Por Zhang Zhongkai
BEIJING, 18 nov (Xinhua) -- Ante la debilidad del crecimiento y el aumento de la oposición a la globalización, la región de Asia y el Pacífico necesita más que nunca revitalizar la integración económica.
La economía global y el comercio internacional están atravesando la mayor desaceleración desde la crisis financiera, pues los problemas estructurales o la resaca de las políticas previas siguen lastrando el crecimiento.
Este estancamiento económico ha llevado a muchos países a contemplar el proteccionismo como una atajo para salir del atolladero, y da la impresión de que tras el Brexit se está poniendo de moda el rechazo a la globalización en términos de comercio, inversión y flujos de población.
El número de medidas de restricción comercial creció de 381 en el ecuador de 2010 a 1.263 mediado octubre de este año, según la Organización Mundial del Comercio, que ha advertido de que las políticas comerciales restrictivas están limitando el crecimiento global.
El comercio y la inversión parecen estar perdiendo fuelle a raíz de los desafíos a los que se enfrenta la globalización económica y la integración económica regional, pero lo que de verdad se necesita es actualizar el modelo, pues tales tendencias son inevitables.
La realidad es que el libre comercio bilateral y multilateral y los acuerdos de inversión han crecido rápidamente en los últimos años. El problema es que están muy fragmentados; por ejemplo, los 21 miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, en sus siglas en inglés), firmaron entre sí 160 acuerdos de libre comercio en 2015.
La región Asia-Pacífico es la más dinámica del planeta, su PIB representa el 60 por ciento del total mundial y tiene el mayor potencial de crecimiento.
El informe más reciente del Fondo Monetario Internacional elevó las previsiones de crecimiento de la región para este año y el próximo del 5,3 y el 5,2 por ciento al 5,4 y el 5,3 por ciento, respectivamente, y pronostica que la economía mundial crezca el 3,1 y el 3,4 por ciento.
Este sólido crecimiento de la región Asia-Pacífico contagiará su pujanza al futuro crecimiento global, por lo que es necesario que la región lidere la inversión y el libre comercio.
El Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico (FTAAP, en sus siglas en inglés), será un paso efectivo en esa dirección.
La FTAAP, propuesta en 2006, es un programa inclusivo abierto a todos los miembros de la región, sea cual sea su nivel de desarrollo, que busca promover el crecimiento colaborativo. Tratará de consolidar los acuerdos fragmentarios para que todos los miembros trabajen juntos.
Los miembros de la APEC, que están reunidos estos días en Lima, deberían avanzar a partir de la hoja de ruta acordada en Beijing en la reunión de 2014 para conformar una estrategia práctica de reducción de las barreras comerciales y alcanzar la conectividad para 2025, cuando se hayan creado para los miembros del área unos beneficios económicos de dos billones de dólares, que superarán a los de cualquier otra área de libre comercio.
Una FTAAP inclusiva garantizará la prosperidad común y el crecimiento sostenible de todos los miembros del Asia-Pacífico, y estimulará al conjunto de la economía mundial.