RIO DE JANEIRO, 18 sep (Xinhua) -- Los Juegos Paralímpicos de Río 2016 cerraron este domingo tras 11 días de actividades, en los cuales cerca de 4.300 deportistas compitieron por casi 1.500 medallas, de las cuales más de 350 vinieron acompañadas de récords paralímpicos, en una nueva demostración de este ejemplo de la superación que ocurre a cada cuatro años.
Por primera vez celebrados en un país sudamericano, los Paralímpicos Río 2016 sorprendieron también por la afluencia del público, algo que hace un mes antes era una gran preocupación de los organizadores, puesto que solamente el 12 por ciento de las entradas habían sido vendidas.
Sin embargo, los Juegos cerraron con un total de 2,1 millones de entradas vendidas, cuyo 80 por ciento provino de Brasil, y por detrás solamente de Londres 2012.
Los bajos precios de las entradas (un promedio de 3 a 6 dólares, al cambio actual), si comparados a los de los Juegos Olímpicos realizados en agosto, seguramente fueron el gran impulso, en especial para los habitantes de la Ciudad Maravillosa, que aprovecharon la oportunidad de asistir a un mega evento mundial, además de conocer a las instalaciones olímpicas, muchas de las cuales serán desmanteladas tras Río 2016.
El éxito fue tal, que el sábado 9 de septiembre, el Parque Olímpico de Barra de Tijuca, que concentró la mayor parte de las actividades paralímpicas recibió cerca de 170.000 personas, un récord comparado a las 153.000 que acudieron al local en un sábado de los Juegos Olímpicos.
La afluencia del público brasileño hizo de Río 2016 un evento diferente de los anteriores. El entusiasmo ruidoso de la hinchada local precisó ser controlado en algunos casos, como en los partidos de fútbol y de goalball, disputados por discapacitados visuales, en los cuales el silencio es absolutamente imprescindible.
Sin embargo, la vibración, el calor humano, la alegría, cosas en que los brasileños, en especial, los cariocas, son medalla de oro, han causado una fuerte impresión en los atletas locales y de los demás países.
La diferencia empezó en la propia ceremonia de inauguración el 7 de septiembre, cuando la ex atleta paralímpica brasileña Márcia Malsar, de 56 años y afectada por una parálisis cerebral, que cargaba la antorcha dentro del estadio Maracaná perdió el equilibrio y se desplomó ante el público.
Malsar se levantó prontamente, ayudada por dos miembros de la organización y prosiguió su caminada hasta los pies del pebetero olímpico con la pesada antorcha en las manos, siendo ovacionada por el Maracaná colmado.
Si hubiera sido planeado, el ocurrido quizás no tendría el mismo impacto, ya que la caída y la recuperación de Malsar demostraron, sin ser necesario palabras lo que serían las competiciones que se verían en los 11 días siguientes: una mixtura de lucha, superación y persistencia.
"El apoyo del público fue uno de los dos ingredientes más grandes y destacados de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río de Janeiro. "El mundo se contagió de la pasión de los brasileños", dijo Carlos Arthur Nuzman, presidente del Comité Organizador Río 2016.
China confirmó su supremacía en el medallero, al cerrar los Juegos con 239 preseas (107/81/51) y sin la presencia de Rusia, excluida por el escándalo de dopaje, Gran Bretaña escaló una posición para ubicarse en el segundo puesto con 147 medallas (64/39/44) mientras Ucrania con 117 (41/37/39) terminó tercera, y Estados Unidos, cuarto con 115 (40/44/31).
Los anfitriones lograron mantenerse en la quinta posición (meta trazada por el Comité Paralímpico local para Río 2016) durante la mayor parte del evento, pero acabaron octavos con 72 preseas (14/29/29) superados por Australia con 81 (22/30/29) y por Alemania y Holanda en número de oros, 18 y 17, respectivamente, aunque Brasil conquistó más preseas.
Entre los otros países latinoamericanos que participaron de la cita, Cuba quedó en el 18º puesto,con 15 medallas (8/1/6), seguida por México (29º), Colombia (37º), Argentina (54º) y Venezuela ( 65º).
Los Juegos Paralímpicos transcurrieron sin incidentes hasta la víspera de la clausura, cuando el ciclista iraní Bahman Golbarnezhad, de 48 años, que competía con una prótesis en la pierna, perdió la vida el sábado tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza al caer en un descenso durante una prueba de carretera de 15 kilómetros.
El fallecimento del ciclista fue el primer o en una competición paralímpica. Una "terrible tragedia que entristece los grandes Juegos Paralímpicos de Río", lamentó el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), Philip Craven, que expresó sus condolencias tanto a la familia del ciclista, como a toda su delegación.