Por Victoria Argüello
CARACAS, 22 oct (Xinhua) -- La solución a la compleja crisis política y económica por la cual atraviesa Venezuela podría emanar del oficialismo, lejos de un cambio de gobierno como lo aspira la oposición, así lo considera el analista económico venezolano, Alexander Parra.
En entrevista con Xinhua, el economista egresado de la Universidad de la Amistad de los Pueblos Patricio Lumumba, de Rusia, dijo que el actual gobierno demostró alta capacidad de "maniobra política" al preservar el poder frente al descontento social y condiciones económicas adversas.
A ello, se suma la posibilidad, ahora lejana, de que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logre efectuar un referendo revocatorio presidencial, esto tras la reciente decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de suspender la fase final para convocar la consulta.
Esta realidad está acompañada de que, pese a que existe un gran descontento social por la difícil situación económica, acentuada por la inflación y la escasez de alimentos, no se vislumbra que la población tome acciones radicales, opinó el también profesor universitario.
"Venezuela es una versión interesante de maniobrar políticamente en un ambiente inhóspito, sin una demostración popular radical de inconformismo; las consecuencias sociales se viven en un ambiente de espera casi sumisa, y con alto contenido de obedecimiento", dijo Parra.
A juicio del experto, la población espera que los cambios necesarios para la estabilidad del país, en todos los sentidos, provengan "desde las altas esferas políticas".
"Es decir que políticamente está asegurada la base para el cambio, siendo esta circunstancia la premisa básica para el 'giro de timón' que espera el país", agregó el analista.
En ese sentido, sostuvo que parte de ese viraje que debe dar el actual gobierno es un "proceso de ajustes", sobre todo enfocado en el ámbito económico y financiero, con el fin de mejorar la productividad del país y su inclusión en las tendencias globales de desarrollo.
El analista consideró necesario que Venezuela se enfile a un proceso de unificación en los tipos de cambio, siendo esta medida el punto central del ajuste.
La nación sudamericana experimenta en la actualidad dos tasas oficiales de cambio, una fija la relación bolívar-dólar y la otra, correspondiente al mercado paralelo de divisas, determina el precio de la mayor parte de las mercancías.
La existencia de estos dos tipos de cambio oficiales, con una amplia brecha en sus respectivas cotizaciones, representa para muchos economistas la causa fundamental de la crisis económica en el país latinoamericano.
La tasa de divisa preferencial "DIPRO", destinada a sectores prioritarios como alimentación y medicamentos, cotiza 10 bolívares por dólar; mientras que la tasa complementaria "DICOM", conocido como Sistema Marginal de Divisas (SIMADI) se ubica en 659 bolívares por dolar.
El establecimiento de un solo tipo de cambio y la unificación de los costos y precios de las mercancías "debe ir acompañado de una apertura en políticas de importación y exportación, desregulando de esta forma la actividad del comercio con otros países", agregó Alexander Parra.
El experto, también consideró que el gobierno ha incurrido en el "error" de monetizar el déficit presupuestario, lo cual ha dado paso a una "inflación estructural", pese a que desde la postura oficial se habla de la presencia de una "inflación inducida" y signada por una actividad especulativa proveniente de sectores que buscan "derrocar al gobierno".
No obstante, el Presupuesto de la Nación 2017, que aún debe ser aprobado, y que supera los 8 billones 479.301 millones de bolívares (847.930 millones de dólares, según la tasa DIPRO), podría representar una oportunidad para ajustar los desequilibrios, consideró Parra.
"Debe renunciarse a la política de monetización de los desequilibrios en la ejecución del presupuesto que iniciaría una sinceración en la lucha contra la inflación estructural que vive el país", acotó.
Para el economista "tiene que haber un ajuste sin demoras" en el ámbito económico, ya que pese a la paciencia de la población, el país no debe continuar experimentando el nivel de deterioro, que empieza a tocar aspectos de índole institucional y moral.
