MEXICO, 30 ago (Xinhua) -- El ritmo de crecimiento de la actividad económica de México comenzó a moderarse y, de acuerdo con analistas en la materia consultados por Xinhua, es probable que esta tendencia se extienda en lo que resta de año, en parte por la caída de los precios del petróleo y otros factores externos e internos.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México disminuyó un 0,2 por ciento en el trimestre abril-junio de 2016, respecto al inmediato anterior, como resultado de los descensos mostrados en las actividades primarias y secundarias, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
"Todos los indicadores económicos se han deteriorado a excepción del tema de consumo que no se ve tan afectado", reconoció en entrevista a Xinhua la analista de Banco Base, Gabriela Siller.
La directora de análisis Económico-Financiero de Banco Base expuso que el sector exportador mantiene resultados negativos, respondiendo, por una parte, a la constante disminución de los precios y del volumen de exportación de crudo, y por otra parte, a consecuencia de la debilidad que sigue mostrando la actividad económica de Estados Unidos.
"México depende directamente de Estados Unidos. Si bien las exportaciones mexicanas no se han visto tan afectadas a pesar de la situación económica en ese país, sí se han detenido proyectos de la inversión en parte por la expectativa que hay allá por la posible subida de los tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el proceso electoral de noviembre a la presidencia", explicó la experta.
De igual forma, consideró que pese a que los indicadores de ventas siguen mostrando un comportamiento favorable, el mercado interno, que se había ido consolidando como el principal motor del crecimiento, comienza a mostrar señales de un menor dinamismo, lo cual, dijo, se refleja en el hecho de que en el segundo trimestre del año, el sector terciario se haya mantenido sin cambios respecto al periodo previo, de acuerdo con la estimación oportuna del Inegi.
En su opinión, es favorable el comportamiento de las remesas familiares denominadas en pesos, que ya puede matizar el debilitamiento del consumo, aunque, añadió, se debe tener en cuenta que para que su incidencia siga siendo significativa, el tipo de cambio debería seguir depreciándose.
Por su parte, el doctor en ciencias económicas Jesús Valdés Díaz de Villegas aseguró a Xinhua que uno de los principales problemas que enfrenta la actividad económica del país es el petróleo y su volatilidad.
"El problema es que al caer el precio del petróleo cae también la renta petrolera, que es la base fundamental de las finanzas gubernamentales", reconoció el académico del Departamento de Estudios Empresariales de la mexicana Universidad Iberoamericana.
En ese sentido, recordó que ante ello, en febrero pasado hubo la necesidad de un recorte del gasto, cuyo resultado, dijo, provocó que el gasto se contrajera en un 3 por ciento y como consecuencia, "la actividad económica también hizo que se contrajera".
Sumado a ello, el experto explicó que el central Banco de México (Banxico) ha tomado una serie de medidas, entre ellas el haber incrementado 50 puntos su tasa de interés de referencia a un nivel del 4,25 por ciento para evitar que la depreciación del peso cause presiones inflacionarias.
"Creo que algunas medidas han sido acertadas y otras no", opinó Valdés Díaz de Villegas.
Para el analista, es factible que la depreciación del tipo de cambio, el aumento de los precios de gasolinas y electricidad, en julio y agosto, así como el alza en las tasas de interés puedan tener efectos negativos sobre la inflación y el consumo en la segunda mitad del año.
En julio la inflación reportó una variación anual del 2,65 por ciento, la más alta en los últimos cinco meses, mientras la inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de la economía y refleja de mejor manera la evolución de los precios se elevó a 2,97 puntos porcentuales, el más elevado en los últimos 18 meses, de acuerdo con analistas privados.
La expectativa en este tema es que los precios mantengan una tendencia ascendente y podría cerrar el año en niveles del 3,20 por ciento.
Por su parte, el Banxico sostuvo que se espera que la inflación general anual aumente gradualmente para cerrar este 2016 "ligeramente" por encima del 3 por ciento.
Los analistas consultados recordaron que es necesario hacer funcional el mercado doméstico para evitar una baja de consumo interno y generar el desempleo.
Este martes, el economista jefe de HSBC México, Alexis Milo, aseguró en una rueda de prensa que el consumo de las familias y empresas, que por varios meses fue el principal motor de crecimiento de la economía mexicana, resentirá una desaceleración en la segunda mitad de este año.
Ello, argumentó, ocurre cuando la actividad industrial se ve afectada por un menor dinamismo de las manufacturas, asociado con la menor demanda de insumos en Estados Unidos, y de la construcción, debido a la disminución del gasto público.
"Esperamos una desaceleración durante el tercer y cuarto trimestres del año", expuso el ejecutivo al anticipar que en lo que resta de año el consumo crecerá entre un 4 y un 5 por ciento anual, incluso por arriba del PIB, aunque será por abajo del alcanzado en 2015.
