MEXICO, 12 dic (Xinhua) -- El mexicano-estadounidense Rosendo Oviedo viajó de California a la Ciudad de México para rendir tributo a la Virgen de Guadalupe en su día, con una sola petición en mente: encomendarle a la Patrona de América que Donald Trump no deporte a millones de emigrantes mexicanos cuando ocupe la Casa Blanca.
"Para eso vengo, para representar a mi pueblo que allá está sufriendo. Le pedí mucho a la virgen que nos ayude para que de alguna manera este señor cambie su modo de sentir", dijo a Xinhua el jubilado de 66 años, nacido en el estado oriental mexicano de Veracruz y residente en el condado de Orange, en el área metropolitana de Los Angeles.
La devoción por la "virgen Morena" congregó desde el pasado sábado la cifra histórica de casi 7,2 millones de feligreses en la Basílica de Guadalupe, el santuario católico más visitado del mundo, enclavado en el pequeño cerro del Tepeyac, al norte de la capital del país.
Como cada año, el grueso de los feligreses ataviados con imágenes de la virgen llegó dentro de peregrinaciones masivas que recorrieron el camino desde comunidades y ciudades del centro, sur y oeste de México andando, en bicicleta o a bordo de autobuses.
En el gigante atrio, Oviedo comentó que era el tercer día consecutivo que rezaba ante la imagen de la virgen en el altar y que incluso la víspera llegó a temprana hora para poderle cantar "Las Mañanitas" en el primer minuto de hoy, cuando se cumple el 485º aniversario de la supuesta aparición ante el indígena Juan Diego.
El devoto comentó que goza desde hace más de tres décadas de la residencia en Estados Unidos, pero conoce la incertidumbre de los emigrantes que carecen de papeles porque pasó sus primeros 13 años en California escondiéndose de las autoridades migratorias.
Trump colocó a México en el centro de sus discursos desde que en 2015 reveló que competiría por la candidatura del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, la cual asumirá el próximo 20 de enero tras ganar las elecciones en noviembre.
El republicano ha dicho que levantará un muro en la frontera de 3.000 kilómetros que ambos países comparten para frenar la migración, deportará a mexicanos sin papeles y revisará o abandonará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pacto que ha permitido a México tener en Estados Unidos a su principal socio comercial.
Otros feligreses llegados a la nueva basílica, que abrió sus puertas hace cuatro décadas, manifestaron que también brindarían parte de sus pensamientos a la protección de los migrantes, como Esteban González, un habitante de la ciudad de Cuernavaca, estado central de Morelos.
"Los compañeros tienen necesidad de estar allá trabajando, pero necesitan protección para que sigan gastándose la vida. Pediré también para que les ayude", señaló el hombre de 68 años, que asiste anualmente al santuario para encomendar a la virgen su salud.
Irene, una ama de casa de 31 años, señaló que visitaba el santuario para agradecer a la virgen por un año más de vida, pero igualmente le pediría que Trump no levante el muro.
"Es la protectora de México, hay que pedirle que nos siga cuidando y que no nos pongan límites", dijo la mujer que llegó desde la montaña de Guerrero acompañando a un grupo de 50 danzantes con máscaras tradicionales.
Para otros devotos, como Rosa María Cerezo, una anciana del estado central de México, el futuro de la relación bilateral con el vecino país depende más de la unión entre los mexicanos en el país y en Estados Unidos que de la intervención de "la Morenita".
"Son nada más habladurías, no le conviene al señor deportar a los mexicanos", aseguró, por su parte, Sergio, habitante de la comunidad de San Agustín Tlaxco, estado central de Puebla, que tiene un hermano migrante en Los Angeles laborando en la construcción.