital peruana, Lima, hay casi medio centenar de clínicas o consultorías médicas de acupuntura, el setenta por ciento de las cuales están manejadas por médicos peruanos.

Orlando Leiva es uno de ellos. En 1986, junto con su esposa, Ana Rioja, ganó una beca de posgrado otorgado por el gobierno chino y juntos llegaron al Instituto de Medicina Tradicional de Beijing, siendo unos de los primeros médicos peruanos en estudiar acupuntura y medicina tradicional china.

"Lo primero que tuve que aprender en China fue el idioma. Claro que nos enfocamos en un idioma orientado a la salud, para involucrarnos, y después allí iniciamos el aprendizaje de la medicina tradicional en sus diferentes aspectos, pero muy en especial en la acupuntura, porque el que más nos impresionó, nos motivó, fue el aprendizaje de la acupuntura", relata a Xinhua.

Después de dos años de estudio y un año de práctica, Leiva regresó a Lima con la idea de abrir una consultoría dedicada especialmente a ofrecer a los pacientes acupuntura, masajes y otros tratamientos chinos.

Sin embargo, en los primeros años, poca gente se atrevía a probar por miedo a las agujas sutiles y largas que se usan en la acupuntura. Leiva decidió dictar cursos de medicina tradicional china en los colegios médicos y para proyectos de la Salud Pública y el Seguro Social, a fin de ahuyentar las preocupaciones innecesarias de los pacientes.

Con el tiempo, Leiva y su consultoría atrajeron a un grupo de pacientes fieles, quienes se recuperaron poco a poco de afecciones dolorosas, tales como la neuralgia del trigémino, la parálisis facial o los espasmos musculares.

Además de recibir diariamente de 10 a 15 pacientes, en su tiempo libre practica taichí y juega al ping pong con su familia. "Me fascina casi todo de China, el taichí, el ping pong, la gastronomía..., incluso le puse un nombre chino a mi hijo Pedro, quien nació en China", narra.

FILOSOFIA ANTIGUA

Cuando el padre de Fernán Alayza le compró un manual de mandarín, sólo pensaba en que su hijo pudiera hablar "un idioma que casi nadie aprende".

Fue en 1973, poco antes de que el padre viajara a China para trabajar en la Embajada de Perú en Beijing. Fernán Alayza, con solo 17 años de edad, decidió acompañarlo e inició una expedición maravillosa que cambió su vida.

Ninguno de los dos podía prever que Alayza hijo se convertiría algún día en uno de los pocos traductores públicos de mandarín por nombramiento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, y presentaría la filosofía antigua china a los lectores hispanohablantes traduciendo varias obras maestras de confucianismo y taoísmo.

Tras vivir en China 9 años y graduarse en Lengua China Moderna en la Universidad de la Lengua y la Cultura de Beijing y en Geología en la Universidad de Nanjing, Alayza regresó a Lima en 1987.

Aunque considera la geología como la profesión de sus sueños, el idioma mandarín y la cultura china han sido la principal fuente económica de su vida. Desde 1992, empezó a dictar cursos sobre cultura china, especialmente sobre el confucianismo y el taoísmo, en el Centro de la Cultural Oriental de la Universidad Católica de Perú.

"Comencé por estudiar la lengua moderna y la China contemporánea, pero con el pasar del tiempo, fui descubriendo que la clave para una mejor compresión de su realidad actual está en su historia milenaria", dice a Xinhua.

En este caso, publicó varios libros de traducción, tales como los poemas de Li Bai, uno de los poetas más importantes en la dinastía Tang, así como las obras confucianas "Estudio de lo Grande" y "Acción de lo Interno", y la de Lao-Tse, "Tao Te Ching".

ARMONIA INTERNA

El maestro Juan Vásquez, de 63 años de edad, ha viajado a China más de 20 veces, atraído una y otra vez por el taichí.

Vásquez empezó a practicar diversas artes marciales cuando tenía solo 17 años. Pero lo que le fascinó más fue el taichí, porque lo sentía "más integral, más completo y más profundo" debido a los contenidos culturales y filosóficos que abarca.

En 1992, Vásquez conoció al gran maestro chino Chen Zhenglei, de la 11ª generación de estilo Chen del taichí, y luego se convirtió en su discípulo directo. Durante muchos años, Vásquez viajó cada año a la provincia china de Henan para entrenar con el gran maestro Chen durante un mes.

Tras más de 40 años de práctica, con cuatro horas diarias, el nivel de Vásquez logró el reconocimiento internacional. Se adjudicó varios campeones nacionales del Perú en taichí Chen y obtuvo en 2007 el sexto duan en wushu otorgado por la Asociación China de Wushu.

Desde 1994, Vásquez empezó a enseñar en Lima taichí Chen y reclutó a más de cien discípulos, entre los cuales se incluyen ancianos de unos 80 años y niños menores de 10.

Algunos discípulos han continuado practicando esta arte marcial con Vásquez durante más de 10 años. Marleni Calcina, con 13 años de práctica, confesó que el taichí le hizo entender el valor de "ir despacio", porque "anteriormente era una persona muy apurada y por eso sentía gran estrés tanto en el trabajo como en la vida".

"La transformación empezó con el taichí, que me ayudó a recuperar la tranquilidad y la armonía interna. Ahora para mí, practicarlo es como conversar con mi espíritu", enfatizó.

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