BEIJING, 25 ago (Xinhua) -- Tras la reunión trilateral de cancilleres celebrada el miércoles en Tokio, el consejero de Seguridad Nacional japonés, Yachi Shotaro, comenzó el mismo día una visita a China, con miras a reparar las tensas relaciones entre los dos países a causa de la opinión distorsionada de Tokio sobre la historia y de su Gobierno proderechista.
Durante su visita, el que es principal asesor político del primer ministro japonés, Shinzo Abe, tiene previsto participar en el tercer diálogo político de alto nivel entre China y Japón y reunirse con altos funcionarios chinos, incluidos el primer ministro Li Keqiang y el consejero de Estado Yang Jiechi.
Pero si el enviado japonés pretende que su viaje tenga éxito, debe considerar tres cosas en su agenda.
Primero, durante el tercer diálogo político de alto nivel, se espera que Japón mantenga
el impulso positivo en su acercamiento a China, supere los obstáculos y las interrupciones, y preste atención al "impulso de cuatro ruedas" para promover la cooperación en política, economía y comercio, cultura, así como desarrollo sostenible.
Interesa a ambos países acumular confianza política mutua, tratar apropiadamente los temas sensibles, establecer diálogos y consultas políticas sobre seguridad, y promover la confianza y el entendimiento recíprocos.
Como segunda y tercera mayores economías del mundo, la cooperación entre los dos países aportará resultados beneficiosos para ambos, acelerará la integración de Asia Oriental y contribuirá a la paz, el desarrollo y la prosperidad regionales.
Segundo, Japón debe cumplir el acuerdo de cuatro puntos alcanzado con China y hacer que sus sus diferencias sean controlables.
Respecto a las islas Diaoyu, en el Mar Oriental de China, las dos partes deben considerar la perspectiva general de las relaciones bilaterales y los intereses comunes, ampliar la confianza mutua y controlar las diferencias.
China se mantiene firme en defender la soberanía territorial y mantener los derechos marítimos y tiene la voluntad de resolver adecuadamente el problema mediante el diálogo.
Sobre las disputas del Mar Meridional de China, Japón, como país no involucrado en la zona, debe ser prudente en sus palabras y actos, y evitar emprender acciones que puedan poner en peligro la paz y estabilidad regionales.
Tercero, los temas históricos están relacionados estrechamente con el fundamento político de los lazos chino-japoneses y el sentimiento nacional de 1.300 millones de chinos. China espera que su vecino pueda enfrentar directamente la historia, tomarla como un espejo y considerar el futuro.
En este punto, China ha dado un ejemplo a Japón.
Aunque sus lazos bilaterales se han visto ensombrecidos por la reclamación ilegal de Tokio de la soberanía sobre las islas chinas Diaoyu y por su injerencia en las disputas sobre las islas del Mar Meridional de China, la convicción china de que las diferencias se pueden resolver mediante el diálogo nunca ha vacilado, como prueba la participación de Beijing en la reunión trilateral.
La pelota está ahora en el tejado japonés. Tokio tiene ante sí la oportunidad de ser un actor responsable. Fin
