LA HABANA, 1 dic (Xinhua) -- A su paso por cada municipio cubano, rumbo a Santiago de Cuba, la caravana que lleva las cenizas del máximo líder de la Revolución ha encontrado este jueves a una multitud que aclama a Fidel a cada lado del camino.
Allí están mujeres que lloran, hombres recios con la voz entrecortada, niños que corren de forma paralela al séquito y jóvenes que gritan "Yo soy Fidel" para expresar su duelo por el Comandante en Jefe, mientras los medios de la isla y del mundo siguen cada acontecimiento de estos días.
El cortejo fúnebre pasará la noche del jueves en la capital camagüeyana, donde pernoctará hasta la mañana de este viernes, acompañado por una vigilia popular en la Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramante y Loynaz, inaugurada por Fidel Castro el 26 de julio de 1989.
Mientras la caravana con las cenizas del Comandante en Jefe se encuentra en Camagüey, siguen llegando a los medios de prensa expresiones de duelo del pueblo y de amigos de otras latitudes.
El periodista Lázaro Barredo, de la revista Bohemia, dijo en la noche del jueves en el programa televisivo Mesa Redonda que Fidel es un genio, "porque son pocos en la historia los que han saltado de la vida política para insertarse en la vida familiar de los pueblos, y él es parte de cada familia nuestra".
Acotó que el Comandante en Jefe sacó a los cubanos del marasmo y convirtió a Cuba en un país de orgullo nacional, en alusión a toda la dignidad patriótica que el ex mandatario, fallecido el pasado viernes a los 90 años, supo impregnar en las masas, y recordó la presencia del líder en cada problema. "No ha habido ningún evento nacional en el que Fidel no estuviera al frente".
Sobre la firmeza de sus ideas, Barredo señaló que el extinto ex presidente no fue jamás una veleta que se moviera al son de los tiempos. Por eso es admirado y querido por millones de personas, no solo en Cuba sino el todo el mundo, puntualizó.
En la Mesa Redonda, el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, llamó al extinto mandatario "líder latinoamericano y continental", y dijo bien, porque su ejemplo, su solidaridad y sus ideas emancipadoras inspiraron a todos los procesos revolucionarios, pero no solo en Latinoamérica, sino también en Africa, el Medio Oriente y otros lugares.
El apego sagrado de Fidel a las causas justas, a la defensa de los oprimidos y a los movimientos de liberación nacional en cualquier parte del planeta le hizo cosechar amigos en muchos pueblos, y también enemigos poderosos, que no obstante no lograron derribarlo. Pudo contra él el paso del tiempo, pero se fue vencedor y con su obra consumada.
Los pueblos recuerdan al hombre que no se apegó a los beneficios materiales, sino que se despojó de todo lo suyo cuando fue necesario para entregarlo a la causa revolucionaria, y de ese modo, cuando triunfó, dio ejemplo de generosidad, altruismo y solidaridad a los cubanos.
Fidel roció a la Patria Grande latinoamericana con médicos y maestros, técnicos e ingenieros internacionalistas, que atendieron a enfermos, alfabetizaron y construyeron, y acogió en Cuba a miles de jóvenes de decenas de países en desarrollo, para prepararlos en las universidades de la isla, algo propio de un Quijote que sueña en grande y no les teme a los gigantes.
Son razones más que suficientes para que hoy el mundo entero envíe mensajes de condolencias a la isla, y siga lamentando su muerte junto al pueblo cubano, al que Fidel Castro se entregó en alma y cuerpo desde muy joven.