RIO DE JANEIRO,16 ago (Xinhua) -- Días antes de alzarse este martes con la primera medalla de oro olímpica para el boxeo de Brasil, el púgil Robson Conceicao, categoría peso ligero (60 kilos), fue tajante sobre sus preferencias: ya con el bronce garantizado y con la posibilidad de ganar la plata o el oro, declaró:"vamos a cambiar el color para el oro".
Lo consiguió este martes, al derrotar al francés Sofiane Oumiha por votación unánime (30-27, 29-28 y 29-28) en el Pabellón 6 del Riocentro, casa del boxeo en Río 2016.
Tercer medallista de oro de Brasil en lo que va de los Juegos, Conceicao tiene en común con sus compañeros -la judoca Rafael Silva, campeona en la categoría 57 kilos y Thiago Braz, oro en el salto con pértiga- el origen pobre.
Como acontece con miles de brasileños, el nuevo héroe olímpico prácticamente no convivió con su padre y desde niño precisó ayudar a su madre y su abuela.
Según el portal Globo Esporte, empezó a pelear, no para practicar un deporte que siquiera conocía sino para imitar a su tío Roberto, la figura paterna de su infancia, famoso en las peleas callejeras en el carnaval de la nororiental ciudad de Salvador de Bahía .
Poco a poco, pasó a interesarse por el boxeo y a los 13 años empezó a entrenarse en una academia ubicada a nueve kilómetros de su casa en el barrio de "Boa Vista de Sao Caetano" y, sin dinero para el ómnibus, recorría el trayecto a pie, ida y vuelta.
Su talento se destacó y luego paso a integrar a la selección brasileña con la cual debutó a los 19 años en Beijing 2008. Cayó en el debut ante el anfitrión Li Yang.
Cuatro años después y con la experiencia de haber ganado medalla en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, llegó a Londres 2012 con expectativa de una buena campaña pero fue derrotado nuevamente en la primera pelea, esta vez, por el británico Josh Taylor.
Primer púgil brasileño a lograr clasificación a Río 2016, Conceicao, a los 27 años y "mucho más experimentado y maduro", como él mismo aseguró en una entrevista. "Llegó, peleó y venció".
El brasileño avanzó a semifinales, al derrotar el viernes al uzbeco Hurshid Tijibaev por decisión unánime (3-0), en tres asaltos, pero el bronce ya asegurado, no le agradó.
El domingo, logró su triunfo más espectacular al imponerse por votación unánime al cubano Lázaro Alvarez, tricampeón mundial y bronce en Londres 2012.
En la pelea de este martes, ya tenía una medalla de plata garantizada pero ésta aún no era el color de su sueño. Quería la presea dorada. Y la conquistó.
