BEIJING, 24 ago (Xinhua) -- La reunión que los ministros de Exteriores de China, Japón y la República de Corea celebran este miércoles en Tokio debe contribuir al objetivo de que los tres países importantes de Asia trabajen juntos para poner sus diferencias bajo control.
La fecha definitiva de la octava reunión trilateral de los ministros de Exteriores, el segundo encuentro desde que se reanudaran las conversaciones en marzo de 2015 tras un parón de tres años, no se publicó hasta el lunes por la tarde.
Aunque altos diplomáticos de los tres países se habían reunido en la capital japonesa para realizar las deliberaciones finales sobre si se celebraría una reunión trilateral este mes, hasta el lunes predominaba un pesimismo que apuntaba a que el encuentro podría posponerse.
El proceso difícil de concretar una reunión trilateral de cancilleres, nueve años después de que la primera de su índole se llevara a cabo en 2007, significa que las discrepancias en los asuntos regionales han estado rondando las relaciones entre China, Japón y la República de Corea.
La reclamación ilegal de Tokio por la soberanía de las islas chinas Diaoyu en el Mar Oriental de China, su interferencia en las disputas sobre las islas del Mar Meridional de China, así como su actitud contumaz sobre los crímenes que cometió en la Segunda Guerra Mundial, han dañado gravemente sus relaciones con Beijing.
Además, el permiso de Seúl para desplegar en su territorio un sistema de defensa antimisiles estadounidense, cuyo radar de banda X alcanza de lleno a China y Rusia, ha amenazado enormemente los intereses estratégicos de los dos países y ha perjudicado la estabilidad regional.
Con este telón de fondo, la llegada a la capital nipona del ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, para asistir a este encuentro trilateral ha demostrado la sinceridad suficiente de Beijing en su cooperación con Tokio y Seúl.
La cooperación trilateral entre China, Japón y la República de Corea, que son vecinos y países importantes de Asia Oriental, ejerce una gran influencia en la paz y la estabilidad, el desarrollo y la prosperidad de la región y el mundo.
Los tres países, cuya economía total supone un quinto de la de todo el mundo y el 70 por ciento de la de Asia, han comenzado la décima ronda de negociaciones sobre una zona de libre comercio entre ellos, que se espera que fortalezca la complementariedad industrial, explore el potencial en el comercio y las inversiones e integre aún más la cadena de valor regional.
Sin embargo, la cooperación en materias de economía y comercio se debe basar en la confianza política mutua entre las tres naciones.
Tanto Tokio como Seúl debe abandonar la mentalidad de la Guerra Fría y ver el ascenso pacífico de China como una inyección de vigor para el desarrollo regional.
También deben evitar ser herramientas de algunos países de fuera de la región que intenten perjudicar la estabilidad regional.
Frente a las complejas relaciones trilaterales, es mejor que los tres vecinos busquen sus intereses compartidos y dejen de lado las discrepancias. Esa es la razón por la cual la reunión de Tokio puede tener lugar al final.
Sólo con el mecanismo de diálogo y cooperación trilateral siguiendo en funcionamiento, China, Japón y la República de Corea pueden evitar la falta de entendimiento estratégico y hacer controlables sus diferencias, a fin de salvaguardar la seguridad y la estabilidad de la región.
