BEIJING, 13 dic (Xinhua) -- La empresa constructora de Beijing China Fortune Land Development (CFLD), una potente compañía que cotiza en la bolsa de Shanghai, se ha inspirado en la ciudad de Pontevedra, en el noroeste de España, de cara a sus nuevos proyectos en el país asiático.
Pontevedra es una pequeña ciudad de menos de 100.000 habitantes que desde 1999 ha prohibido progresivamente el tráfico de coches en su casco urbano, una medida que ha reducido en un 70 por ciento el número de accidentes que se producen.
El modelo de Pontevedra, situada en Galicia, en la costa atlántica, ha recibido diversos premios internacionales por su éxito, el último de ellos el Euro-China Green & Smart City Award, que se entregó la semana pasada en la ciudad meridional de Shenzhen.
CFLD participa en el programa del gobierno chino para crear 1.000 nuevos pueblos característicos hasta 2020, hecho público el pasado julio en una circular emitida conjuntamente por los ministerios de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural y de Finanzas y la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, según explicó a Xinhua el director del Instituto de Desarrollo Urbano de CFLD, Li Yufeng, tras una conferencia en Beijing ayer del alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores.
Lores explicó que su ciudad ha prohibido a los vehículos circular a más de 30 kilómetros por hora para reducir al mínimo la mortalidad de los accidentes de tráfico, cuyo número es hoy en día insignificante, y que la "contaminación, el ruido y los atascos se han reducido prácticamente a cero".
El modelo pontevedrés, explicó el alcalde, permite que los niños acudan andando al colegio, con la ayuda de trabajadores voluntarios que refuerzan la seguridad ante los coches que acceden al centro, generalmente solo para aparcar, pues "el número de vehículos necesarios para los servicios es muy pequeño". Los vecinos del exterior aparcan fuera de la ciudad y se desplazan andando, pues la ciudad no es grande y se puede recorrer a pie.
Eliminar el tráfico de coches sería muy difícil en una metrópolis como Beijing, pero CFLD prevé poder aplicarlo a las nuevas ciudades pequeñas o pueblos que construirá o reformará, que estarán ubicadas en las áreas exteriores de las grandes urbes como Beijing, Shanghai, en los márgenes del río Yangtse y en la provincia meridional de Guangdong.
"Quisimos hacer una ciudad para las personas", explicó Lores, que señaló que para poner en marcha su plan fue necesario un "esfuerzo colectivo" que requirió la negociación con los comerciantes locales, que en una primera fase se mostraron dubitativos, pues temían que la ausencia de vehículos perjudicase a sus negocios.
"Lo que más nos interesó de esta ciudad fue la decisión del alcalde y la ejecución del plan", explicó Li, cuya empresa desea ahora, en línea con las directrices del gobierno, "relacionar las caracteristicas locales de cada pueblo con su desarollo económico, cultural y sectorial" en lo que constituye "un proceso importante de la urbanizacion de China".
Para ello aplicará el modelo de colaboración público-privada, conocido por sus siglas en inglés, PPP, en el que la propiedad de los terrenos es pública pero la ejecución de los proyectos es empresarial.
"Ustedes han conseguido plasmar una idea en la realidad", elogió Li al alcalde, que estuvo acompañado de varios miembros de su equipo.
Para CFLD, que tiene proyectos urbanísticos internacionales en países tan dispares como Egipto y la India, la colaboración con la pequeña ciudad europea pasará ahora por "compartir experiencias y quizás establecer algún modelo de colaboración", con visitas y formación universitaria, para continuar con el proceso de implantación de los nuevos modelos urbanos en China.