BEIJING, 10 ago (Xinhua) -- A pesar de tener una gama de instrumentos monetarios a su disposición, el banco central de China está asumiendo una actitud cuidadosa y considerada para usarlos.
Desde principios de año, el Banco Popular de China (BPCh), el banco central del país, ha reducido sólo una vez el coeficiente de reserva obligatoria (RRR, por sus siglas en inglés), en comparación con los cinco recortes al RRR y las cinco reducciones a la tasa de interés en 2015.
La anticipación en el mercado de más recortes está creciendo porque la inflación al consumidor moderada en julio ofreció espacio para ese tipo de maniobras, en especial después de que el Banco de Inglaterra bajara la semana pasada las tasas de interés a un nivel récord.
Sin embargo, quienes esperan reducciones probablemente quedarán decepcionados.
Es poco probable que el BPCh recurra a frecuentes recortes en el RRR y en la tasa de interés en el segundo semestre del año porque ha reiterado con insistencia la necesidad de una política monetaria prudente para crear un ambiente monetario neutral.
También está plenamente consciente de los efectos negativos de esas acciones, porque las repetidas reducciones al RRR se asocian con una flexibilización de la política monetaria, tasas de interés decrecientes y presión para la depreciación del renminbi, la moneda china también conocida como yuan.
La paridad central del yuan frente al dólar se ha debilitado en más de 2 por ciento este año y siguen existiendo mayores presiones para una depreciación adicional, en parte debido a la fortaleza del dólar tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
En lugar de incrementar directamente la liquidez, el BPCh ha ajustado la liquidez a través de operaciones de mercado abierto con diversos instrumentos, tales como tipos distintos de facilidades de crédito.
Hasta el momento, estas medidas han demostrado su efectividad para garantizar una oferta monetaria suficiente, mantener tasas de interés estables y sostener un crecimiento económico sólido.
La mezcla de China de política fiscal proactiva y de política monetaria prudente contribuyó a un crecimiento de 6,7 por ciento interanual del producto interno bruto (PIB) en el segundo trimestre, la tasa de crecimiento más baja desde principios de 2009, pero sigue siendo la envidia de muchos países.
La calidad del crecimiento económico de China también está mejorando, gracias a un crecimiento rápido en el sector servicios, al crecimiento en el consumo, los datos alentadores de registro de nuevas compañías y un sector de alta tecnología pujante.
Con los nuevos cambios, es justo decir que las políticas macroeconómicas de China están teniendo el efecto deseado y que el país debe garantizar la continuidad y estabilidad de la política.
Una flexibilización agresiva del RRR y recortes a las tasas de interés no sólo causarán una liquidez excesiva sino que también socavarán los esfuerzos de China para reducir la capacidad excesiva y eliminar las burbujas de activos.
Ante la efectividad probada de las prácticas actuales, no existe ninguna necesidad de que el BPCh cambie de curso.
En consecuencia, es poco probable que China recurra a cualquier flexibilización agresiva de la política monetaria sino hasta que se presenten cambios sustanciales en la economía.