BUENOS AIRES, 7 dic (Xinhua) -- Un grupo de expertos y, a la vez, entusiastas, trabaja en la restauración de un clásico automóvil Cadillac, del año 1955, que ha estado durante décadas al servicio de los presidentes de Argentina.
Conocido como "el Cadillac de Perón", en referencia a que lo adquirió el expresidente argentino Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974) hace más de 60 años, el automóvil, descapotable, es objeto ahora de una minuciosa tarea de puesta en valor, que una vez finalizada, permitirá su exposición en el Museo de la Casa Rosada, sede del gobierno.
El vehículo es restaurado en un taller ubicado en el barrio de Villa Real, cerca de las avenidas Beiró y General Paz, zona noroeste de Buenos Aires, tarea a cargo de un equipo que comanda Luis Spadafora, director de la Fundación Museo del Automóvil.
La primera actividad para el grupo de trabajo consistió en ir, meses atrás, a la residencia presidencial de Olivos, a unos 20 kilómetros al norte de Buenos Aires, para retirar el vehículo.
"Fuimos convocados para hacer la evaluación, vimos que si bien no estaba en buenas condiciones, tampoco estaba mal, porque es un auto con pocos kilómetros. Tiene 18.000 kilómetros, pero el auto tiene más de 60 años", contó Spadafora a Xinhua.
En medio de otros vehículos que esperan ser restaurados, el experto enfatizó que el Cadillac presidencial "es una pieza histórica, un automóvil clásico, con la historia de los argentinos encima".
Si bien los expertos estimaron que la tarea demandaría no más de 120 días, la realidad fue otra, debido a una serie de inconvenientes que se pudieron observar con el comienzo de los trabajos.
Uno de los primeros problemas estuvieron "en la pintura, que era insalvable, porque estaba ampollada y cuarteada, con trabajos arriba, que empeoraron todo", lamentó el experto.
"Algo parecido nos pasó con el tapizado. Abajo de la cuerina (actual), estaba el tapizado original. Hicimos infinidad de cosas para salvarlo, pero no fue posible, porque al estar tapado tantos años con una funda, no respiró. Llegamos tarde", señaló Spadafora, que enfatizó que la fundación a su cargo no va a cobrar la restauración.
"Empresas nos van a proveer los materiales que se van a utilizar de manera gratuita. Es una cruzada de colaboración para llegar a un trabajo de primer nivel, manteniendo toda la originalidad del auto, y con la mejor mano de obra que conocemos", destacó.
El vehículo tiene un motor V8 de casi siete litros de cilindrada, un árbol de levas que podía desplegar hasta 180 kilómetros por hora, con un tanque de nafta de 70 litros.
Es, resumió el restaurador, "un Cadillac famoso para los argentinos, del '55, comprado por el general Perón, que nunca lo pudo usar, pero sí luego los gobiernos de turno, hasta (Raúl) Alfonsín", quien asumió la presidencia en 1983.
"En lo personal, acá, en este lugar, la misión nuestra es salvaguardar los autos que tienen historia. En este caso, hablamos del máximo, que es el auto presidencial", remarcó Spadafora.
En el caso del Cadillac, los restauradores apuntan además a cuidar su "espíritu. Quiere decir que la historia que tiene el auto arriba hay que mantenerla, y hay que mantenerla con los trabajos que le estamos haciendo. No va a ser modificado nada técnicamente. El auto, una vez entregado al gobierno, va a ser expuesto en el Museo de la Casa de Gobierno", contó.
Y se permitió bromear, al señalar que si bien el destino del vehículo es un museo, con los trabajos que se la hacen "estaría apto para correr las Mil Millas, porque va a salir lo más parecido a como salió de fábrica".
"Trabajamos con todo, no sólo nosotros, sino los equipos mecánicos, los tapiceros. Son varios equipos que está trabajando cada uno en su metier", resaltó Spadafora.