BUENOS AIRES, 9 sep (Xinhua) -- La taxidermia ha marcado la vida del experto Pedro Damonte, quien se formó en una institución creada en 1970, que luego acabó dirigiendo.
"Mi inicio fue como un hobby, porque me gustaban los animales, por el cariño que siempre tuve con los animales. Me fui entusiasmando, creo que le pasa a la mayoría, hasta que llegó un momento en que no podía salir de la taxidermia a pesar de tener una empresa de construcciones", contó.
Xinhua visitó el taller escuela de Damonte en la localidad de Carlos Spegazzini, a unos 30 kilómetros de esta capital, donde entre pieles, ojos de vidrio, moldes y animales embalsamados o a medio terminar, Damonte da rienda suelta a su pasión.
Allí funciona el Instituto Superior de Taxidermia y Conservación (ISTC), la única institución en la enseñanza de este Arte-Ciencia en la región, con más de 13 mil alumnos egresados a la fecha.
"Me gusta mucho enseñar, estoy muy contento, soy un privilegiado. La persona que hace lo que le gusta no puede andar mal con nadie y si le pagan, mejor", sonrió Damonte.
El ISTC apunta a formar profesionales en la materia, con el objetivo de preservar los animales que se embalsaman.
El Instituto ofrece taxidermia de trofeos, pero también funciona como taller de conservación y restauración, con atención a instituciones y coleccionistas privados.
Consultado sobre los proyectos que más le han gustado, puntualizó la taxidermia de "leones" que hizo "para muchas personas y para museos".
"Hice un par de leopardos que me encantaban y me parecía lo mejor, después aparecieron un par de osos de tres metros y no los quería entregar a los clientes porque me encariñaba con los animales", sonrió.
Quien se acerca al lugar "termina como un amigo", enfatizó el experto.
"Conocí mucha gente, tengo clientes de España, mucha gente que ha pasado por acá y que es un amigo que queda, porque lo trato bien y lo reconocen".
Fotos: Argentina: Taxidermista Pedro Damonte y su taller en Carlos Spegazzini