Por Victoria Argüello
CARACAS, 2 nov (Xinhua) -- El éxito del diálogo político consensuado entre el gobierno de Venezuela y la oposición, dependerá en buena medida del respeto de ambas partes a las mesas temáticas acordadas y de la ausencia de "dobles agendas".
Analistas venezolanos sostienen que pese a que el inicio del diálogo entre el oficialismo y la oposición enmarcada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, derecha) constituye un hecho "celebrable", su permanencia y la voluntad real para la solución de la crisis política determinará su eficacia.
"El diálogo siempre va a ser positivo en tanto sea un procedimiento pertinente para mantener la paz política y social, no obstante tenemos en Venezuela antecedentes de diálogos que han fracasado al estar signados por dobles agendas", explicó a Xinhua el analista político Luis Delgado.
La oposición venezolana, incluso antes de erigirse como MUD, "ha combinado históricamente distintas formas y agendas de lucha", sostuvo Delgado, quien aludió a los métodos democráticos y también a los conspirativos e insurreccionales empleados por esta fracción.
Según el profesor de ciencias sociales de la Universidad de Carabobo (norte), la MUD se sienta en la mesa de diálogo, en la que media el Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dado que no han logrado destituir al actual gobierno pese a sus múltiples agendas.
Como ejemplo, Delgado mencionó la imposibilidad de desarrollar el referendo revocatorio en 2016, el poco saldo insurreccional que arrojaron las movilizaciones durante septiembre y octubre, e incluso la imposibilidad de derrocar al gobierno desde la Asamblea Nacional.
"Si ellos se sintiesen en una situación de mayor fuerza, ellos no se hubiesen sentado en la mesa de diálogo, se sientan porque no tuvieron la fuerza en las acciones de calle e insurreccionales, ni aun estando dentro del Estado", dijo.
Unas de las primeras demandas de la MUD, que incluso conversaron con representantes del Vaticano en Venezuela, fue la liberación de al menos 130 políticos procesados judicialmente, así como reconocimiento del Parlamento, actualmente declarado en "desacato" por el Poder Judicial.
Todo lo anterior alude a una situación política que le impide a la oposición cumplir con su objetivo de "cambiar el gobierno", a pesar de tener mayoría en el Congreso y de haber crecido electoralmente en el último año.
A esto, se suma la imposibilidad de la MUD de capitalizar el descontento social que impera, producto de la prolongada crisis económica que, por un lado, gran parte de la población atribuye al gobierno, y por otro, refleja la falta de propuestas de sus adversos.
Al respecto, el analista internacional Basem Tajeldine sostiene que existe un "juego trancado", no sólo en el ámbito político sino también en el aspecto jurídico y legal, pero a su vez una creciente incertidumbre en el seno de la población.
"Como no se logró la agresión por parte de factores extranjeros, ni la destitución por las vías planteadas por la oposición, la Mesa de la Unidad Democrática se sentó al diálogo", declaró Tajeldine a Xinhua .
Un reciente estudio de la encuestadora venezolana Hinterlaces, refleja que aproximadamente el 83 por ciento de la población venezolana ha ratificado su apoyo al diálogo nacional.
Este hecho, a juicio de los sectores consultados, permitirá un cese de las diferencias y las tensiones políticas para buscar una salida conjunta a los problemas relacionados con el tema económico.
Además de constituir una demanda de la población, el diálogo era un clamor internacional, y allí juega un papel vital la Iglesia católica, que se ha desempeñado como mediadora para las conversaciones.
"El Vaticano se puso al frente de la búsqueda del diálogo y eso también obligó a la derecha a sentarse y no ponerse al margen de una exigencia internacional", agregó Tajeldine.
Pese a que la cuarta mesa temática dispuesta entre el gobierno y la MUD para el desarrollo de las negociaciones refleja el tema electoral, no alude al desarrollo de un referendo revocatorio presidencial, principal demanda de la coalición opositora.
De acuerdo con los expertos, a la oposición no le interesaría desarrollar un referendo para el año 2017, pues de efectuarse y vencer se garantizaría la continuidad administrativa del gobierno oficialista, ya que el actual vicepresidente sustituiría a Maduro.
Para otros analistas, la visita a Venezuela del subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos Políticos, Thomas Shannon, guarda relación con una eventual "presión" de Washington a Caracas para que se desarrolle el referendo en 2016.
No obstante, para el analista Luis Delgado resulta interesante que esta visita se produce justo una semana antes de efectuarse las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
"Creo que se busca cerrar un capítulo del gobierno demócrata del presidente Barack Obama, pero que evidencia también un doble juego, por un lado la apariencia de que se apoya las vías democráticas pero por otro azuzando actos desestabilizadores en el país", manifestó.
Por su parte, Tajeldine consideró que el saludo norteamericano al diálogo en Venezuela, refleja el "fracaso" de Estados Unidos tras no haber posicionado un "gobierno conservador", que junto con Argentina y Brasil, terminaran de consolidar el viraje político en América Latina.
"(Barack) Obama está de salida y lo que pretende, y eso lo explica la llegada de Shannon, es salir bien parado de lo que fue para él un fracaso el hecho de no tener en sus manos el gobierno de Venezuela", opinó.
A tres días de anunciado, el diálogo en Venezuela diversifica las opiniones dentro de la población, en torno al curso político del país para los años venideros.
El cese de las tensiones y la polarización, así como una eventual salida consensuada a los problemas económicos, forman parte de las principales demandas de la sociedad venezolana en general.