NACIONES UNIDAS, 4 sep (Xinhua) -- El Consejo de Seguridad de la ONU y el secretario general Ban Ki-moon condenaron hoy un letal ataque terrorista perpetrado contra un mercado filipino nocturno que dejó al menos 14 muertos y enfatizaron la necesidad de presentar a los responsables ante la justicia.
"Los miembros del Consejo de Seguridad condenaron en los términos más enérgicos el execrable y cobarde ataque terrorista ocurrido el 2 de septiembre en un mercado nocturno en la ciudad de Davao, Filipinas", indicó el consejo en un boletín de prensa.
El Consejo de Seguridad expresó su más sincero pésame y solidaridad con las familias de las víctimas y el gobierno de Filipinas y deseó una pronta y plena recuperación de los lesionados, añadió el boletín.
"Los miembros del Consejo de Seguridad reafirmaron que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las más serias amenazas para la paz y seguridad internacionales", agregó el boletín.
"Los miembros del Consejo de Seguridad subrayaron la necesidad de presentar ante la justicia a los responsables, organizadores, financiadores y patrocinadores de estos censurables actos de terrorismo", añadió.
El Consejo de Seguridad reafirmó la necesidad de que todos los países combatan por todos los medios las amenazas a la paz y seguridad internacionales causadas por los actos terroristas, según la declaración.
En otra declaración, el secretario general de la ONU condenó hoy el ataque en Filipinas y enfatizó "la necesidad de garantizar la rendición de cuentas y de presentar ante la justicia a los responsables de estos ataques terroristas".
"El secretario general extiende su más profundo pésame a las familias de las víctimas y desea una pronta recuperación a los heridos", indicó el boletín. Ban "apoya al gobierno y pueblo filipinos".
Ningún grupo se ha adjudicado la responsabilidad por el ataque ocurrido el viernes que dejó más de 70 heridos. El secretario de Comunicaciones Presidenciales de Filipinas, Martin Andanar, dijo que en el lugar de los hechos se encontraron los componentes de un presunto artefacto explosivo improvisado.
El letal incidente es el más reciente ocurrido en la ciudad meridional de Filipinas desde 2005, cuando presuntos terroristas islamistas detonaron una bomba en una terminal de autobuses en la aldea de Ecoland, lo que dejó un muerto y cinco heridos.
En 2003, más de 30 personas murieron y más de 130 resultaron lesionados cuando presuntos insurgentes musulmanes atacaron con una bomba el aeropuerto y el puerto para pasajeros de la ciudad en un lapso de un mes.