EKATERIMBURGO, Rusia, 15 ago (Xinhua) -- Rusia y Alemania pidieron hoy a todas las partes enfocarse en la implementación de los acuerdos de Minsk sobre Ucrania a pesar de las tensiones recientes en Crimea.
"Insisto en concentrarse en el retorno de la situación general en todos sus aspectos, incluida la seguridad y la solución política, para la continuación y la esencia de los acuerdos de Minsk", dijo el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, en una rueda de prensa con su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, en la ciudad de Ekaterimburbo, en los Urales.
Lavrov pidió a todas las partes involucradas no "ceder a la emoción" ni a las "opciones extremas", sino enfocarse en la estabilización de la situación.
Por su parte, Steinmeier dijo que es necesario conservar los acuerdos de Minsk.
"Los acuerdos de Minsk siguen siendo nuestra directriz para la solución al conflicto", dijo Steinmeier.
Los acuerdos de Minsk, firmados en febrero de 2015 en la capital bielorrusa de Minsk, tienen el objetivo de solucionar de forma pacífica los conflictos en el este de Ucrania.
Las tensiones ruso-ucranianas se han intensificado desde el miércoles, cuando el Buró Federal de Seguridad ruso dijo que había frustrado una serie de ataques terroristas en Crimea tramados por la inteligencia militar ucraniana. La parte ucraniana desmintió la acusación.
El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió medidas adicionales para garantizar la seguridad de la infraestructura y ciudadanos en la península. El Ministerio de Defensa ruso dijo el viernes que un regimiento antimisiles aéreos apostado en Crimea recibió un nuevo sistema antimisiles de defensa aérea S-400 Triumf.
Moscú no está interesado en romper relaciones diplomáticas con Kiev, como sugirió el viernes el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, indicó Lavrov. "Ésa sería una medida extrema", afirmó.
Sin embargo, el canciller ruso dijo que su país tomaría medidas exhaustivas para "cortar de raíz" cualquier intento de invadir territorio ruso.
Crimea, previamente parte de Ucrania, fue incorporada a Rusia en 2014 después de un referéndum, cuyo resultado fue reconocido por Moscú pero rechazado por Ucrania y las potencias occidentales.